DÍAS DE BOGOTÁ (lamento)

          DÍAS DE BOGOTÁ (lamento)

Se cierran los párpados y busco en la memoria, caudal de luciérnagas en la noche más negra, la onda magnética en que nos encontramos. Hondas raíces en que fecundaste con tu interminable panal largas horas festivas, tardes en que el sol traspasaba la cortina anaranjada de mi dormitorio y yo seducía tu mirada con la pasión incontrolada que nos vinculaba.
Se desgarra el silencio –ahora–, no hay diferencia entre el día y la noche. En el marco de mármol, la pantalla enmudece, se comban las horas vacías y muertas, navega el río seco; las ramas sin hojas; ya no hay calendario, ni pulsa ya el cuarzo para marcar esas horas. Y, no obstante los hechos, te siento en mi alma y te llevo en mi pecho y, en un monasterio de piedra brillante, gotean los tiempos dibujando tus labios.

                                       Allá en tu Colombia