CUENTOS BREVES (del manual de masturbación) (32)

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                     CARTA A PATRICIA

 

Querida Patricia,
sigo en Capri. Mañana salgo en vapor para las Mauricio. Te extraño hasta el dolor. Te extraño como una herida que palpita y escuece, que hace del mundo un acompañante indeseado, molesto.

Te deseo con una urgencia lacerante. Te escribo con nuestro lenguaje puro y no bastardeado por las fútiles elegancias y curcunloquios de la farisáica sociedad que nos rodea; a vos allá, acá a mí.

Recostado en esta chaise longue, completamente desnudo excepto el sombrero beige que me regalaste en Buenos Aires, pienso en ti, en tu cuerpo rotundo, en tu madurez espléndida, en tus curvas plenas y sabedoras de qué es, dónde se encuentra, cómo buscarlo y cómo satisfacer el placer profundo; ese que es un recóndito arcano para quienes son presa de las rutinas y conveniencias.

Rememoro brevemente tus saberes placenteros —tu cuerpo y mi cuerpo; cuerpo compartido, estudiado, asimilado, forjado entre ardor y sudor, caricias y flujos; griego y romano—.

Mi mente torturada dibuja tu cuerpo, tendido desnudo sobre la jarapa floreada en verdes y ocres de la habitación de invitados de tu casa del sur. 

A la vez que te veo en mi mente, mi verga está tiesa, con el capullo y su corona, morada e hinchada por la concupiscencia del deseo y la necesidad, mostrando en el orifico una reluciente gota de flujo. La toco levemente en mi excitación y la yema de mi dedo muestra un hilillo transparente sujeto en la ansiosa boca de mi miembro.

En la imagen que proyecta mi pensamiento, estás boca abajo, con las redondas y protuberantes formas de tus nalgas separadas; veo tu raja, tu puerta a los placeres compartidos, entre la vegetación acaracolada y oscura de tu vello. Brilla por los cachetes de tu culo la láctea muestra de mi semen. Una mancha líquidamente espesa se aprecia sobre la jarapa, ligeramente arrugada tras los recientes reptantes movimientos de nuestros cuerpos enlazados.

Me acabo de correr en tu coño fantástico, descargando mi leche en tu vagina y, tras las sacudidas del placer, he sacado mi polla resplandeciente de tu agujero satisfecho y glotón; aún espasmódico él, aún pendulante mi falo.

Estoy echado sobre tus muslos y percibo el aroma de tu sexo, de mi semen, de los ardientes y sexuales néctares de tus flujos. Te beso cada nalga. Pasó mi índice por la hendidura que las separa, lentamente. En ese momento levantas y giras tu cuello y me pides: "fóllame el culo, vida. Méteme el dedo hasta el fondo del saco, como si me lo desvirgases por primera vez, rómpeme el agujero, vida". Yo te doy un par de juguetones cachetes, como me pides para disfrutar con esa fantasía que tanto te agrada, en cada lado del culo y te mordisqueo suavemente las lunas serenas y blancas. Acto seguido, chupo mi dedo medio y luego lo meto en tu raja llena todavía de mi leche. Rozo despacio el agujero comprimido de tu culo y lo voy metiendo en el ojete. Tú te revuelves sensualmente, con un ronroneo gatuno, y te semiincorporas a cuatro patitas, abriendo los muslos.

Ahora veo tu coño brillante, con restos blancos de nuestros flujos calientes, y mi dedo hundido levemente en el cráter radial de tu ojete. De tu garganta parten gemidos placenteros. "Quiero comerte el rosado sépalo caliente", te pido. Tú te das la vuelta y me ofreces toda tu genital flor labial abierta y plena del rocío de la expectativa. Como un oferente, me hundo en el canal ardiente y libo, como una mariposa hambrienta, el embriagante licor de tu vagina. ¡Ah, tus mieles, amor! Te arranco copo a copo el milagro de la nieve ardiente de tu carne, tu voz deja escalar largos lamentos dulces, el gutural sonido que sacude tus entrañas, hasta que eres cascada y catarata fluida entre mis labios y te bebo. Te sacudes, te frotas en mi boca. Te paladeo, te gozo; me enveneno con el bebedizo que me ciega...

Vuelvo al aquí; vuelvo al ahora. En este momento, Patricia, me estoy masturbando para ti. Acaricio mi miembro enhiesto. Entre mis dedos el sedoso capullo se va vertiendo en leves burbujas de flujo, hasta que se apoderan de mi erguido falo los espasmos del clímax. Me vengo, me corro salvajemente entre fuertes y graves jadeos y leves gritos contenidos. Mi verga se levanta y baja a golpes varias veces, salpicando mi pecho, vertiéndose en mi vientre; la leche masculina entrando en mi ombligo, resbalando por mi cuerpo, entre mis dedos, resbalando hacia el resto de mi mano... el esperma caliente y viscoso.

En mi cabeza sigue constante la imagen de tu hermoso culo, tu clítoris hinchado y tieso, tu ojete distendido; mi dedo medio cada vez más adentro, hasta que mi nudillo choca con tu rabadilla. Lo meto y lo saco mientras tu gimes y te contoneas, ayudando a mi penetración. Musitas con tu bello acento argentino: "fóllame más, corazón, fóllame el culo". Te frotas a la vez la abierta concha dilatada y mojada de nuestros fluidos del amor, y te corres de nuevo con un largo gemido femenino. Excitadísimo, yo vuelvo a verterme entre tus piernas, con el dedo introducido en tu famélico ojete caliente, aprisionado en sus paredes mojadas con mi saliva y nuestros flujos coitales.

En esta locura de deseo por ti vivo, cariño mío, cada interminable día de separación. Te mando una foto de mi pene huérfano de ti.

Voy a dejar esta carta en la oficina de Correos.

Ahora te toca a ti excitarme con tu respuesta. No te demores, mi sexo ya paladea la vuelta de sus destinos con el ardor de tus palabras. Espero que, con las expertas caricias de tus dedos o con el artefacto eléctrico que te regale, tu caliente higuito chorreante y tú deliciosa uvita cúspidea se hayan corrido varias veces y tus orgasmos te hayan conducido al paraíso del placer en una multicolor sinfonía psicodélica de tu caliente higuito chorreante.

Te quiero con locura.

 

 

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(0): El momento tan esperado (parte uno)
(1): Desnuda frente al espejo
(2): Fetichismo 
(3): La apuesta con Bárbara 
(4): El delirio de tu néctar 
(5): En el gimnasio 
(6): Respuesta condicionada (versión 1)
(7): Respuesta condicionada (versión 2)
(8): Mi eterna fantasía 
(9): Irreprimible 
(10): Espejo de la realidad 
(11): Espejismo o realidad 
(12): Y así llego el momento
(13): Iniciación (1)
(14): Iniciación (y 2)
(15): Amanecer 
(16): Gladys (I)
(17): Roma-Abril
(18): Gladys (II)
(19): Mi encuentro con Dorrie
(20): Sesión completa (parte uno)
(21): Sesión completa (parte dos)
(22): Retrato impresionista 2.0
(23): Gladys (III)
(24): Gladys (IV)
(25): Gladys (V)
(26): Gladys (VI)
(27): El descubrimiento de Alex -1-
(28): El descubrimiento de Alex -2-
(29): Nuestro ardiente juego preparatorio-1-
(30): Nuestro ardiente juego preparatorio-2-
(31): El placer de Leonor


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