De copas (4)

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Con todos ellos sobre mí, Silvia se abalanza sobre mí. Y empieza a devorar con ternura mis labios vaginales y juega con mi clítoris. Su lengua me tortura de placer. No puedo gemir por mi boca llena del pene de Sergio, que con delicadeza me penetra lo más que puede entrando y saliendo sin cesar. La sensación de los mordiscos de Lady, aumentaban el placer de los lamidos de Silvia, el mesero es más brusco con mi otro seno, pero igual me gusta. Nunca había sentido esto. Vibraba toda. Mi mente volaba de placer. Un orgasmo. Placer, placer. Otro orgasmo.

Silvia llama a Saúl, que suelta a Melissa y le pide que tome el lugar de Sergio. Y a Sergio le pide que la penetre a ella mientras ella sigue chupándome toda. Saúl coloca su pene en mi boca, y empieza a empujar con furia, excitadísimo de ver a su mujer en esta posición. Sergio arrodillado detrás de Silvia la embate con regularidad. Marco ya está de nuevo con una fenomenal erección a lo que Silvia le dice que se coja a Lady. Marco se ubica detrás de Lady, y empieza a empujar hasta lograr penetrarla por su ano, cada empuje de Marco, yo lo sentía en cada lamido de ella.

Cuando Silvia está a punto de correrse, retira a Saúl, y se encarama en el cabezote del asiento, de forma que sus labios vaginales quedan prácticamente sobre mi boca, y me ordena que la bese, mientras ella a la vez, le daba una mamada a Saúl. Le pide al administrador que se acomode parado encima mío, para que pueda penetrarla analmente.

El mesero se para en frente mío, y trepándose sobre el asiento me empieza a penetrar vaginalmente, doblando lo más que puede mis piernas hacia delante; de forma que mi ano queda expuesto. Silvia me pregunta: – te han dado antes por atrás? Sólo alcanzó a menear la cabeza indicándole que no. – Pues hoy será tu primera vez, me advierte. Sólo recordé en milésimas de segundo las tantas veces que mi marido me quiso penetrar analmente, y no lo deje, en principio porque me parecía anormal, y segundo, porque imaginaba que debía ser doloroso. Y ahora, estaba a punto de perder mi virginidad anal. Que sea lo que sea, pensé, y me enfoque en mamar con más ganas la verga de mi esposo que estaba excitadísimo.

Silvia llama a Jonatán, para que ejecute mi desfloración anal, pero Saúl enérgicamente le dice que no, que ese honor de ser el primero le corresponde a él; así que Jonatán ocupa su lugar, ofreciéndome su enorme pene que solo puedo besar y chupar por los lados. Mientras tanto, Saúl se ubica frente a mí, y agachado se acomoda como puede mientras el mesero me sigue follando, y con su lengua con saliva me lubrica mi ano; siento como la punta de su lengua me recorre mi anito, y me gusta la sensación; introduce un dedo suavemente, y durante algunos minutos juega con él en mi culito, lo saca y salivando el dedo pulgar, me lo introduce, y empieza a moverlo al compás del empuje del mesero. Mi esposo, empujando al mesero hacia delante, coloca la punta de su verga en mi ano, y empuja con suavidad, siento que me parte, pero la quiero adentro. Empuja y pasa la cabeza, y siento un ardor, aguantable, soportable. Vuelve a empujar y siento como me va llenando y ocupando mi recto. El mesero prácticamente recostado sobre mí, me besa mis pezones que están paradísimos, estruja mis senos con sus manos. Me alegra que haya sido mi esposo el primero en darme por atrás, y siento sus bolas golpeando mis nalgas con cada empuje para meter más su verga en mi culito.

El mesero y mi esposo se sincronizan, en su mete y saca. ¡Maravilloso! El sabor de los flujos de Silvia me excita más. Lady con cada empuje de Marco me muerde más duro el pezón, que creí que iba a sangrar. Melissa se acomoda de tal forma que pueda besar los testículos de mi marido mientras el me da por el ano, y a la vez Sergio la coge analmente a ella.

 Y así estamos:

Yo recibiendo de mi marido, del mesero, de lady y de Silvia.

Mi marido recibiendo de Melissa.

Silvia recibiendo de mí, del administrador y de Jonatán.

Lady recibiendo de Marco.

Melissa recibiendo de Sergio.

 Silvia se corre en mi boca, delicioso. Se baja y se la empieza a chupar al administrador. Jonatán tiene la verga más grande de todas, casi no me cabe en la boca. Casi al tiempo, tanto mi marido como el mesero se corren en mí; mi marido adentro y el mesero si la alcanzo a sacar y me la echó encima.

Marco tomo el lugar del mesero. Y Jonatán el de mi esposo. Marco se acostó y yo me puse sobre él, insertando su verga en mi coño, dejando expuesto mi ano para Jonatán. Mi esposo vino y me brindo su pene que acuciosa cogí para lamerlo e intentar revivirlo. Jonatán intento, meterme su verga por el ano y no pudo. Silvia vino y se lubricó un dedo con saliva y me lo metió, luego dos, luego el tercero, y empezó a meterme los 3 dedos suavemente, mientras Marco me seguía follando. Silvia tiene manos delgadas, así que pronto tenía los cuadro dedos menos el pulgar dentro de mi culo, y de un momento a otro, ya tenía todo el puño dentro de mí. Y empezó a meterme casi hasta la mitad del antebrazo; me dolía, pero me gustaba; esto es el fisting – dijo Silvia. Mientras le mamaba la verga a mi marido, masturbaba a Jonatán, a la vez que Marco continuaba con su mete y saca constante. Llegó un momento en que los tres anunciaron que se corrían, y Silvia les dijo que no acabaran adentro, sino que echaran su leche sobre mi rostro. Silvia sacó su antebrazo de mi trasero con cuidado pues ya me ardía. Primero fue Marco que lo sacó apresurado, me levantó de encima suyo. Y puesto en pie, me vacío su carga sobre mi cara, cayéndome sobre los ojos, la frente, el pelo; siguió Saúl, que igual la descargó sobre mí, pero de ésta trague un poco, quedando ya con media cara cubierta de semen. Finalmente, Jonatán, que lo continue masturbando mientras le besaba y le mordía el glande, hasta que explotó con un gran chorro sobre mi rostro, quedando completamente embadurnada de semen de los tres hombres con los que estaba.

Silvia llamó a Melissa y entre las dos me limpiaron con sus lenguas mi cara, y mis pechos que estaban untados de semen. Mientras me besaban, recorriendo con sus lenguas mi piel, se besaban entre ellas. Lady luego se subió al mesón del bar, junto con Melissa y ambas se estaban haciendo un 69 prodigioso. Melissa estaba arriba y por ende, sus voluminosos senos se posaban sobre el cuerpo de Lady.

Continua en De copas (5)


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