La batalla cultural

No comprendo muy bien la idea de dar la batalla cultural. 

No se me antojan dos términos más contrapuestos que la barbarie y aquello que ha permitido sobrevivir y evolucionar al ser humano. Creo más bien que esa idea grandilocuente esconde otros intereses bastante más inconfesables y con consecuencias realmente perversas.

En realidad intuyo que lo que se pretende es desmantelar la sociedad tal y como la conocemos, con sus defectos si, pero con muchas virtudes y por la que muchas personas sufrieron para que podamos verla tal y como es actualmente y ahormarla a unas ideas totalitarias, a un pensamiento único donde la realidad es fluida y cambia cada día a gusto de quien ostenta la batuta.

Nada hay más peligroso que dejar de pensar por una o uno mismo, de cuestionarse las cosas, de dejarse llevar porque es lo socialmente aceptado.

La cultura nos da esa capacidad de discernir, permite que las personas sean cuales sean sus orígenes puedan mejorar sus condiciones de vida y a las sociedades crear los espacios y oportunidades para potenciar ese cambio y hacerse más ricas y diversas.

Por si alguien tiene la tentación de pensar que existen soluciones fáciles a los problemas, la verdad es que no, ni ahora ni nunca y no por una opinión como esta, sino porque la historia ha demostrado en repetidas ocasiones que dejando hacer a lo nos lleva es a cometer los mismos errores y sufrir consecuencias parecidas.

Hay una maravillosa individualidad en cada una y uno de nosotros y aportar a la convivencia nuestra experiencia y ponerla en común con la de los demás, creando un espacio de colaboración y respeto, nos hará progresar sin dejar a nadie atrás. La alternativa es la realidad que ya está aquí, donde tu vida y tus derechos están a expensas de lo que otros quieran hacer con ellos. Ya no hay disfraces ni sutilezas.

El mundo ha empezado a retroceder y es decisión de cada una o uno ser partícipe o no de esa involución. Muchas cosas que después nos parecieron terribles contaron en su momento con el silencio de una buena parte de la ciudadanía que ayudó a hacerlas posibles.