LA VISITA DE UN TAL DIOS 1
Por franciscomiralles
Enviado el 02/05/2025, clasificado en Cuentos
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Un día de un año cualquiera, el Secretario General del actual Papa en el Vaticano se hallaba viendo el ordenador en su despacho, cuando de pronto recibió a través de Goobel un mensaje singular. En él se decía que la Autoridad Suprema, es decir el mismo Dios iba a venir en persona a echar un vistazo a la Tierra.
Como es de imaginar el Secretario no se tomó en serio dicho mensaje y con buen criterio pensó que en los enloquecidos tiempos actuales en los que vivimos, aquello no era más que una broma pesada de algún tipo zumbado, o de un iluminado de los muchos que pululan por ahí. Sin embargo, cuando se disponía a borrar aquel texto, en el despacho emergio como por arte de magia una figura luminosa en forma de humanoide la cual le transmitió telepáticamente que informara enseguida a su superior de aquel singular evento.
El Secretario, con un temblor en todo el cuerpo hizo lo que se le pedía y fue a informar al actual Papa del suceso mas éste se rió en su cara.
- Parece mentira, padre Robert, que sea usted tan ingénuo. ¿No comprende que esto que me dice no puede ser? Nosotros mantenemos el mito religioso por pura tradición, pero ya no estamos en la Edad Media para creer en supuestas apariciones. Hoy en día las cosas han cambiado y esto de la espiritualidad no es más que una mera suposición. Usted ha tenido un sueño que lo ha confundido por un hecho real y nada más - le dijo el Papa con guasa.
Pero cuando el Papa aquella noche se encerró en su habitación dispuesto a dormir, en la cabecera de la cama vio aquella figura luminosa que le anunció su próxima visita. Según aquella entidad, vendría al cabo de dos semanas, bajo la apariencia de un hombre cualquiera y se presentaría en un monte de las afueras de la ciudad.
- ¿Es que eres acaso un extraterrestre? - quiso saber el prelado.que era un hombre de mediana edad, quien no terminaba de creerse que aquella aparición fuese su Máxima Autoridad.
- En absoluto. Soy una parte de la misma Fuente que es la que ha dado origen a todo el universo - respondió la entidad
- Ya. ¿Y a ti pues quién te ha creado? ¿Qué sentido tiene la vida? - inquirió el Papa que en realidad era un escéptico.
- La vida es todo movimento. Como ya sabéis, la energía y la materia son dos caras de la misma moneda, que nunca cesan de crear.
Y dicho aquello, la figura liminosa desapareció de la habitación dejando al Papa absorto; pero este aquella noche no pudo conciliar el sueño. ¡Menuda papeleta le había caído encima! ¿Por qué ahora aquella entidad llamada Dios se le antojaba visitar a este planeta? ¿Qué diablos queria?
Al día siguiente el Papa puso a todo el Vaticano patas arriba. Tenía que organizarlo todo para que su Jefe Supremo se llevara una una buena impresión. Convocó a todos los cardenales de todos los paises como si de un nuevo Cónclave se tratara y a ningun prelado le hizo la menor gracia la visita de la supuesta divinidad. Resultaba que en Occidente la Iglesia estaba sumida en una grave crisis, dado que la gente cada vez era menos creyente debido a un materialismo exacerbado y a un nihilismo que anteponía la nada al ser. Por otra parte en los centros religiosos cada vez había menos sacerdotes. Incluso en muchos pueblos de paises meridionales como España en los que siempre habían sido muy religiosos ahora las parroquias de los mismos estaban cerradas a cal y canto. ¿Qué le diría el Papa a su Jefe Superior acerca de aquel desastre? Y lo peor. ¿Qué le diría Dios sobre los pederastas religiosos? Todo pintaba muy negro.
Efectivmente, tal como aquella figura luminosa había anunciado, al llegar el día señalado, un hombre de aspecto robusto y vestido con una sencilla indumentaria, se presentó en aquel monte en el que ya lo estaba esperando el mismo Papa en compañía de varios cardenales.
-¡Vayamos al Vaticano! - ordenó el hombre con autoridad.
Una vez que la comitiva llegó allí, todo el mundo religioso se hallaba a la expectativa. Pues en la Plaza de San Pedro se amontonaban toda suerte de creyentes. Unos rezando el Rosario con fervor, otros suplicando en voz alta la misericcordia divina por los muchos errores que habían cometido a lo largo de su vida; y muchos ateos cientifistas que se ceeían muy sabios al negar cualquier Dios en estos momentos se habían convertido en unos fanáticos creyentes.
El tal Dios se reunió con las altas jerarquías eclesiásticas en la Capilla Sixtina, y los fue mirando uno a uno con una expresión de reprobación, al tiempo que meneaba la cabeza. Y al Papa empezaron a temblarle las piernas de angustia.
-¡ Vaya gran vida os pegáis en mi nombre! - dijo Dios-. Quiero que me presentéis a los trabajadores de las ONG para darles ánimos en su labor por ayudar a los más necesitados que esto es lo que más valor tiene en esta vida - ordenó.
- Así se hará Señor - convino el Papa-. Pero nosotros, los prelados que estamos aquí tampoco somos tan malos. Celebramos actos religiosos en su honor para que la gente emocionalmente se sienta más reconfortada en sus desgracias.
- Sí, ya lo sé. Pero ¿de qué sirven los rituales si la humanidad no mejora? - expresó Dios con disgusto-. Desde que la Humanidad adquirió conciencia de sí misma, en la Antigua Grecia se explicaban fábulas, mitos que formaban parte de la mente humana. El héroe tenía que enfrentarse a un monstruo que en realidad era su propia vanidad para poder evolucionar como persona en este planeta. Pero al final esto ha quedado en papel mojado, porque en realidad el hombre no hizo mucho caso del simbolo de estos mitos.También en la Antigüedad surgió el símbolo Dionisio que era la divinidad del placer y del vino; de la juerga, aunque de acuerdo con la filosofía del momento todo tenía que estar sometido a la mesura. Asimismo se dijo que Jesús se perdió durante cuarenta días en el desierto, cosa que no ocurrió, y que fue tentado por el diablo que es de nuevo un símbolo de vanidad, pero que él supo vencerlo. ¿Y con qué me encuentro ahora? Con que todo se ha desmadrado, porque habéis confundido la evolución anímica del hombre con el prgreso tecnológico. Y así os va.
El Papa, que no simpatizaba con su Jefe, se atrevió a replicarle:
- ¡Pues Señor! Si vos soís tan bueno y tan perfecto, ¿Cómo es posible que hagáis creado a unos seres tan estúpidos como los humanos? Porque aquí el efecto no se corresponde con la Causa.
CONTINÚA
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