UNA PROPUESTA INESPERADA

Cuando Pilar me confesó que ella y su marido estaban pensando en compartir con un segundo hombre sus disfrutes de pareja, mi entrepierna reaccionó con una inesperada erección. Años atrás y después de un divorcio nada amistoso, tuve la suerte de compartir con ella un leve pero muy apasionado idilio sexual. Pilar, desencantada de su vida sexual anterior en pareja, se entregó sin filtros a mis deseos y gustos. Con una experiencia un tanto limitada en el mundo de los sentidos, algunas de mis propuestas resultaban un tanto atrevidas. Sus deseos de aprender y disfrutar provocaron que poco a poco mis propuestas fueran elevando el tono de atrevimiento, pero nunca llegó a aceptar un segundo hombre en nuestras relaciones. Su actual confesión de un posible trio con su pareja actual, evidenciaba una evolución en este sentido y eso debo reconocer mi hizo alegrarme mucho por ella.

Por motivos de salud, ella y su marido se mudaron a vivir a un pequeño pueblo de Burgos, un caserón de piedra y varios perros formaban parte de su presente y el sexo entre ambos funcionaba sin problema. Una cálida noche de verano mientras retozaban sobre su amplia cama con ella montada sobre el miembro de su marido, este le confesó que le gustaría verla disfrutar a su lado en compañía de otro hombre. Pilar sorprendida y divertida a su vez, se bajó del miembro y lentamente se tumbó sobre la cama al lado de su pareja.

- ¿Desde cuando tienes esa fantasía cariño? preguntó curiosa.

- Pues hace tiempo que lo imagino, pero no me atrevía a confesártelo, espero que no te enfades por ello.

- ¿Enfadarme? noooo para nada!!! si a ti te hace ilusión para mi es motivo de excitación saber que te excitarías viéndome con otro hombre. Esto me recuerda a un amigo que tuve hace años que también quería eso mismo.

- ¿Mantienes el contacto con ese amigo? ¿Crees que se prestaría a ello?

- Jaja.. pues sí que tengo su contacto, pero hace años que no hablamos y si está sin pareja seguro que se apuntaría, es un morboso de la ostia y debo confesar que me encantaba como me lamía la vulva.

- Pues si te parece, podríamos ver si es posible y vemos hasta donde somos capaces de llegar entre los tres.

Sin mediar palabra alguna, Pilar volvió a subirse sobre el todavía erecto miembro de su marido y retozaron largo rato hasta que ambos alcanzaron uno de los mejores y mayores orgasmos juntos.

Dos días más tarde, el Whatsapp de mi teléfono móvil recibió un mensaje de Pilar.

- Hola Jaime, hace mucho que no nos vemos ¿te apetece compartir un cafecito algún día de estos?