Doris, la nana de la casa (10)

A partir de esa primera vez, el sexo tuvo lugar siempre que se podía, solos en casa o con mi esposa en ella, el peligro, la adrenalina, el morbo eran elevados a su máxima expresión y la excitación parecía no tener límites. Cada noche apenas mi mujer se dormía, en la cocina o la logia nos entregabamos a nuestros deseos