EL DIABLO MUEVE LA COLA

Es verdad que soy un ratón de Biblioteeca como me han calificado algunos sujetos, pero también es cierto que a lo largo de mi vida he conocido a mucha gente en diferentes lugares.

Hace unos años que en una bodega típica de Barcelona que está muy cerca de las Ramblas de las Flores, en la que acudía toda suerte de gente joven conocí casualmente a una mujer rubia, de ojos azules que era periodista la cual se dedicaba a estudiar el mundo de las sectas. Y por lo que me contó, ella en una ocasión con la ayuda de un colega especializado en el tema, se habían adentrado en un antro  en el que se adoraba al diablo y se organizaban sesiones de magia negra.

Si se considera que la magia blanca sirve para favorecer el bien sea tanto a nivel personal como social, en la negra es todo lo contrario. Si el símbolo del cristianismo que en teoría se basa en el amor al prójimo es la cruz, en las misas negras la cruz es invertida, por lo que me da que pensar que todo en la vida tiene su lado positivo y su lado negativo. Aquí tal vez la idea de un Dios redentor en un momento dado también éste podría convertirse en un ser despótico y vengativo como se narra en en la  Biblia. Mas aquí el diablo en cuestión es el que niega la evolución moral del alma humana; aunque para muchos esto supone una libertad sin cortapisas de la voluntad del hombre, ya que la moral siempre depende de las costumbres de una época. Y este diablo es el que asimismo insta a los dirigentes de una sociedad a dividirla a polarizarla como se dice ahora, para vencer su resitencia y así poderla  dominar mejor. Esta misma estrategia la vemos en Maquiavelo un filósofo del siglo XVl que recomiendaba a los gobernantes la astucia y actuar sin escúpulo alguno por encima de todo para mantenerse en el poder. ¿Les  suena?

Lo que me llamó la atención de la confidencia de aquella periodista fue que me dijo:

- Y en estos ritules satánicos para mi asombro, vi a muchos sujetos de las  altas esferas. Había políticos de cualquier color de los que no puedo decir sus nombres, conocidos financireros, y más gente famosa. Entonces lo que yo pensé fue que por debajo de las apariencias aquí hay más mala conciencia de lo que uno se puede llegar a imaginar.

Claro está que muchos en esta página me dirán que no creen en el  diablo. Para mi esta entidad maléfica es un símbolo del lado oscuro del inconsciente humano. Sin embargo aunque no se crea en el ángel caído; en el supuesto de que no exista, sí que el hecho de ser invocado da lugar a que éste haga de catalizador, de resorte como una llave para que tanto la maldad como la banalidad humana salgan a flote y hagan de las suyas.

Parece ser que el cerebro humano tiene unas glándulas reptilianas, que sirven esencialmente para el instinto de la supervivencia. Es decir, que nosotros antes que descender de los simios hemos sido reptiles; y se dice que aún hoy todavía estamos inmersos y gobernados por esta mentalidad reptiliana, que es ciegamente instintiva. Esto en sí mismo no es ni bueno ni malo. Es existencial. Pero también por otra parte, en los tipos en los que predomina el espíritu reptilano se constata que no sienten empatía por nadie; que van a la suya y que además pueden ser depredadores. Y aquí tenemos a la Historia con sus horribles guerras. Pues este instinto depredador siempre se disfraza de religión, y de ideologías políticas que se presentan como salvadoras, no se sabe bien de qué, dado que lo único que le interesa a dicho instinto básico es el poder y dominar a los demás y siempre acaban en el mimo punto, cuando en realidad el ser humano por ley natural aspira a la libertad.

Para mi, no hay duda. Los rituales satánicos por fantasiosos que sean estimulan este instinto reptiliano de muchos gobernantes, y de otras almas en pena, quienes con sus acciones crean el malestar en su entorno.. Existe una inteligencia racional, pero el inconsciente humano que es donde subyacen las emociones se arrastra cual serpiente por el suelo.Pensemos en los científicos nazis o del otro extremo político que con sus experimentos hacían barbaridades a sus prisioneros. 

He conocido a personas bienintencionadas, optimistas, que dicen que esta noche oscura de la mente humana; del dominio del maléfico pronto desaparecerá; que vendrá otra era mejor.y más luminosa. Me gustaría que esto fuese cierto, pero por ahora me parece que estas personas hablan llevadas más por un deseo, que por un plan divino que esté en ciernes, porque la vida tiene sus ondulaciones, y ahora estamos en el final de un viejo modelo vital que ha durado muchos milenios. Y cuando una era llega a su fin, se agudizan las patologías, y sobre todo la estupidez de la gente.

Antes que cualquier tecnología, que parece que sea la "Lámpara Maravillosa de Aladino" existe el factor humano, las emociones y pensamiento del mismo que hay que atender como el jardin de una casa propia.

                                                               FRANCISCO MIRALLES PÉREZ 

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