CUENTOS BREVES (del manual de la masturbación) (30)
Por Eunoia
Enviado el 27/05/2025, clasificado en Adultos / eróticos
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CUENTOS BREVES
(del manual de la masturbación)
(30)
NUESTRO ARDIENTE JUEGO
PREPARATORIO -2-
Tumbo a Tania y le abro el chochito. Está lleno de fluido. La situación la ha puesto caliente y se deja amar. Le abro la figuita y lamo y chupó toda la vulva. Meto los dedos hasta dentro del coño y juego a penetrar la vagina humectante; soy yo quien la folla. Ella gime sin cesar. Sacó mis dedos y se los pongo en la boca; ella chupa y sorbe su propio jugo. Me aboco sobre su cerecita erecta y comienzo a comerla, a la misma vez que introduzco mis dedos llenos de la saliva de ella hasta lo más profundo de su sima del placer, toda resbaladiza de flujos. A Tania le encanta oírme decir «Me gusta tu coño; me gusta joderte. Quiero que te corras». Lo digo y follo su coño abierto y húmedo, calentísimo. Vuelvo a comérselo hasta que, con una violenta sacudida se corre en mi boca, mientras aprieto sus nalgas. Cuando sus convulsiones cesan nos levantamos. Roberto me mira interrogativamente; tal vez espera que le ofrezca el felpudito y mi coño caliente: eso no forma parte del juego; yo sólo deseo que saquemos nuestros juguetitos eléctricos y nos entreguemos a nuestra pasión lésbica.
La vez anterior, con Luis, invertimos los papeles. Entonces Tania contemplaba cómo él me acariciaba tumbada boca abajo. Luis, que era un antiguo condiscípulo que abandonó los estudios para tocar en una banda de rock, m resultaba más agradable que Roberto. Le propuse a Tania ser yo la que se dejara follar y ella quien gozase viéndolo. Luis me hizo el amor lentamente, acariciándome toda, besándome las nalgas y la entradita del ojo del culo..., lamiéndolo. Me chupó las tetas suavemente mientras me metía los dedos en el chocho; despertó mi lujuria.
Tania observaba la escena; se masturbaba frente a mí. Jugueteaba con su coñito y un nuevo aparatito vibrador. Los ojos cerrados. El lubricante sexual empapaba la maquinita de placer y ella gozaba de su voyeurismo.
Luis me hizo girar, me puse de espaldas a él y empezamos a joder. Cuando me penetró emití un gemido porque a Tania le gustaba mi cara mientras follaba. La polla de Luis entró por mi tunelito con alguna dificultad, así que me di la vuelta y le hice una mamada llenándole todo el cipote de saliva. Volví a darle el culo y la verga penetró a lo más profundo de mi vagina. Cuando me cabalgaba notaba su largo cabello golpeando mi espalda y sus cojones estrellándose contra mi culo gordito. Sus manos sobaban mis pezones. Tania llegó al clímax y tuvo un fuerte orgasmo. Sus manos empujaban el satisfayer frenéticamente. A mí eso me hizo llegar al mío. Mis gemidos causaron el efecto de llevar a la eyaculación a Luis, que se corrió dentro de mí con fuertes empujones y jadeos, inundándome con su esperma caliente. Cuando su tranca se aflojó, sacó la polla de mi coño y el semen espeso salió a borbotones entre mis labios vaginales. Tania se acercó por detrás cuando él se separó de mí y jugó a follarme con los dedos impregnados en la tibia leche seminal, llevó otra mano a su chocho y las dos follamos así... pero hoy no me apetecía más que hacer el amor con Tania.
Tania, que descubre que yo no quiero la penetración de él sino la suya, la mía propia, la de las dos juntas, le dice que puede ir a la ducha antes de salir. Me toma de la mano y nos vamos hacia el dormitorio. Discurriendo por cada lado de mi ardiente agujerito, noto mis fluidos bajando desde mi canalito vaginal hacia el exterior de mi coñito baboso: ahora le toca a él ser trasladado al paraíso por la lengua y los sedosos deditos de mi amada y sabia compañera de juegos.
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