Denunciar relato
Tu mirada sabe de fuego,
de silencios que arden.
Giras apenas la cabeza,
me observas por encima del hombro,
y el mundo se detiene.
Esa risa tuya,
mitad inocencia, mitad pecado,
me desnuda sin tocarme.
Es en tu malicia
donde descubro
que el deseo
puede ser tan letal
como la ternura.
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