Doris, la nana de la casa(7)
Por Gonzalo41
Enviado el 26/05/2025, clasificado en Adultos / eróticos
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Le propuse ver pornografía, la cual disfruto en demasía, con esa carita de inocente-culpable que me puso, saqué mi computador, lo conecté a la pantalla de 50 pulgadas del dormitorio, busqué mi carpeta xxx y abrí un video que tenía preparado, de un exquisito masaje con anal incluido, no necesitaba verlo, me acomodé, para que ella tuviera una visual de primera, por mi parte fui a buscar los implementos necesarios, tomé un aceite con sabor, de guatita me puse, esperando recibir algo lo más parecido al video.
Ella sabía de mi gusto por las caricias y los masajes, pero ahora sería de cuerpo entero, desnudo y aprendiendo de un video, tomó el aceite, y preguntó que era, le expliqué y casi lo da vuelta por completo, me reía sólo, se acomodó unos instantes, vio la pantalla y comenzó decidida, al momento , paró y buscó una almohada y me la puso en el bajo vientre, tal cual el video, cuello, hombros, brazos, espalda, tal cual, yo sabía lo que venía y esperaba ansioso, jugueteó y amasó mis glúteos, los beso y lamía entretenida, cual estrella porno, le gustaba y mí me encantaba, siga, siga, que rico, susurré y obediente, beso, lamió y beso mi trasero, luego Uds. saben, siguió con las bolas y mi pene, que a esas alturas casi reventaba.
Pare un poquito, pedí casi suplicando, le di otra cremita, un retardador explicando su función y utilidad, la obediencia era de no creer, realmente esa mañana ella había disfrutado el mejor sexo de su vida y lo había reconocido y agradecido, por mi parte no tenía nada que objetar, tomó la crema y embelesada comenzó a masajear al NIÑO, yo descansaba en pensamientos alejados del momento, el trabajo, el fútbol, mis problemas, me pidió me volteara al igual que la peli, siguiendo paso a paso el actuar de la protagonista, así las cosas, la acción del video cambió, tomando el actor la iniciativa, ahora me toca a mí, dije con una sonrisa juguetona, sabía que un masaje anal con penetración era lo siguiente, me levante de la cama, fui al baño, un poco de agua fría y algo de limpieza y de vuelta al ruedo, mientras ella se ubicaba, tal cual el video, solita se acomodó de guatita al borde de la cama, debía dar el masaje hincado sobre sus pantorrillas, tomé una almohada y levanté su pelvis, tal cual ella lo había hecho, sus brazos colgaban fuera de la cama y sus cabellos casi tocaban el piso, está cómoda pregunté, dijo SI, evidentemente excitada, tranquilita recién comienzo, no necesitaba ver ningún video, sabía lo que hacía, ella debía sentir, ver y escuchar, tenía enfrente un culito virgen para jugar, mis manos, besos, caricias y lengua con delicada suavidad la recorrieron entera, las azulitas hacían su efecto, apuro no tenía, llegué hasta lo más bajo de su espalda, tomé, apreté y acaricié sus glúteos, jugué con ellos, separaba, juntaba y sin decir agua va, estaban separados y mi lengua los recorría sin parar, ese pequeño agujerito, estaba mojado, palpitante, era su turno, sentí sus jadeos, sus manos querían rasgar el cubrecama, paré abruptamente, sin dar explicación, me levanté de la cama y bebí sorbo de cerveza.
Como estuvo, no escuche respuesta, entendí claramente con su mirada, quería acabar, no quedar a punto, precisamente, era lo yo que esperaba, tranqui, volví a lo mío y el primer juguete que le presente, fue un dilatador recién adquirido, del tamaño justo y con una colita de zorro que asomaría de su culito, le expliqué que era y para que servía, con algo de temor evidente, preguntó si dolía, si duele, me dice, continuando con las caricias, mi lengua y una rica cremita con sabor, pretendían entrar al pequeño agujero, como siempre un guante de látex cubrió mi mano y fue el pulgar el primero en atacar, fácilmente irrumpió en su cavidad, delicadamente entró y salió unas cuantas veces, sacando quejidos no determinados de dolor o placer, se dilataba entregándose de a poco, el dilatador prosiguió, entrando hasta más allá de la mitad y dejando una linda colita de zorro asomada de ese hoyito. Dejé descansar un momento el agujero pequeño y siguiendo con mis planes, mi lengua continuó recorriendo cada milímetro de su zorrita y su uñas se habían ya clavado en mi espalda, 2 dedos asaltaron su vagina, mientras bebía de sus jugos calientitos que brotaban abundantes, succionando su botoncito mágico, durito y erecto en esos instantes, gemía, gemía, arqueando su espalda y convulsionando entera, explotando en otro orgasmo maravilloso, no le doy ni un segundo y pido me desfile con su nueva colita, al levantarse de la cama, con sus piernas temblorosas, le doy un buen par de nalgada, sin pedir permiso siquiera, su respuesta fue la mejor de todas, " después no se queje" dijo severa, desfiló y exhibió su zorrita y su colita de zorrita, estaba dichosa, me ofreció algo para beber, pavoneándose y moviendo el culo, me trajo unas cervezas, unos sorbos, este era el momento, el video seguía.
Solita se acomodó de guatita mirando la pantalla, ya sabía que venía, en cuclillas sobre la cama me puse, el dilatador entraba y salía sin dolor y harto placer, la tarea seguía con la parsimonia que correspondía, ahora 2 de mis dedos entraron en acción, unos quejidos ahogados salieron de su boquita, no era dolor, separé sus piernas, una almohada bajo su vientre levantó ese culito aún virgen, apunté y con suma delicadeza comencé a penetrar esa maravilla, mi glande a reventar se posó y presionó ese culito hasta ese momento jamás invadido, poco a poco, pero firmemente la puntita se abría camino, gimió, de dolor o placer, no sé, en ese momento no importaba, un pequeño empujón y no dijo nada, atrás, afuera y escuche un suspiro, la cabeza de mi verga penetró completa, el va y viene comenzó delicado al principio y de repente fuerte y rápido, ese culo había sido desflorado, gemidos, quejidos y garabatos salían de su boca, eran de puro placer, de pronto se escuchaban monosílabos, si, si, si, dele, dele más, más, rico rico, obediente le di hasta no poder más, estaba entregada, el sexo anal le gustó y siempre lo disfrutó, mi pene, como dije, era de tamaño normal, siempre lo gozó y disfrutó, yo estaba que explotaba, no quería, me contuve y detuve, acaricie su espalda, su cuello, tire sus cabellos, descansé tal vez unos segundos, entonces le di un fuerte empujón, otro y otro, y no hubo quejas, el gozo y el placer, pudieron más, empujé con todo, un suspiro en el aire quedó, y le di y le di, comenzó a gemir, gritar, reír, y no paré, hasta que explote de placer, el culito virgen fue mío, lo llené de mi lechecita, lentamente fui retirando al niño y el semen brotó del orificio, como lava de un volcán, quédese quieta ordené y con una polera la limpié delicadamente y sin dar aviso, con mi pene duro y erecto, penetré ese hoyito pequeño nuevamente y le dí sin reparos, solo escuche gemidos y expresiones de placer, esta vez, ya exhausto, no logré acabar, la erección seguía allí, las azulitas, funcionan..
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