Doris, la nana de la casa(6)

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Ese día había sido realmente un sueño, algo increíble y tenía que aprovecharlo, no fuera que durará poco, para mi fortuna, duró harto, casi 3 años, tal vez demasiado, de eso les comento después. Tipo 8 de la noche, debía reportarme con mi mujer, la llamé, el reporte fue del todo positivo, sugerí dejar nuestro dormitorio a la nana, por su comodidad y la mía, le comenté que noche anterior, estuvo más preocupada por no despertarme, mi mujer estuvo de acuerdo y cualquier cosa extraña que pudiera encontrar en nuestro dormitorio, tenía una razón para justificarme, también le comenté, que me pediría 1 o 2 días administrativos en la semana venidera, para estar en casa con mi guagua, el finde iríamos a ver a los abuelos, igualmente estuvo de acuerdo y me pidió realizar algunas tareas en la casa y aprovechar el día, sin reparos, pedí las instrucciones correspondientes y acepté de buenas ganas los encargos.

Había pedidos a Doris vestirse y ponerse lo que usaba habitualmente, polera y delantal, le tomé una foto con mi guagua en sus brazos y se la mandé a mi mujer y sería la excusa perfecta para fotografiarla más adelante en nuestros encuentros.

Luego de la llamada, mi bebé debía dormir y nosotros entregarnos al placer. Eran casi las 22 horas y mi bebé dormía y su sueño duraría hasta al menos las 3 de la madrugada, cenamos lo que quedó de la pizza del almuerzo, yo bebí algo, Doris no tenía ese hábito, había bebido en su casa, chicha de manzana y no se sintió nada bien, aceptó un sorbo de mi piscola para probar, no fue de su agrado, yo las tomaba bien cabezonas, pero no le importó, conversamos un rato e invité a la señorita de mis sueños a la habitación. Siempre quiero una ducha antes de tener sexo, sin decir nada, me siguió y el agua sobre nuestros cuerpos era el preámbulo de nuestra noche, besitos, arrumacos y estábamos listos, casi sin secarse y al ring de 4 perillas. Acabo de tomar unas azules y algo para estimularme, daré todo lo que pueda y más, había planeado no tomar la iniciativa y tranquilamente esperé su reacción, comenzó a besar mi pecho, mientras masturbaba mi pene, me dejé querer y di algunas instrucciones, solita beso mi abdomen y bajo para meter mi verga en su boquita, le había gustado hacer sexo oral y lo chupó maravillosamente, y siempre fue igual, lo primero que hacía, era chuparlo y mimarlo, antes de acabar, la detuve y comencé yo a besar y lamer su zorrita, cuya temperatura era de otro nivel, jamás he sentido ese calor, en otra vagina, continué jugando con su conchita y nos acomodamos para otro 69, ahora ella abajo, soportando mi peso y tragando hasta el fondo mi verga a reventar, el oral se transformaba delicadamente en su felación inaugural, nada dijo, sin quejas, le gustaba, le encantaba llegar a sus límites y yo le daría hasta esos límites, sin poder escapar de mi peso sobre ella, aumenté la fuerza y duro le di, hasta donde pude, dándole sólo breves descansos en caso de ahogo o atragantamiento, me corrí en su boca, sin darle respiro, todo el peso de mi cuerpo, cayó sobre ella, se debió ahogar un poquito, trato de separarme, no lo permití, mientras le ordenaba que debía tragarlo todo, mientras le decía, que era para mí lo más exquisito que pudiera sentir, tráguelo, tráguelo ordené de nuevo y como siempre asintió sin discutir, fue la amante y compañera de sexo, más obediente, dispuesta y cómplice que tuve en mi vida, con mi esposa, el sexo era muy bueno, pero no alcanzó nunca el nivel de fiato que tuve con mi Dorís, aún la recuerdo y la echo de menos, y en realidad la recuerdo y tengo casi al instante una erección, mis recuerdos de ella son el principal motivo de mis pajas en la ducha, cada vez que quiero excitarme y levantar al muñeco, cuando está flojito, pienso en nuestros momentos, que realmente fueron muchos.

Pero volvamos al relato, lo tragó como de dije, movió su cabeza y abrió esa boquita, como si yo fuera un doctor, nada había, sin pensarlo la besé y agradecí, le gustó, consulté y como ya les dije, me encantó, fue su respuesta, la noche apenas comenzaba y era toda nuestra.

Yo tenía clara la hoja de ruta, ahora se haría una pausa y propuse ver una película o ver videos musicales, mi plan era ver porno derechamente, el porno es una adicción o estoy equivocado?; Cuando Doris pedía mi computador, para comunicarse con su familia o ver sus redes, descuidadamente dejaba a la vista, mi historial de navegación, que directamente la llevaba a XHAMSTER y mis páginas favoritas, al regresármelo, revisaba inmediatamente el historial y poco a poco estaba adquiriendo el gusto por el porno, dicho esto, busco algo en NETFLIX, pero todo lo encuentro aburrido y Doris está de acuerdo, de la nada, le pregunto si sabe que son las películas porno o si ha visto alguna vez una, la negación es instintiva y la cara de mentirosa también, nunca?, nunca? y de nuevo, sin siquiera pensarlo, lo niega, la propuesta era obvia, veamos un rato de pornografía, inmediatamente le comentó que me gusta el porno y me gusta bastante, estoy seguro que te va a cambiar la forma de pensar y ver el sexo, como ya les dije, el sexo con mi esposa era muy bueno, pero a ella no le gustaba ver porno, para nada.

Un video de masaje anal era mi elección, el orificio pequeñito era el objetivo de esa noche y sino se podía, la alternativa era esa zorrita que hervía de deseos.


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