Tomo el teléfono y escucho una voz muy familiar.
- -¿Mi princesa hermosa como se la están pasando en la fiesta?, ¿oye quería llamarte más temprano, pero estoy en una comida con los jefes que termino en cena de negocios ya sabes, el viernes termina esto y de ahí voy a ver a mi madre que quiere algo para su casa de Acapulco, en fin, te molesta mucho si llego el lunes mi princesa? - Dice Patricio casi sin respirar.
- - Tito no pasa nada, entiendo además ya me habías dicho que era una posibilidad que estuvieras hasta el jueves y bueno tu mama y sus cosas son… pues tu mama y sus cosas- le respondo divertida.
- - Increíble! eso eres princesa, bueno sigan en la fiesta tengo que irme amor, ¿pero recuerda amor, amor, amor… vale? - dice tierno
- -Amor, amor, amor- respondo
La llamada termina y le paso su celular a mi hermano, a veces pienso que estoy comprometida más con la voz de Patricio que con su persona, casi siempre está en proyectos y viajando es un buen hombre, novio e hijo, aunque muy muy responsable en su trabajo tanto que se le olvida ser lo demás de vez en vez.
3:22am
La celebración no termina he bebido unos cocteles, una cerveza y un poco de agua voy con un grupo de mis amigos a fumar al balcón, en la sala están mis hermanos sus mujeres y algunos de sus amigos de la oficina y en un sillón cerca de la puerta que da al balcón Manolo con una cerveza en la mano, con los ojos cansados recién llegado de Chicago se había ido 6 meses a un diplomado en arte.
Él es un tipo con pinta de intelectual alternativo o un hípster cualquiera en estos tiempos, pero muy creativo e instintivo, maestro de pintura en la escuela donde estudio la Esmeralda es una escuela famosa en la Ciudad de México, es alto, moreno en sus años de estudiante jugaba básquetbol y eso le dio un cuerpo atlético que conserva, su cabello ondulado hasta los hombros, barba crecida y unos ojos negros profundos que dan la sensación de serenidad.
Me puse a pensar en lo locamente enamorada que estaba de el en la escuela, nunca paso nada más lejos de nuestra cita romántica aquella vez en Coyoacán, después yo tuve novios, buenas y malas relaciones y un día me desayune con la noticia de que se había casado con Karen una bailarina clásica que era una perra, se lo llevo a Francia casi de inmediato y por cuatro años no estuvo en mi vida porque ella se lo prohibió.
Pero un día así sin más toco a mi puerta con una maleta, una botella de vino y el corazón roto, le jure que por nada en el mundo lo alejarían de mi vida nuevamente, ni parejas, ni países, ni errores.
Me le voy encima y le doy un bocadillo que traigo en la mano, siempre está comiendo así que lo recibe, me siento en el respaldo del sillón mientras come y sostengo su cerveza le doy un trago.
-No pensaras tomarte mi cerveza, no te gusta y ya tomaste de más te va a destrozar en la mañana mi ángel- me dice entre bocados
-Ahora quieres cuidarme mi vida? - pregunto con sarcasmo
-Siempre te quiero cuidar- responde
-Si claro, lo he esperado por años y nunca tengo lo que quiero- le digo insinuante
- ¿Vale, eso no me lo esperaba mi niña y me lo dices ahora que esta ebria?
-No estoy ebria, no me das tu cerveza y prohibiste el tequila, alguien tiene miedo de que termine en su cama esta noche…
Se quedo quieto y me miró fijamente, sentí su cuerpo estremecer y después hablo.
- - Siempre terminas en mi cama porque es la misma cama y tú siempre tienes lo que quieres, siempre, tiempo eso es todo lo que necesitamos, tiempo.
- -Pues hay tiempo de aquí al lunes próximo, tu dirás- No sé qué dije salió así sin mas
Él me sonríe al ver que mis palabras salieron sin filtro, me acomoda en el respaldo y hace pegar a su costado, seguimos en la charla con los demás dejando a un lado lo que hablamos , de pronto se me olvido y me calme, reíamos por las ocurrencias que contaban y así sin más sentí como paso su mano por debajo de mi vestido para acariciar mi espalda y bajar hasta mis glúteos, gire para verlo y sus ojos ardían, jugaba con la línea de mi ropa interior, me tenía desconcertada, busca aprobación deteniendo el ritmo de su caricia y se la di acomodándome para que no fuera perceptible a los ojos ajenos tan delicioso contacto.
No lo podía creer, estaba pasando me tocaba sentía su mano ansiosa por mi cuerpo y mi mente se nublaba quería más, lo veía reír con los demás como si nada pasara., un empujón me saca del trance mis piernas estorbaban el paso al balcón Martha intentaba pasar para fumar, me levanto las piernas y las puso en el otro respaldo dejándome casi encima de él, Martha le agradece y me guiño el ojo, la mire con asombro y terror, ella me ve extrañada y sigue su camino sin entender lo que había hecho, entre en pánico, le dio a Manolo un acceso ilimitado a mis caderas por debajo del vestido azul.
-Que pretendes? - le dije al oído
-Calma según entendí tengo de aquí al lunes para procurarte, cuidarte y quererte, ¿no dices que he pasado años sin hacerlo desde Coyoacán? hoy se puso tan fresco en mi cabeza ese día mi ángel que si me lo permites quiero probar algo de esos putos años perdidos.
Pensé que era una broma o que me pedía permiso para hacer algo, pero su mano arremetió directamente contra mis muslos, sus dedos van suave al encuentro de mi ropa interior, dibuja las líneas del encaje y los posa entre la tela y la piel.
-Mojada Adriana?, como construyo eso imagen en mi cabeza ahora, vamos a casa niña para que me regales esa imagen- dijo en voz baja.
Se me paralizo el corazón, sus dedos se escabullen hasta dar con mi entrada, mi cuerpo esta extasiado, se mueve dentro de mí, abro los ojos mientras ahogo un pequeño gemido entre los dientes, Manolo me ve fijamente mientras juega con los dedos y se hunde más, toma de su cerveza con toda calma inspecciona a nuestro alrededor y nadie se está dando cuenta de lo que pasa en ese sofá, todos están atentos a la plática, el baile y la diversión, estamos ahí solos, aunque el lugar se encuentra lleno.
Mi cuerpo se rinde ante sus caricias una carga de electricidad recorre mi vientre y explota, un par de contracciones se sienten en mi interior, cuando mi pecho se calma, saca disimuladamente sus dedos y como si hubiera disfrutado un postre, lame su dedo índice.
-Maravilloso, no les llega a los talones a lo que imagine que sería tu sabor mi ángel, vamos a casa ya, necesito probarte de nuevo toda la noche....
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