Denunciar relato
Al principio no percibía nada, mi conciencia exploraba el vacío y no encontraba formas.
Cuando deje de pensar, las imágenes se fueron diluyendo en el mismo instante que desaparecía la sensación corporal.
Ni un sonido, ni una vibración, ni tan siquiera oía mi respiración. Pero el tiempo fluía en mi conciencia como si fuera una brisa suave tocando mi piel, inalterable, siempre ahí.
No concebía una forma de existir sin tiempo. En cualquier estado circula una magnitud temporal diferente. Pero la conciencia siempre está ahí interpretando el tiempo.
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