Doris, la nana de la casa(8)
Por Gonzalo41
Enviado el 26/05/2025, clasificado en Adultos / eróticos
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No había acabado esta segunda vez, se dio cuenta, lo tomó, acarició, chupó su tronco de extremo a extremo, hasta que lo hizo explotar, estoy realmente cansado y ella no sabe que mañana no iré a trabajar. Esa fue nuestra primera vez, la aventura duró casi 3 años, jamás los olvidaré, hicimos de todo, le enseñe todo lo que sabía y aprendimos otras cosas juntos, siempre esperando darnos el mayor placer, además la adrenalina y el riesgo, fueron cómplices, con mi mujer en casa no era un obstáculo, tener sexo con la nana en la logia, mientras tu esposa dormía en su habitación, eso era otra cosa, no tenía precio.
Se los cuento más adelante...
El cansancio fue mayor y el sueño me venció, fue realmente placentero, Doris cuidó mi descanso, no supe nada el resto de la noche.
A la mañana siguiente, despierto, con caricias, besos y una lenguita traviesa, recorriendo mi pene con suma delicadeza, pero debo ir a trabajar... supuestamente... su mirada, suplica, quédese, quédese conmigo, ¿qué quiere que haga? pregunto.
D: Quiero que se quede.
Y: También lo quiero, pero no puedo, debo ir a mi pega.
D : Quédese conmigo, por fa.
Y : No sé, voy a ver, voy a llamar a mi jefe, algo inventaré. Salí del dormitorio, hice como si llamara a mi trabajo, al regresar, con una sonrisa en la cara, le dije que me habían dado permiso, su rostro se iluminó, regreso a la cama y pido un rato más de sueño y prometo otro día de placer.
D : Lo mismo digo, gracias.
Los brazos de Morfeo fueron mi cobijo, casi a medio día recién despierto, Doris a mi lado, totalmente desnuda, juega y cuida a mi hija.
Y : Buenos días.
D : Como amaneció, descansó ?
Y : Si, como nunca y listo para hoy y Ud. como está?
D : Lista.
El almuerzo de mi bebé era lo próximo, no tenía apuro alguno, ofrecí hacer nuestro almuerzo y a eso me aboqué, al menos debía esperar un par de horas, para disponer de nuestro tiempo. Almuerzo, pañales y siesta de mi bebé, eran casi las 3 de la tarde, atentamente serví la merienda, sin apuros, antes del terminar, Doris se veía evidentemente ansiosa, que quiere hacer?, quiero cariñitos, pida lo que quieras, nos vamos al dormitorio, donde tengo un cómodo y amplio sillón, sé cómo sacarle el mejor provecho, me instalo e invito a mi musa a disfrutar mi regazo, ahorcajados nos besamos y nos entregamos al otro, un atraque con tutti, en eso me encuentro disfrutando y chupando sus tetitas y unos pezones, duritos y parados, mi dedos juegan con su botoncito de la risa, ella como puede me masturba con dureza, me quejo un poco y suaviza su accionar, siempre concentrada en su misión, el tiempo pasa sin darnos cuenta, Doris quiere tener más sexo, me quiere dentro de su ser, quiero lo mismo, mi bebé está por despertar, no quiero arruinar esta ocasión especial, ella pide y pide más, sin decir agua va, me levanto acomodándola de guatita en un brazo del sillón, dejando su hermoso culito recién estrenado, en posición envidiable, ambos estamos mojados y calientes, paso con fuerza mi lengua por el pequeñito orificio, escucho un gran suspiro o gemido, casi ahogándose, una petición, sale de su boquita, despacito ya, obediente lo introduzco con cariño, me demoro todo lo posible, dilato su culito con sumo cuidado, en el momento justo, presiono, la puntita está adentro, espero y descanso, esperando su respuesta, se acomoda y lentamente comienza a moverse hacia mí, de a poco entra y sale, hasta tenerlo todo dentro, como toda una experta, el pico bien puesto le encantó, no tuve que hacer prácticamente nada, me afirmé de sus largos cabellos y me culió con ganas. Parece que lo mencioné, me encanta acabar y darle semen directo a la boquita de mis amigas, o al terminar un anal, el primer chorro directo en el recto y rápidamente afirmar mi miembro, sacarlo y directo en su cara, donde vaya, su boca o donde caiga, ya había probado mi leche y la disfrutó, no fue la excepción, acabé en su culito, llenandolo con lo que se pudo en el primer chorro, apreté mi pene, dejando atrás esa cuevita.
G : Míreme, le ordeno con firmeza, saqué su lenguita y abra su boquita.
Levanta la vista, boca abierta, un segundo y tercer chorro, rebalsan sus labios, en unos instantes al cerrar su boquita y abrirla de inmediato, nada queda sobre su lengua, tragó todo, la levanto, abrazo, agradezco y beso apasionadamente, mi hija está por despertar.
Transcurrió la tarde y comenzó a caer la noche, al igual que el día anterior, llamé a mi mujer para dar el reporte, supuestamente yo acababa de llegar de mi trabajo, informo, todo bien, mi niña estaba comiendo y no hay novedades que reportar, le paso el celular a Doris, para darle a mi mujer información de primera mano, por su parte, mi suegra estaba mejor y bien atendida por su hija, para mi fortuna era recién el segundo día, algunas instrucciones me dieron, las cuales ni siquiera recuerdo, mi mente estaba en otro canal, buenas noches y mañana hablamos.
Al rato el objeto de mis deseos, dedicaba todos sus esfuerzos cuidando a mi bebé, procurando dejarla cómoda y dormida, entretanto, yo esperaba ansioso e impaciente, veía las noticias sentado en el living, pensativo y confiado en los hechos que se venían, mis planes no eran rígidos y la química que hizo erupción entre ambos ese día, daba para cualquier cosa, mi musa había pedido a gritos que la penetrara, ese chorito estaba hambriento y caliente, su temperatura era algo desconocido para mí, yo me contuve y le dí otros placeres, ofreciéndo esa noche para cumplir su deseo, la noche llegó inexorablemente y a paso veloz.
Mi niña dormida en su cuna quedó, lo supe al oír a Doris correr por el pasillo hacía el living, vestía su delantal de siempre, nada más, al llegar a mi lado y antes de acurrucarse junto a mí, me deja ver nuevamente su juvenil y total desnudez, el pudor o la vergüenza, no existiría más entre nosotros, sería lo más natural, por supuesto, la esperaba en pelota y mi pene orgulloso y altivo esperaba los que fuera, preparado estaba.
Había decidido entregar esa noche el mando a Doris, me dejaría querer y se lo hice saber de inmediato, Ud. manda........Unos segundos y se empoderó en el cargo, yo veía las noticias, me montó y puso en práctica todo lo que había aprendido y/o experimentado el día anterior, me calentó al máximo, era yo el que pedía me diera su conchita. Sin darme cuenta, está de pie y de un brazo y casi corriendo me jala al dormitorio, no sin antes tomar un excitante baño de burbujas, para bajar revoluciones y entregarnos frescos a nuestras pasiones, me acaricio y lavó por completo, me había ordenado no hacer nada, al finalizar, me indicó, poner cualquier video o música y esperarla en la cama. El día anterior le había regalado un surtido de lencería, al menos 12 o más piezas, esa noche comenzaría con un desfile erótico.
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