CUENTOS BREVES (del manual de la masturbación)
Por Eunoia
Enviado el 23/01/2025, clasificado en Adultos / eróticos
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CUENTOS BREVES
(del manual de la masturbación)
ESPEJO DE LA REALIDAD
(10)
Jacinto se baja el bóxer y su polla aparece en el espejo del baño. Tiene una verga grande con un glande descubierto muy rosado. La corona del glande se dibuja gruesa, violácea. En el móvil ha puesto una película pornográfica. Una glotona chica le está comiendo el coño a una mujer africana, que se deshace en gemidos. Los planos muestran la carne suavemente rosada del interior vaginal de la mujer negra. La lengua de la otra lame delicadamente los labios y toda la extensión de la vulva mojada.
El pene de Jacinto crece y el glande se hincha. Las venas se han puesto anchas y azuladas. Jacinto coge su miembro y lo masajea. La polla se pone tiesa, en toda su gruesa extensión, rígida y dura. Jacinto la aprieta entre sus dedos; está muy caliente. Le pone lleno de fuego sexual verla en el espejo, ver su tamaño, su color, sujeta entre los dedos. Es la ardiente visión del sexo propio liberado de complejos y fariseísmo. Hace girar la polla, y sube y baja el prepucio; la carne pasa del rosa tibio al rojo carmesí; juega a acariciar el borde de la suavísima cabeza del capullo.
Comienza a acariciarse los testículos y el escroto. La piel granulada está tersa y los huevos que antes estaban colgando y se mostraban claramente a cada lado de la bolsa testicular, ahora están subidos, juntos, endurecidos y prietos. Los recorre. Los aprieta y levanta el falo para observar en el espejo la forma algo ovalada de los cojones, el vello rizado que los cubre, la piel ligeramente más oscura, destacando bajo el asta enhiesta del vergajo tieso.
Comienza a pajearse la polla; siente el gusto en la cabeza del glande, con su piel ultrasensible y suave. Es visible una gruesa gota de líquido espermático, muy transparente y viscoso, que emerge por el agujerito del meato, dándole aspecto de una pequeña boca. Coloca el índice sobre el flujo y gira el capullo hinchado. Otra gota mana por el orificio. La recoge en la yema del índice y queda prendido como un hilo translúcido desde la abertura de la polla a la yema del dedo.
Para un momento y cubre la tranca cimbreante con un lubricante espeso. Jacinto está tan excitado que cree escuchar los fuertes latidos de su corazón; arde en deseos de lograr la satisfactoria eyaculación.
Vuelve a mirar el móvil. Ahora, en esta escena ha entrado un hombre y está jodiendo con la muchacha negra; la blanca está introduciendo un juguete en el ano de la otra. El hombre penetra enérgicamente el coño con un ritmo calculado. La mujer blanca saca el juguete y lo chupa, lo llena de saliva y lo reintroduce despacio en el ojete salido y algo expandido de la africana.
Jacinto, con la facilidad de la lubricación que cubre todo el miembro, se masturba enérgicamente. En uno de los movimientos de subida por el cipote estalla el clímax y salta un chorro de semen blanquecino, que salpica el espejo y cae desde el capullo a lo largo de toda la longitud de la polla, y a sacudidas espasmódicas le cubre los dedos de la mano mientras se vacía y jadea.
La película continúa, pero Jacinto lo único que disfruta es ver su verga chorreando leche caliente, nota las potentes sacudidas, percibe el olor característico del semen y goza el intenso placer del orgasmo en los testículos y su mente.
(Continuación en relato n° 11)
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