Código virgo parte cuarenta y tres " Amor bajo fuego "

Valdivia, octubre de 1997

La conversación de Ricardo Acevedo y Miguel Ángel seguía en el restaurante

  - Pero esa noche en el bar -

  - Mira yo estuve vigilando y Roberto Villalobos se mantuvo solo vestido como de costumbre chaqueta y pantalón de tela negro y camisa roja, eso me dio el indicio que no esperaba a alguien, no tendría una cita y así fue solo tomo un par de tragos y llegó aquella chica de melena empezaron a conversar y bueno ya el carnaval había comenzado, llame por teléfono a mi editor y me senté bajo un árbol para preparar mi cámara y bueno fui a cubrir el evento, todo se desarrollaba con normalidad hasta que un destello y una explosión en el hotel justo cuando empezaron los fuegos artificiales y pensé en Roberto Villalobos, corrí y el caos era grande una mujer delgada borracha con vestido rojo gritaba desesperada, carabineros obstaculizada el paso y vi gente saliendo por la salida de servicio y cuando traté de ingresar me tope con la chica de melena que salía muy apresurada le vi el rostro-

  - Y ¿quién era? O sea ¿la identificaste?

  - No pero los labios eran únicos-

  - Pero ¿ no la seguiste?

  - No, solo quería subir pero fui alcanzado por carabineros quienes me sacaron del hotel, le mostré mi identificación pero me negaron el ingreso así que hice preguntas y solo puse saber que era en el piso sexto-

  - Donde estaba Roberto Villalobos- dijo Miguel Ángel 

  - Si y bueno la prensa se agolpaban y trabaje toda esa noche-

  - me imagino reporteando sacando " cuñas" -

  - No solo eso, la fiesta siguió toda la noche así que recorrí toda la noche por bares y restaurantes a ver si encontraba a la chica de melena pero fue inútil la chica desapareció, llegué a las seis con cincuenta minutos de la madrugada para dormir, a las nueve con cuarenta me llamó el editor y tuve que volver a la hotel donde trabaje hasta el mediodía y luego recorri la ciudad para saber algo de la chica misteriosa y en el terminal la reconocieron, llegó a las ocho de la mañana compró un boleto para Puerto Montt-

  - Que lastima-

Concepción, junio de 1998

Miguel Ángel se fue a vivir a Mendoza un tiempo, Fernanda adelantó mucho su trabajo en la octava ecuación pero unos puntos no le hacían coincidir y dar cierre a la ecuación en su totalidad, los Landa landa que se encontraban replegados al escuchar la noticia del encuentro de Miguel Ángel con Fernanda se llenaron de alegría pensando que una nueva esperanza se abría en su lucha contra Alpha Centauro, a mediados de mayo Fernanda retornó a Concepción dónde prosiguió con su trabajo y retomo la dirección de la fundación walkirias, en junio Miguel Ángel volvió a Concepción y su encuentro con Fernanda fue muy romántico, el sábado 13 del mes los dos decidieron salir primero por un café y luego bueno a disfrutar la noche, salieron de un bar ubicado en la calle Barros Arana y deambulaban por la ciudad al llegar a la esquina de la calle Tucapel Miguel Ángel le dice.

  - Y ahora ¿ que quieres hacer?

  - no sé- dijo Fernanda y empezó a correr.

  - ¡Fernanda espera! Miguel Ángel la siguió y juntos se subieron a un taxi.

  - a la plaza de la independencia- dijo Fernanda quien mira a Miguel Ángel. 

  - oh, parece que al viejito tendré que darle respiración boca a boca-

  - pues dale- los dos se empezaron a besar.

Ya en la plaza los dos caminaban y se toparon con una boda que salía de la catedral y muchos invitados se subían a minibuses así que Fernanda toma de la mano a Miguel Ángel y se subieron a una de esos vehículos.

  - Pero Fernanda ¡no! ¿ que haces? le dijo el periodista en voz baja, Fernanda solo le sonrió, los dos llegaron a un restaurante cerca de la plaza Perú donde se realizaba la fiesta de bodas comieron y bebieron los aperitivos e incluso brindaron por los novios antes de la cena al ver que no estaban en la lista se escabulleron al baño fue ahí que alguien los identificó.

  - eh ¡ oigan ustedes no están en la lista de invitados! Los dos salieron corriendo por el estacionamiento hasta la salida ya afuera Fernanda se reía sin parar.

  - ¡ estas loca, completamente loca! Le dice Miguel Ángel riéndose, del interior del restaurante salen los padrinos de los novios. 

  - ellos son -dijo el que los identificó tanto Fernanda como Miguel Ángel corrieron por calle Paicavi con dirección a Barros Arana justo en ese momento las primeras gotas de lluvia empezaron a caer.

A las cinco con veintisiete de la madrugada la lluvia caía con fuerza al grado de mojar la ventana del hostal en calle Freire donde la luz del foco del alumbrado público entraba por el hueco entre las cortinas y alumbraba la cama donde Miguel Ángel y Fernanda pasaron la noche,Miguel Ángel le pasaba el dedo al rededor del pecho de Fernanda.

  - veo que te gustaron - dice la economista 

  - me los hice en New York- terminó por acotar 

  - quedaron perfectos- dicho esto Miguel Ángel mira la sonrisa de Fernanda y corriendo unos cabellos que tapaban su ojo derecho, las ganas de decirle cuanto la amaba lo inundaba pero no quería ser tan cursi, Fernanda se acerca a él y pone su cabeza en su pecho el periodista solo empieza a acariciar el cabello de ella. A las siete con cuatro minutos Miguel Ángel despierta la lluvia se había detenido al voltear no encuentra a Fernanda y ve que tampoco estaba su ropa, en el velador había una nota , el cual decía.

  - " te amo lo suficiente para dejar que te hagan daño " al leerlo Miguel Ángel sonrió, en un taxi, Fernanda que tenía su cabeza pegada en la ventanilla en sus manos llevaba una rosa blanca de papel la cual sustrajo de la boda, mirándola pensó en voz alta 

  - eres una gran persona por eso te amo, pero no merezco tu amor - 

Valdivia febrero de 1997

Roberto Villalobos disfrutaba de un whiskey cuando el Barman le entrega otro.

  - se lo envía la chica del frente- Roberto mira y ve a la chica de melena y gajas oscuras los dos hacen un brindis y ella se acerca al lado de él 

  - gracias pero no estoy interesado-

  - es para que empecemos a negociar- al escuchar la voz Roberto la mira

  - ¡ Fernanda Gundersen! Fernanda lo mira sonriendo.