Una mansión que acoge infinidad de orgías (20) Fin de la serie
Por El Manso Embravecido
Enviado el 30/06/2025, clasificado en Adultos / eróticos
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Julián y Marisol deciden personarse en la habitación donde los pijos neocon quieren zafarse de la autoridad de los chicos congoleños. Los guardas de seguridad ponen en su sitio a las duquesas guarras y a sus sarasas pijos. Marisol ordena:
--A partir de ahora se hará lo que nuestros aliados congoleños y nosotros ordenemos. Las habitaciones n.º 19, 27 y 29 están libres y vacías. Nuestros amigos congoleños llevarán a esta panda de asquerosos conservadores democristianos y liberales hasta allí, repartiéndolos por las tres habitaciones.
Julián toma la palabra y continúa diciendo:
--Exactamente. Y también meteremos en ellas al presidente de la mansión (el arzobispo de la zona, don Pelayo), y a los y las veinte directivos-accionistas, entre ellos a don Benedicto (el párroco de la barriada de Jorge, uno de nuestros compañeros), y a don Alfonso (el alcalde pedáneo de este mismo compañero). A partir de ahora la presidenta de la mansión Marqués de Sade será la sexóloga y psicóloga Margaret Morgan Clark. Los y las guardas de seguridad y los parias de la mansión seremos la nueva directiva de esta institución. Ya hablé con Araceli, Jorge y Vega, y están de acuerdo en apoyar el motín. A nuestro compañero Lucas, cuando llegue para darle el relevo a Marisol, lo entregaremos como rehén. Que nuestros camaradas congoleños hagan lo que quieran con él, por chantajista y extorsionador.
Las habitaciones 19, 27 y 29 quedaron abarrotadas de sacerdotes, obispos, jueces, magistrados, marquesas, duquesas, condesas, burgueses y demás escoria social. Todos, muy guarros en la cama y muy sanguinarios fuera de ella.
Cuando llega Lucas a la garita de control, lo reciben un grupo de 23 congoleños, senegaleses y angoleños. Lo cogen, lo desnudan y lo ponen a cuatro patas y se lo van zumbando por culo y boca. Lucas parece un pollo al ast. Lo van envarillando a turnos, los 23 subsaharianos.
En la habitación 19, entre otras orgías, al expresidente de la mansión y arzobispo de la zona, don Pelayo, lo están envarillando en la postura del misionero tres pijos. Mientras don Pelayo tiene la boca y el trasero ocupados por dos vergas, el tercero se pajea golpeando su polla sobre la cara del eclesiástico. En la habitación 27, una de las accionistas, la marquesa septuagenaria doña Luz, se encuentra en la gloria mientras cinco africanos se la trajinan. Incluso pide que Lourdes (la novia del guarda Lucas, o mejor habría que decir exnovia ya), le propine unas patadas y puñetazos BDSM de los suyos. En la habitación 29, un chico congoleño se venga de un pijo con camisa azul mahón (porque este quería devolverlo a África una vez disfrutara de su tranca), y le da por culo a una velocidad de cuatro embestidas por segundo. El congoleño piensa aguantar a este ritmo por lo menos una hora.
Llega Margaret Morgan Clark a la mansión, celebra el motín y, desde los jardines del recinto (donde se improvisó un entablado con micros y alrededor cientos de sillas), pronuncia la siguiente arenga:
--Me congratula el saber que la mansión Marqués de Sade, anteriormente conocida como mansión El Edén, ha sido liberada de tanto cuervo y tanta chusma de rancio abolengo, y el Pueblo haya tomado el control de esta ilustre mansión. Para mí es un gran honor presidir esta institución centenaria. La dirigiré con puño de hierro. Luis, el Eunuco Lengüetas y Johnny el Tragaesperma irán instruyendo a los nuevos esclavos en sus labores de escombreras humanas. Poco a poco iremos construyendo una nueva humanidad (tanto en el interior de nuestras más de 50 mansiones conquistadas y confederadas, como en el exterior de ellas, en toda la sociedad), sobre valores hembristas puros y radicales. La mayoría de hombres serán convertidos en eunucos y siervos fieles de la Domina o Ama que les toque en sorteo. Se pasarán horas y horas lamiendo nuestros berberechos mientras nosotras miramos alguna serie de televisión. Solo un grupo muy selecto de machos bien dotados serán conservados intactos, para darnos el placer que les exijamos. Y ahora, sin más dilaciones, manos a la obra. ¡A follar culos de machos alfa y de monjas beatas y putas! En el fondo, todas las puritanas son muy putas, no nos engañemos, solo que, por su fealdad intrínseca, adoptaron ese rol de amargadas. Pero ahora que no podrá haber macho que se niegue a montar a una hembra en celo, por muy poco agraciada que esta sea, ya no habrá motivo para abrazar posturas antinaturales como la santurronería. Las visitas se encontrarán con una mansión regida por una dictadura democrática hembrista en donde se les obsequiará con el trato que merecen. ¡Empecemos con la juerga! ¿Alguna chica entre el público tiene la regla? --Levantaron la mano cinco féminas--. Pues que traigan a un pijo de los que tenemos encerrados y les lama, sorba y chupetee la concha a estas hembras.
El sarasa pijo ultraconservador llega escoltado por cinco angoleños. Las chicas están en la plataforma o escenario en cuclillas, esperando aplastarle el chocho ensangrentado en la cara, al chaval (una vez este se colocara en el suelo). El remilgado del ultracatólico y ultracarca se niega a saborear y tragar la exquisita menstruación de estas aplicadas y hermosas chicas. Margaret Morgan Clark sentencia:
--Castren a ese desagradecido. Extírpenle la bolsa escrotal y el pene, de un tajo. Y traigan a otro pijo burgués.
Luis, el Eunuco Lengüetas y Johnny el Tragaesperma, delante del público y utilizando dos afilados machetes, rebanan de raíz los genitales del pijo flojo y desagradecido.
Traen a otro mocasinero, este también se niega a lamer coños sangrientos y los macheteros le rebanan los huevos y la verga en tres segundos. El tercer pijo sarasa que traen intenta lamer un coño, pero a los pocos segundos comienza a resistirse y sigue el ejemplo de sus dos compañeros ultraconservadores. Margaret Morgan Clark no hace más que reírse a carcajadas, desde su atril, y arenga a las masas a seguir con la revolución hembrista.
Araceli, Jorge y Vega, los seguratas compañeros de Julián y Marisol, hicieron acto de presencia en la garita de seguridad para comprobar que los 23 subsaharianos le están dando la caña debida a su excompañero Lucas. Araceli y Vega no pueden evitar escupirle en la cara en más de cincuenta ocasiones mientras, en la postura del misionero, los congoleños, senegaleses y angoleños se turnan para reventarle culo y boca. Jorge también se une al grupo de subsaharianos para probar el culo y la boca bien ensanchados de su excompañero.
Margaret Morgan Clark cierra su discurso inaugural con un “Viva la dictadura democrática hembrista”. Es aclamada y vitoreada por los más de 1000 visitantes aglomerados por los diferentes espacios de la finca. La sexóloga y psicóloga se retira a su despacho de presidenta, para seguir escribiendo y perfeccionando un grandioso y sofisticado Manifiesto Hembrista.
Desde entonces, las visitas a la mansión Marqués de Sade se multiplicaron por diez. Las mujeres y los hombres (sobre todo estos), estaban deseando probar en sus carnes propias, las técnicas y estilos nuevos y frescos de esta prestigiosa institución.
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