Denunciar relato
Tus hombros caben enteros
en el hueco de mis manos.
Tu piel, tan blanca,
parece temer la caricia del viento.
Eres un susurro
que no me atrevo a romper,
un cristal que tiembla
cuando mi aliento se acerca.
Y aun así,
en esa fragilidad
hay una fuerza
capaz de domar mi furia.
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