Guardiana de Sombras VI (Final)

Por
Enviado el , clasificado en Fantasía
72 visitas

Marcar como relato favorito

 

Desde lo alto pudieron ver cómo al pie del acantilado las olas empezaban a revolverse contra las rocas, surgiendo de ellas un remolino que se elevó hasta su altura. El Señor del Invierno extendió ambas manos y, a su deseo, el agua se congeló convirtiendo su superficie en una plataforma estable. Con una mirada a la masa de agua sólida, hizo que se extendiera hacia ellos una pasarela de hielo que llegó hasta los pies de Brigitte.

«¿Qué significa esto, Krampus?», le preguntó incrédula. Él miró con tristeza a la mujer. Sin duda ella ya se había dado cuenta de que la había traicionado. «Lo siento, Brigitte», pero ella ya no le escuchaba. Su atención estaba puesta en el ser majestuoso que acababa de aparecer en la plataforma.


«Por fin puedo poneros nombre, mi bella dama, y ahora os ruego que aceptéis acompañarme a mi Reino del Mar. Marcharemos juntos, lejos de los pesares de la superficie.»  Brigitte intentó explicar su labor a Neptuno, los peligros que acecharían a los hombres si ella desaparecía, pero éste no la escuchaba. Tampoco la escuchó al decirle que no sentía nada por él. Sin ninguna intención de considerar las explicaciones, Neptuno empezó a cruzar la pasarela. Ella reculó, pero tras de sí estaba Krampus impidiéndole salir del suelo helado. 

«¡Krampus, acércala!» gritaba Neptuno, furioso…. Pero la reacción fue la contraria. Krampus la levantó en brazos y se apartó del acantilado. «No. Yo ya he cumplido tu demanda, le dijo a un estupefacto Neptuno. Ahora debes cumplir tú la mía» La mujer, cada vez más confundida, aún tenía una pizca de esperanza en su interior. 

«Neptuno, me obligaste a traerla hasta aquí -la miró arrepentido a los ojos-, a ofrecerte un modo de escalar el acantilado, pero no voy a permitir que obligues a esta mujer a actuar contra su voluntad ni a perjudicar a la humanidad que protege». Fue el momento que Krampus eligió para reclamar su favor.

«Márchate de aquí, Neptuno, márchate al confín del mundo por un tiempo que dure un intervalo de tres veces tres mil años». Después depositó con suavidad a Brigitte en el suelo y le dijo al oido en un susurro: «si el destino nos ha vuelto a reunir… ¿te parece suficiente tiempo para compartir esos inviernos conmigo?».

 

Fin

 

 


¿Te ha gustado?. Compártelo en las redes sociales

Denunciar relato

Comentarios

COMENTAR

(No se hará publico)
Seguridad:
Indica el resultado correcto

Por favor, se respetuoso con tus comentarios, no insultes ni agravies.

Buscador

ElevoPress - Servicio de mantenimiento WordPress Cursos online gratuitos de escritura y redacción

Síguenos en:

Facebook Twitter RSS feed