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El embajador del planeta SG367Y aterrizó en Barajas con intenciones “comerciales”. Lo esperaban consejeros madrileños, pero surgió un dilema: no hablaba castellano. Drama. Hasta que, para sorpresa general, se arrancó en un catalán impecable, cortesía de antiguos negocios con el honorable Pujol (muy rentables, por cierto). De inmediato, todos aseguraron hablar catalán “perfectamente” —todo sea por la pasta. La presidenta lo recibió encantada, y entre sonrisas y acentos forzados, hablaron de lo único realmente universal: dinero y comisiones. Al final, el extraterrestre concluyó que en la Tierra, el idioma oficial no es español… es el euro.
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