EL PEQUEÑO OBSEQUIO

Por
Enviado el , clasificado en Amor / Románticos
135 visitas

Marcar como relato favorito

 

EL PEQUEÑO OBSEQUIO

Se yergue casi con digna solemnidad, reclamando al dios Sol su ofrenda diaria de vida. Escasamente sostenido en su angosto reino, no por ello se da por vencido; año a año, entrega su pequeño obsequio, los tres frutos de su seno, a quienes lo protegen y dan vida.

Corre la savia en su estrecho tronco y sus pacientes ramas generando tres soles ardientes hijos del dios Febo: son como él, radiantes y plenos, rotundas esferas concupiscentes, ansiada carne de primavera.

¡Oh, me rindo a tus pies, humildemente, sencillo cerezo!; me declaro envidioso de los frutos de tu fértil seno... ¡Ay, cómo quisiera ser objeto de los cálidos ojos que esta mañana pleitesía rinden a tus delicadas ramas!


¿Te ha gustado?. Compártelo en las redes sociales

Denunciar relato

Comentarios

COMENTAR

(No se hará publico)
Seguridad:
Indica el resultado correcto

Por favor, se respetuoso con tus comentarios, no insultes ni agravies.

Buscador

ElevoPress - Servicio de mantenimiento WordPress Cursos online gratuitos de escritura y redacción

Síguenos en:

Facebook Twitter RSS feed