Mujeres en mi vida 1

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Tengo ganas de contarles sobe las mujeres que me he cogido. Con nombre y apellido recuerdo a unas 40... y que han significado bastante en mi vida. Resumiré todo lo que pueda porque con ellas tengo mil experiencias. Contaré de mis novias de juventud, de mis amantes y de las mujeres del círculo swinger que tenemos con mi esposa desde hace más de 20 años. Trataré de no extenderme sino ir a lo principal, cómo eran, cómo cogían, qué hacíamos, su cuerpo, olor, sabor, gustos, fetiches, etc. sin muchos detalles.

La primera mujer con la que cogí fue una puta. Y me la cogí inmediatamente después que el amigo que iba conmigo se la cogió, así que sentí su panocha llena de semen y en su cuerpo el olor a sudor de ella y de mi amigo... y el olor y el sabor me encantaron. No tuve ningún problema con el semen de mi amigo, porque con el primo de él es que tuve algunos años antes mi primer encuentro sexual y me encantó... y desde entonces soy muy bisexual.

La segunda fue mi segunda novia, Marlies (a la primera la dejé, Rita, porque nunca se dejé hacer nada y yo tenía un apetito sexual enorme). A Marlies la conocí en la playa, con un bikini minúsculo y su piel dorada. Rubia castaña, ojos cafés, de cara no muy bonita y bastante flaca y con pechos minúsculos y pezones que ni se le paraban, rosaditos. Pero no me importó su cuerpo, ella irradiaba sexo... y eso era lo que yo quería. Empezamos a coger a la semana de ser novios, en donde se pudiera y a pesar de nuestra corta edad nos metíamos a los moteles por horas... a coger. Su mejor atributo físico era su panocha muy peluda y eso me encantaba. Era un matorral de pelo que le creían hasta las ingles... y a pesar de ser rubia, tenía los pelos muy negros. Su panocha no olía a nada, su clítoris era minúsculo y lo que sí le encantaba era que le llenara la boca con mi semen. Mirábamos porno, nos decíamos nuestras fantasías y fetiches y tratamos de cumplir todo lo que pudimos. Fuimos novios un poco más de 3 años y en ese tiempo incluso hicimos un par de tríos. El primero con Gustavo, que fue con el amigo que yo cogí por primera vez, y me fascinó ver cómo otro hombre se cogía a mi novia. El segundo trío fue con Sonia, ya que Marlies después de ver mi bisexualidad quiso probar coger con otra mujer, y fue muy fácil conseguir que Sonia cogiera con ella... y después se fuera varias veces con nosotros al motel. Marlies me dejó porque sin yo saberlo empezó a coger un maestro que tenía y según me dijo tenía la verga muy grande y larga... y al final se casó con él y tuvieron 8 hijos. De la que me salvé.

Después de Marlies empecé a coger con putas en salas de masaje, y es increíble lo que me enseñaron para complacer a una mujer. No eran cogidas rápidas ni sólo para meterles la verga y venirme. En realidad, pasé mucho tiempo mamándoles el cuerpo, las tetas, los pezones, la panocha y el culo. Y me dedicaba a que ellas también tuvieran mucho placer.

6 meses después de Marlies conocí a Rocío y nos hicimos novios. Ella era una chica muy recatada, pero al mes logré calentarla lo suficiente para que me dejara empezar a meterle mano. Primero sobre su ropa y poco a poco ir abriendo su blusa y bajo su brasier y sobarle las piernas y llegar a su calzón. Pajearla primero sobre su calzón que se empapaba y poco a poco meter mis dedos y llegar a su panocha. Rocío era morena clara, pelo negro y los dientes más blancos que he conocido, preciosa. De tetas medianas (por lo menos eran más grandes que las de Marlies) y con pezoncitos negros que sí se ponían duros con mis caricias, mordidas y chupadas. Su panocha tenía mucho más olor y sabor que el de Marlies y eso era una ganancia enorme, aunque no se compara con el olor y el sabor fuerte, penetrante, casi apestoso (que es como me gusta) de las panochas de otras mujeres que me he cogido. Y lo que me maravilló es que tenía muy poco pelo en el pubis y los labios vaginales lampiños, y no es que se recortara el pelo, así era naturalmente. También ella empezó a pajearme con su mano y con el tiempo me mamaba la verga y yo terminaba dentro de su boca. Y cuando al fin la pude tener desnuda en mi cama y meterle la verga, primero comencé con la mentira de "sólo la puntita"... pero cuando la sintió hasta adentro, le encantó. Con ella nunca toqué el tema de las fantasías o fetiches, y menos lo de los tríos... Gustavo era su primo. Y creo que sí hubiéramos podido coger con varias de sus amigas, pero el noviazgo se terminó. Es que en realidad Rocío me restringía mucho el sexo y lo empezó a usar para "controlarme" y sentí que era como el perro obediente que recibe un premio si hace lo que se le dice... y eso no lo aguanté. Así que terminé el noviazgo... y me fui con una su compañera de colegio, lo que hico una gran tormenta en el colegio.

Así comencé el noviazgo con Coralia. Era una chaparrita, gordibuena, de tetas el triple de las de Marlies y el doble de las de Rocío. Gordas. Firmes. Pezones enormes, duros y siempre parados. Fue una delicia mamarle esos pechos y esos pezones que parecían piedras. Era blanca, de pelo café, una cara de puta angelical, como que si no matara ni una mosca y una cara de timidez y al mismo tiempo sudaba sexo. Me encantó su cuerpo regordete (no como la flaca de Marlies) y sus piernas y nalgas gruesas y llenas de carne. Y su pusa, era peluda como la de Marlies pero de pelo café oscuro. Y a los 3 días de ser novios nos metimos por primera vez al motel. Y ella me mostró una gran experiencia en recibir y dar placer, y sin ninguna timidez... por lo que me sorprendí mucho cuando en la cama quedó un poco de sangre, después que le metí la verga por primera vez. Yo hubiera jurado que Coralia ya tenía mucha experiencia y si hubiera cogido con otros antes que conmigo no me hubiera importado, pero le agradecí que me dejó ser el primer en meterle la verga hasta el fondo. Los siguientes 2 años fueron llenos de sexo, pero sólo entre nosotros... y no necesitamos hablar de fantasías o fetiches... nos bastábamos sólo los dos... y es que Coralia se anticipaba a mis gustos y los cumplía sin yo tener que pedir nada. Por ejemplo no rasurarse las axilas, llenar de olor sus calzones y dármelos para pajearme, orinarme y que yo la orinara. Pero todo terminó y todavía no sé realmente qué pasó. Seguro con el tiempo llegaríamos a hacer muchas más cosas... pero...

Continuará…


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