Primera vez que me desnudo en transmisión en vivo
Por DivasSensuales2.2
Enviado el 28/08/2025, clasificado en Adultos / eróticos
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El reloj marca las 11:59 de la noche, mi corazón late con fuerza esperando los últimos segundos. Ya acomodé la iluminación y el ángulo de la cámara, solo falta pulsar el botón de transmitir. El momento de mi debut ha llegado. Esta es la historia de cómo llegué al mundo del entretenimiento para adultos.
Soy una mujer de 26 años, terminé la universidad, pero no conseguí un buen trabajo, la renta y otras deudas me asfixiaban, estaba a punto de regresar a casa de mis padres cuando un amigo me dio la idea de convertirme en streamer. Soy atractiva y me gustan los videojuegos así que le di una oportunidad.
Con solo unos meses pude pagar lo que debía, comprar mejores cámaras, decoración, me iba bastante bien, supongo que tuve suerte, pero sabía que podía ser mejor. Mis seguidores pedían más que solo verme jugar.
En mis redes había compartido algunas fotos sexis, sabía cómo captar al público, pero nunca me había desnudado frente a una cámara, pero las posibles ganancias me convencieron de dar el paso. Creé una cuenta en una página de transmisiones eróticas, pasé semanas viendo a otras chicas, aprendiendo de las mejores y lo decidí, era momento de compartir mi link.
Avisé a mis seguidores “A media noche estaré en esta página”, decenas de reacciones llegaron tras el anuncio. Al llegar la hora estaba nerviosa, pero no podía defraudar a mi público. Suspiré y dije “Tú puedes hacerlo”, presioné el botón de transmitir y comenzó todo.
Estaba vestida como siempre, una blusa sin nada debajo para que se vieran mis pezones, mis pantis favoritas y una falda. Sonreí a la cámara, no había pasado ni un minuto cuando me di cuenta, 200 personas estaban viéndome en vivo y el número seguía aumentando.
“Gracias a todos por unirse, hagamos que esta noche sea inolvidable”, lo dije con voz temblorosa porque mientras hablaba se asomó una notificación: “Eres la streamer más vista en este momento”. Traté de actuar con normalidad los primeros minutos, pero empezaron a llegar propinas, personas estaban pagando por verme de pie, dar una vuelta frente a la cámara, pedir un saludo. La situación se fue calentando y yo también.
Una gran propina con el título “Quiero ver tus tetas” me hizo temblar. Sabía que esto sería un antes y después de mi carrera. Pensé en cerrar la transmisión y decir que se fue la luz o alguna otra excusa, pero en realidad estaba muy excitada.
Leer los comentarios e imaginar cientos de personas observándome, masturbándose por mí, cientos de penes duros gracias a mí e incluso chicas dedeándose viéndome. El ambiente estaba dado para seguir. Puse mis manos en mi cuello, fui bajando hasta rozar mis pezones por encima de la blusa y la subí poco a poco.
Una de mis manos jugaba con mis pechos y la otra fue directo bajo mi falda. “Chicos, están haciendo que me sienta increíble” dije casi susurrando, mi respiración ya estaba agitada. El chat explotó con respuestas, algunos solo decían lo linda que me veía y otros más explícitos decían lo que les provocaba hacerme. Abrí mis piernas y pudieron ver mi húmeda tanga de encaje rojo, metí mis dedos y luego lo hice, levanté mi blusa lo suficiente para que mis senos quedaran al aire.
“Creo que les gusta lo que están viendo y yo lo estoy disfrutando muchísimo” mencioné entre gemidos para luego mostrarles mis dedos pegajosos gracias a ellos. “Es momento de ponerme más cómoda”, lentamente quité mi blusa y mi falda. En los comentarios pedían que me quitara todo así que les dije que me motivaran. Las notificaciones por propinas y peticiones se multiplicaron. Miré el contador y casi mil personas estaban ahí en ese momento. Eso envío un escalofrío por todo mi cuerpo, mis pantis prácticamente cayeron solas al piso.
Eran muchos comentarios, leí en voz alta lo que pude y les respondí “¿Quieres probarme?”, “Te estás masturbando papi”, “Me vas a meter tu rica verga”. Todo lo dije con una voz naturalmente sexy, estaba más excitada que nunca, ni siquiera yo reconocía lo puta que me sentía en ese instante.
Subí una pierna sobre el escritorio mostrando por completo mi vagina. Con mi propia humedad acaricié mi clítoris, provocando gemidos intensos, debí tapar mi boca para que los vecinos no escucharan. Haciendo círculos sobre mi clítoris susurraba al micrófono “Estoy imaginando que es tu lengua, me gusta como me la chupas”.
Regresé a mi silla para seguir leyendo comentarios, me decían las cosas más sucias y a la vez románticas y lo mejor: el contador de propinas. “Oh Dios chicos, son los mejores, tengo que terminar de la mejor manera, se lo merecen”. Apunté la cámara al piso, me tumbé en posición de perrito, exponiendo mi ano y vagina a toda la audiencia.
Mi plan era mostrarme sexy y si había buena respuesta dejar ver mis senos, no esperaba llegar a esto y mucho menos disfrutarlo tanto, pero ahí estaba, entregada para todos. Con una mano separaba mis nalgas y con la otra me metía los dedos.
“¿Ya van a acabar? Yo casi acabo, no se detengan, quiero que saquen toda su rica lechita para mí” les dije mientras me metía tres dedos repetidamente. Mi voz sonaba diferente, sentía presión en mi vientre, sudaba a litros, sabía que estaba a punto de llegar. Aumenté el ritmo, mi vagina apretaba mis dedos y ocurrió. Una ola de fluidos empapó mis manos y para mi sorpresa un chorro de squirt roció el piso de la habitación, algo que nunca me había pasado.
“Si, si, si” era lo único que podía repetir. Mi cabeza estaba en blanco, mi cuerpo estaba totalmente rendido a la sensación. Colapsé en el piso, con mi culo aun al aire, tratando de recuperar el aliento, con mis dedos apretando mis nalgas y mis piernas.
Poco a poco volví a mi silla, recordé que cientos de personas estaban viéndome, que acababan de presenciar el orgasmo más intenso de mi vida. Leí el chat y solo había comentarios de felicitaciones: “Lo hiciste genial”, “Es lo mejor que he visto”, “Te ves hermosa al acabar”. Con una gran sonrisa les agradecí: “Esto fue mejor de lo que esperaba, me hicieron sentir algo completamente nuevo, estuvo increíble y fue gracias a ustedes”.
Con un beso a la cámara y un “Nos vemos en la siguiente oportunidad” cerré la transmisión. La página me mostró las estadísticas: Dos mil personas me vieron y el saldo final fue mayor que lo que hubiera generado en un par de meses. Tuve que limpiar la habitación y mientras lo hacía escribí una lista: Vibradores, lencería, disfraces, cámara de alta definición, aprender inglés. Mi mente estaba calculando posibles ganancias futuras, posibles compras, respiré profundamente y dije en voz alta: Este solo fue el comienzo.
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