AMIGOS 7 TODOS LOS BESOS QUE NO NOS DIMOS
Por LIZ
Enviado el 21/08/2025, clasificado en Adultos / eróticos
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-Si se de lo que habla señor mío, ya el amor esta pasado de moda supongo o es que uno ya no esta tan joven, imagínese la conozco desde hace años y apenas ayer me dio el sí, esperamos que la boda sea en poco tiempo, ¿apoco no esta hermosa mi novia? - dice como un jodido bufón
Lo escucho y yo solo tengo nauseas…
- Si joven, es muy bella con todo respeto y que bueno por los dos que ya se decidieran a unirse, la vida es muy poquito tiempo como para hacernos los tontos y no hacerle caso al destino, ¡suerte en la vida muchachos! - nos dice justo al estacionarse frente al restaurante
Manolo le paga y bajamos del auto, mientras lo veo con reproche.
-No me veas así cielo, no mentí si te casaras en poco tiempo, solo que no será conmigo y no le quieres romper el corazón al señor que quiere creer en el romance eterno, además también eres preciosa así que media verdad mata a la media mentira, ya quita esa cara y vamos a divertirnos con los chicos, voy a comerme las ganas de besarte en frente de todos así que regálame un beso aquí.
Lo beso con fuerza para ahogar mis palabras y mis pensamientos.
¡Pozole, coronas, mezcal y bohemia!, lo mejor del jodido mundo gritan mis hermanos a lo lejos.
Mi hermano Alejandro camina radiante de la mano de María su mujer, nos regalan un abrazo cálido, y vamos a la mesa donde está todo el mundo, todos nos abrazan como si no nos hubieran visto unas horas antes. Comemos tranquilos, la platica es deliciosa y reímos tanto que el tiempo parece no pasar, Manolo pone la palma de su mano en mi pierna desde que nos sentamos a comer y se niega a moverla, me da un beso en la mejilla de vez en vez y me susurra cosas inapropiadas al oído cuando nadie nos ve para hacerme sonrojar.
De pronto su teléfono suena y al mirarlo le cambia la expresión de la cara, suelta mi pierna y se levanta para contestar, lo veo tenso irritado camina hacia el área del bar, hasta que le pierdo de vista.
Me levanto para ir al baño y darle espacio a que regrese, entro al tocador y arreglo mi cabello, me veo en el espejo y no creo todo lo que hemos hecho en las últimas horas, siento mi cuerpo molido y super cansado, pero también estoy tan feliz que no cabe en el pecho tanta alegría, un suspiro sale de mi cuerpo y despejo la mente, no quiero pensar, me pongo un poco de brillo en los labios y tomo un dulce de menta de mi bolso.
- Podrías regalarme uno de esos?, es que como pozole con algunas cervezas y en un rato besar a una chica hermosa dice Manolo desde una de las puertas de los sanitarios
-Que rayos haces aquí este no es el baño de los hombres mi cielo
-Es que descubrí algo mi ángel, ahora no puedo estar junto a ti y no comerte a besos es como si mi mente quisiera recuperar todos los besos perdidos en estos años y me obliga a buscarlos.
No dice más…
Me mira fijamente y eso me paraliza
Una canción comienza a sonar afuera y sin pensar me hace sonreír como el la tararea, Vámonos de Enrique Bunbury me toma por la cintura y muerde mi labio inferior, me comienza a besar su lengua busca el dulce en mi boca hasta encontrarlo nos fundimos en un abrazo y yo lo tomo por el cabello enmarañado y juego con él, me sujeta por el culo y me lleva a uno de los cubículos para cambiar bebes, en un movimiento me sube al cambiador y los dos reímos por la escena.
-Eres un tonto Manolo- y mis piernas lo atrapan por las caderas
-Ángel no es mi culpa que estes tan compacta que nos quede esta madre apenas para jugar contigo, además solo debes escuchar tu canción, ¿no amas al greñudo ese? - Me besa con pasión y mete sus manos por debajo de mi vestido
-Quiero estar dentro de ti corazón, hacerte el amor todo el tiempo, tu cuerpo es glorioso- Me dice besando me una y otra vez
Sus dedos alejan mi tanga y con tranquilidad va metiendo sus dedos, sonríe al notar la humedad y con la mirada fija en mis ojos comienza el vaivén
- ¿te gusta pequeña? -me pregunta sínico
Le respondo que si en un hilo de voz, saca sus dedos y los lleva a su boca y los chupa en un instante baja sus pantalones, mueve su bóxer y me penetra con delicadeza, ahogo un gemido y pone sus brazos en la pared para sostenerse y suspira, le siento en mi interior su cuerpo me enloquece, estoy empapada y ardiendo en deseo. Le agarro del cuello mientras siento como taladra mi cuerpo se mueve cada vez más rápido muerdo su hombro para no gritar de placer y en dos embestidas más culmina su venida apretando los puños en la pared.
-Maldita sea Ángel como te…- dice
-No lo digas Manolo, mi corazón no lo resistiría, sé que quieres que me deje llevar y no piense, pero si tú dices esa frase y llega el martes, que irremediablemente llegara, mi corazón terminara roto sin remedio alguno.
Se queda helado, quieto sin saber que hacer un momento de éxtasis se volvió una novela de drama en un parpadeo, veo su rostro y se que le duele lo que he dicho, pero me sonríe tierno sale lentamente de mi interior, buscamos como regresarnos a la normalidad. Respiramos y salgo del baño primero Manolo espera un instante y sale sin que lo vean, llega a la mesa y me sonríe tierno.
Me levanto y voy a la terraza con mi cuñada, ella está fumando y me acerco para acompañarla, y poder digerir lo que paso en el baño, bueno no en realidad para poder asimilar lo que pasa desde anoche que es una locura absoluta.
La tarde está cayendo, Coyoacán es un lugar hermoso aun con el paso del tiempo y los clichés que se le han ido sumando para mi está parado en el tiempo, huele diferente, luce diferente, Manolo y yo pensábamos en vivir acá después de la universidad solo nos hacían falta unos veinticuatro millones de pesos para una casa bien ubicada, solíamos escapar a tomar café y sentarnos en el parque para leer o comer elotes o escuchar trova en el quiosco cuando estábamos en la universidad, cuando el fumaba y yo solo tenía un par de tatuajes.
Me voy a la terraza nuevamente y me alcanza
- ¿Cuándo dejaras de fumar mi ángel? - dice tierno
-Dejare de fumar cuando tu necesites que deje de fumar- respondo como siempre
Me abraza y pega su boca a mi oído
- Tengo que regresar a Chicago el miércoles en la noche niña, se presentó una situación y no me podre quedar hasta el próximo domingo.
- Vale, hay que hacer la reserva del vuelo cuando regresemos a la casa y tus cosas… Me mira triste
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