Doris, la nana de la casa(4)
Por Gonzalo41
Enviado el 08/05/2025, clasificado en Adultos / eróticos
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Lo primero que enseñaré, será hacer sexo oral, una buena mamada no tiene precio y en la ducha, bajo una lluvia a rica temperatura, para mí, es un paso casi obligado, y como siempre, estaba preparado, goma antideslizante en el piso, una manija para afirmarse en la pared, jabón y shampoo de excelente calidad, para nuestra comodidad, un pequeño piso, para evitar el dolor de hincarse en las baldosas, es más cómodo estar sentado y los participantes quedan a una altura adecuada, fue idea de mi mujer, tanto sexo en la ducha, ya habíamos mejorado las condiciones, además siempre ahorrábamos agua, jeje. Su cabellera azabache, merecía caricias y masajes, lavé sus largos cabellos y al terminar, tomé el piso, lo acomodé dentro de la ducha y le pedí tomar asiento, mirándome, mi pene erecto apuntaba a sus ojos, sin apuros, dije que me encantaba una buena mamada, tómelo, hágale cariño, abra su boquita, saque la lengüita, pruébeme, como yo ya lo hice, me había dicho que no le gustó cuando lo tuvo que hacer, ahora sería distinto, sin violencia, no obligado, haga lo que quiera cuando quiera, sé que le va a gustar y le voy a enseñar, con toda la delicadeza y ternura posible.
Les comento que mi pene es del todo normal, tamaño promedio, con sus vellos cortos, no depilado; y ese fue precisamente su primer comentario, estaba afeitado y arreglado para la ocasión, inmediatamente se cuestionó sobre lo descuidada apariencia de su zorrita, no se preocupe le dije, hoy es la zorrita más bella y será mia, sentada frente a mí, puse algo de jabón en sus manos y pedí que acariciara mi verga, como si fuera un delicado peluche, lo tomó y miró, como estudiándolo, cuando trataron de metérsela en su boca, había cerrado los ojos, cuando tuvo sexo fue doloroso y jamás tuvo un pene en sus manos, sin existir un grado de violencia.
Quiere hacerlo?, si no quiere, no importa, como siempre asintió, jamás se negó al sexo, y eso fue mi perdición, en ese instante, empezaron sus lecciones de sexualidad, por qué se para el pene, glande, prepucio, perineo, testículos por mi lado, de su parte, labios mayores y menores, clítoris(mi botón de la risa) sus funciones, su regla, como no embarazarse, todo lo que yo sabía......, siempre escuchó atenta y obediente, luego, me hizo uno de las mejores mamadas de la vida, tal cual yo quería, tal cual le indiqué, lo chupó, beso, lamió mis bolas, me miró a los ojos y jugó con mi verga, disfrutándola y haciéndome gozar como nunca, los tiempos trataba de controlarlos, quería durar lo más que pudiera y explotar sin control, en un momento me doy vuelta y solita acaricia y besa mis nalgas, su lengüita se dirige hacia hoyito pequeño, le doy instrucciones y me masturba y hace su primer beso negro, estoy a punto de venirme, doy la vuelta nuevamente, continuando su mamada, viene, viene, enredó mis dedos en su cabellera azabache, la sostengo su rostro, acabo al máximo, no presiono como me gustaría y la suelto, no quiero ejercer fuerza, acabo en ella, dentro y fuera, quiere alejarse, la dejo, pero ya tragó algo de mis fluidos, fue lo mejor, me retiro y mi semen salta a su rostro, la levanto del pequeño piso y aún tragando mi semen, la beso apasionadamente, limpiando con mi lengua su carita, tetitas y donde hubiere caído, yo tomaría todos sus jugos era lo más rico, acto seguido tomé asiento, mis piernas temblaban, recuperé el aliento y la estreché contra mi cara, mi lengua era la herramienta indicada, abrí sus labios y entre sus vello rizados se dejaba ver una vagina color rosado con borde más oscuro, lo que más me impacto en ese momento, fue la temperatura que se sentía.
Como se siente, le gustó, de inmediato ella preguntó, si me había gustado, si lo había hecho bien, perfecto, se esto se trata, que los dos disfrutemos, la satisfacción de ambos. Ahora me corresponde a mí, de ser posible, regalarle un orgasmo, parece que algo ya sintió, me lo chupaste y besaste exquisitamente y no querías, acabé en tu boquita, fue maravilloso, espero que sientas lo mismo, placer mutuo, ambos debemos disfrutar, sin culpas, ni reproches. La beso y de un movimiento, la dejo dándome su espalda le pido que separe sus piernas, porque ahora yo le daré mi mejor sexo oral y realmente me esforcé e hice todo lo que sé, besando y chupando sus muslos y pantorrillas, salté a su cuello y hombros, sus lóbulos no se escaparon, bajé por su espalda hasta llegar al pequeño orificio, apenas lo rocé y la reacción fue evidente, mi lengua experimento sus sabores, inmediatamente sentí el calor que irradiaba esa zorrita, era algo que no había experimentado esa temperatura, esa conchita hervía, nunca conocí una vagina tan caliente como esa, su cuerpo reaccionó y su ser comenzaba a vibrar, su espalda comenzó a curvarse, su voz no le salía y los gemidos normales ya eran anormales, dese vuelta le pedí y jadeando y como siempre obedeció, separé sus piernas y seguí besando, chupando y lamiendo, me encanta chupar el sexo de una fémina y jugar con el clítoris, el botón de pánico, como le llamo, su orgasmo venía llegando.
Doris se afirmaba en mis hombros para no caer y en un momento sus dedos entrelazados con mi pelo, me presionaba contra su zorrita, estaba casi lista, faltaba el remate final, un dedito dentro de su conchita algo más de lengüita y 10 segundo después, un grito de evidente placer y prácticamente se desvaneció sobre mí, yo lamía y seguía tomando todos sus jugos, misión cumplida, nuestra química después de ese orgasmo fue increíble. Me incorporé y la abracé firmemente, sentí que se caía, la sostuve y contuve, besándola y acariciándola, sin darle tregua, mi lengua quiso aún más, 1 o 2 minutos más de lengua y sentí ese segundo aire, en eso, escucha a mi hija despertando, salta de mi lado y me aparta, debía atender a la bebé y me pide permiso para salir de la ducha, eso me calentó más, como Ud. quiera, yo no doy órdenes y tú no las recibes, haga lo que quiera, salió de la ducha se secó un poco e hizo el ademán de cubrirse con la toalla, llamé su atención y le dije, deje esa toalla, te ves maravillosa así, y continuó sus deberes desnuda y sin pudores. La bebé había despertado y no dormiría hasta después de su almuerzo, la buscó y tomó a mi niña, la meció y tranquilizó, cambió sus pañales y la reconfortó, cubrió sus necesidades, con mi hija en sus brazos volvió a la cama y se acurrucó a mi lado dándome su espalda y una visión que sigo recordando como si fuera ayer, yo ya le había dado algo nuevo, había sentido placer, su primer orgasmo, yo esperaba una recompensa, eran casi medio día.
Sería después de alimentar a mi guagua, la papilla de almuerzo era su obligación, luego, la siesta, entre las 2 y 5 de la tarde, al menos, yo quiero descansar un momento...
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