Un encuentro inesperado (1)
Por Gonzalo41
Enviado el 05/08/2025, clasificado en Adultos / eróticos
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Por motivo de mi profesión, un viejo y querido amigo pidió mi opinión, al cabo de unos días pasé a verlo a su departamento, sin avisar ni nada, toqué su puerta y me abre una mujer, buena moza, con una energía y buena onda a flor de piel, no la reconocí, mi amigo vivía sólo y me habían contado nada, sin embargo, ella me reconoció de inmediato, incluso por mi nombre, me abrazo y saludo tan afectuosamente que no supe que decir, al reaccionar, la saludé de igual manera, haciéndome el tonto sin saber su nombre, ni quién era, pensando o tratando de recordar, quién podría ser, se encuentra Alejo (mi amigo), pregunté, no salió, pero debe volver pronto, si quieres lo esperas, me indicó, invitándome a pasar, ofreciéndome asiento y conversación gratis, no tardó en darse cuenta mi ignorancia de su identidad, muy risueña dijo, soy la Pauli, inmediatamente la recordé, hace más de 10 años, al menos, no sabía de ella, desde que se separaron, pero me pareció que no habían sido tantos, retomamos un hilo y la conversa fluyó como si no hubiera pasado ni siquiera un mes, tuve una sensación extraña de conexión, cuando estuvieron juntos, jamás hubo demasiada cercanía, saludos y conversaciones de buena crianza, pero jamás fui grosero o di jugo en su casa, algo tuve con alguna de sus amigas o conocidas, en algún cumpleaños o junta, se sentó a mi lado y conversamos como si hubiéramos sido grandes amigos, esa buena onda , el click que sentí, me hizo divagar y mi mente comenzó a fantasear, yo estaba separado y proceso de divorcio, sin dramas o problemas, vivía sólo y no me faltaba el sexo ocasional, sin embargo, llevaba unos tres meses sin tener sexo y la sensación de esa hembra tan cerca, al parecer dispuesta, conservada casi igual que una década atrás, me hizo fantasear en demasía y mi imaginación está bastante bien, yo recordaba un lindo rostro, tetitas firmes y muy bien hechitas, estaban casi igual, ellos no tuvieron hijos, con sus 40 años muy bien llevados, era digna de todos los pensamientos lujuriosos de mi parte.
Me ofreció algo de beber, para matar la espera, acepté una chela bien fría y me acompaño con una copa de vino blanco, me contó que vivía en la playa, hace varios años, a lo que se dedicaba y sin siquiera preguntar, me contó que estaba sola hace poco más de dos años, sin darme por aludido me hice el desentendido, ella venía a hacer unos trámites, al menos una semana, sin consultar, insinuó su intención de aprovechar su viaje y disfrutar su estadía, sin pensar, dije hagamos algo, ¿cuando?, respondió, hoy si quieres, no tenía nada planeado, me iría a mi departamento, tomaría un copete y si podía, inhalar algo y ver porno, nada especial ni entretenido, no iba a mentir, ni inventar un panorama de película, eso dije, agregando la respectiva invitación a compartir mi velada.
De inmediato aceptó, añadiendo que debía ser algo totalmente piola y secreto entre nos, obvio sentencié, yo no he estado aquí, la espero en mi departamento, era temprano y pregunté por su hora de llegada, dame un par de horitas respondió, Ok me avisas y mandó a buscarte, no te preocupes, por whatapp coordinamos y mandé mi contacto.
Me retiré y al salir, un exquisito y bien jugoso besote con lenguita recibí, bajé lentamente los 4 pisos, llegando a la calle aún no procesaba lo ocurrido, mis planes para ese viernes, no tenían absolutamente nada que ver con lo que ocurriría, subí al auto, tome el celu, mandé dirección y ubicación, era cerca, a 10 minutos en auto.
Al llegar a mi departamento, revisé orden y limpieza, lunes y jueves, una chica limpiaba y arreglaba mi desorden, tomé una ducha, me arregle para la ocasión, sólo esperando la llamada millonaria. No pasaron 2 horas y recibí un mensaje, " saliendo en 5 min besos", grabé el contacto, personalizé el ringtone, respondí con un emoji y avisé en conserjería que tendría visita, esos minutos de espera me parecieron interminables, la ansiedad era la culpable.
El citófono suena y anuncia visitante, me dirijo al ascensor para recibirla, me la había imaginado vestida y lista para la batalla, tacones, minifalda ajustada, un top apretado que dejara ver sus senos o algo por el estilo, el ascensor se abre y nada de eso, lo mismo que vestía horas atrás, pero con un bolso de grandote a rastras, sin siquiera decir algo, recibo otro beso jugoso y la invito a pasar a mi castillo, me cuenta que inventó una junta de finde con sus excompañeras del colegio, totalmente lógico pensé e inmediatamente preguntó, ¿ donde dejó mis cosas?, donde quieras, en mi casa no tengo muchas reglas, si quiere en mi dormitorio, dejó su bolso sobre mi cama, regresó al living, me pidió algo de beber, una copa de espumante, vino blanco o más fuerte, espumante respondió, me acompaño a la cocina y diligentemente la atendí, le mostré el depto. y tomamos asiento en mi cómodo sofa comenzando nuestra cita, continuando la conversación iniciada unas horas atrás, pregunté que deseaba hacer, ir a comer, bailar, beber o conversar en algún lugar más íntimo, lo pensó unos segundo, no sé, quiero pasarla bien, Ok. otra copa de espumante, se levanta intempestivamente, me voy a cambiar, entró en mi dormitorio, dejando la puerta abierta totalmente, desde el living veía como se desvestía quedando desnudita, dirigiéndose al baño a tomar una ducha, al terminar me preguntó, ¿que me pongo?, ¿ jeans o mini ?, no sé, muéstreme y le digo, en menos de un minuto, sale al living vistiendo un jeans que estaba pintado en su cuerpo, unos tacos altos que me dejaban al menos 7 centímetros abajo, sus tetitas al descubierto, tal cual las imaginé horas antes, pedí ver la otra alternativa, una breve espera me deja ver una mini ajustada acompañada de esos colaless que no dejan nada a la imaginación, para arriba sólo traía un top ajustado, con algunos brillos que era su favorito, por algo sería, elegí jeans para evitar tantas miradas, la mirarían de todas formas, yo estaba totalmente boquiabierto.
Terminó de arreglarse y maquillarse, al momento de salir del depto. maliciosamente me preguntó, ¿salimos o quiere quedarse? Salgamos a pasarla bien, respondí, ojalá me encuentre con algún conocido, si lo cuento no me lo van a creer. Fuimos a un lugar concurrido, bebimos, degustamos cositas ricas, conversamos, reímos y bailamos los ritmos de cuando éramos jóvenes, nos besamos y explotamos nuestros cuerpos acariciándonos cada vez que se pudo, la velada transcurrió a pedir de boca, anunciaron el cierre del boliche, sin dudarlo tomamos nuestras cosas regresando raudos y extremadamente entusiasmados, ya en el auto, una mano no dejó de acariciar mi pene, mientras que con los dedos de la otra, delicadamente se autocomplacía, tocándose su conchita y susurrándome al oído lo que deseaba hacer, me quedó claro que Dios los cría y el Diablo los junta, nos gustaba el sexo sin tapujos, ni culpas, ni restricciones, sólo darnos el mayor placer mutuo posible, trataría de cumplir sus deseos íntegramente.
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