PÁGINAS DEL DIARIO DE MARLENE (4)

                                                19/02/2015

Se llama Laura.

Me esperaba en el puente, en "nuestro" puente. Llevaba su pelo sujeto con una diadema. Estaba graciosamente apoyada de espaldas, con ambos brazos detrás, acomodada en la baranda de madera.

¿El alborozo interior es señal de enamoramiento? ¿Cuando lo demás es irrelevante y nuestro foco visual tiene un centro, y sientes el corazón latir con fuerza, dejas de ser tú misma para sentirte complementada por otro cuerpo que quieres hacer tuyo y ser de ella... es amor?

Toqué su hombro. Se volvió —sus ojos son, efectivamente de miel— y me dijo: «Me llamo Laura»