- ¿ Y tú Adriana porque nunca me dijiste que sentías amor por mí?, me entero por Arturo hace un par de días apenas que toda mi estancia en Paris fue una pesadilla para ti, que te deje con el corazón roto, me dices que recuerdas cada maldito detalle cursi entre los dos pero nunca tuviste los huevos para decirme algo, yo me equivoque pero también tú, porque ambos estábamos cagados de miedo, ¿quién putas encuentra al amor de su vida a los 18 y 20 años?, nos separaba una larga línea del metro pero solo una en una enorme Ciudad, en una escuela donde yo no quería ir y donde tu no planeabas estar era demasiado fácil, hermoso hasta jodidamente poético que eso nos pasara y entonces el miedo gano, pero no solo yo la cague con mi silencio ¿ y los tuyos?- Dice desahogando su pecho.
Me duele el corazón, me duele entender que no estamos juntos solo porque a los dos nos faltó coraje para estarlo, me duele saber que hicimos vidas separadas para no estar tristes y rotos si lo nuestro no funcionaba y resulta que hemos vivido rotos y tristes pensando uno en el otro como dos imbéciles, sacrificándose por y para nada.
No puedo más con eso en el pecho y me le voy a los brazos para darle un beso desesperado, mis lagrimas caen rendidas en su rostro, me limpia las mejillas y nos abrazamos, el beso cargado de amor y dolor nos hipnotiza a ambos le suplico que me haga suya y vamos para la habitación, lo necesito más que nunca. Me quita la liga del cabello y se la amarra en el suyo nos desnudamos lentamente besando la piel que se descubre con cada prenda que se va, me quita el sostén y besa mis senos.
-Amo tus pechos Ángel están hechos para mis manos, para mi boca entran perfectamente en ella y tu culo enorme me hace tener los pensamientos más oscuros y excitantes que nunca imagine, necesito hacerte el amor diario, sentir que eres mía, completamente mía- Me dice con una voz hipnotizante.
No le digo nada, escucharle me lleva a un delirio auditivo que no sabía que podía llegar, desnudos en la penumbra nos acariciamos como siguiendo un mapa con la yema de los dedos, me penetra gimiendo de placer y yo grito loca por sentirlo en mi interior, me pide que abra los ojos lo veo fijamente le pido que no pare y Manolo embiste con lentitud pero constante haciendo que me hierva la sangre, los cuerpos se unen de una manera irreal, nos besamos con ansiedad, como si deseáramos acabar con los labios del otro.
-Te quiero mía, todos los días, quiero acostumbrarme a esto mi ángel, es como si tu cuerpo fuera mi hogar- Dice para después besarme con pasión.
- ¿Yo soy tu hogar, te quieres acostumbrar a que mi vida? - Le digo en éxtasis.
-Acostumbrarme a hacerte el amor una y otra y otra vez eres lo más bello que he visto en mi vida, verte desnuda me bolo la cabeza, tu cuerpo es lo que más deseo tener hacerte el amor en la mañana y luego llegar en las tardes y poseerte con fuerza y luego cogerte con dureza apisonar tu cuerpo para mi placer y en la madrugada lamer tu sexo hasta que te vengas en mi boca y después quedarnos dormidos para repetirlo día tras día- Dice perdido de placer.
Sus palabras me hacen explotar y mientras mi orgasmo me lleva un poco a la muerte, el arremete con fuerza y ya nada en el mundo importa, más que Manolo y yo, se deshace dentro de mi dando un aullido crudo al llegar a su éxtasis mientras yo me pierdo en el placer de sentirlo. Abro los ojos he intento recuperar el aliento me siento tan feliz ahora podría morir de amor.
Nos quedamos abrazados y nos cubre con una sábana queriendo que este instante sea eterno, a las siete de la mañana la luz entra por el ventanal que tiene en la habitación. Esta abrazado a mi cuerpo con sus manos sobre mis senos, se niega a despertar a pesar de que la luz está molestándole justo en la cara.
- ¿Estos días puedo vivir mi fantasía mi ángel? - me dice adormilado y sin abrir los ojos
-A que te refieres corazón mío? - Le digo extrañada.
-Quiero enloquecer de amor estos días, tenerte me lleva a lugares tan felices que quiero vivir esa ilusión.
-Vale, seamos intrépidos y locos por estos días.
Nos damos una ducha rápida y vamos a la habitación para vestirnos usa un pantalón verde oscuro con muchas bolsas unas horribles botas negras y una playera verde olivo, toma mi liga y hace su chingo rápido, se pone de ese perfume embriagador que inunda la habitación con el aroma, al ponerse los lentes me da un beso rápido para luego indicarme que hará el desayuno.
Me pongo un vestido que su madre me mando por mi cumpleaños y que no había usado es azul marino, con mangas cortas y una franja de bellos bordados oaxaqueños en color granada en las orillas, unos zapatos sencillos, amarro mi cabello y estoy lista. Camino hasta la cocina y él está ahí preparando la cafetera, en la mesa veo fruta y una caja de cereal, galletas, leche y una taza con te de lavanda, me mira y sonríe enciende la cafetera y hace un ruido está moliendo el café y huele delicioso.
-Que vestido tan interesante, se te ve mejor de lo que imagine definitivamente habrá que comprar más y unas cuantas cinturillas para hacer juego.
-Tu mami tiene un gusto maravilloso, a mi también me encanta, como me gustaría ir a Oaxaca a ver como quedo su casa después de la renovación.
Nos sentamos a la mesa comemos fruta, algunas galletas y cuando el café por fin esta se levanta para prepararlo, hablamos de los pendientes que tiene en el día, a donde quiere llevarme a pasear nos besamos de vez en cuando mientras la charla sigue, al terminar de comer me levanto y llevo los trastos al fregadero quiero lavarlos, pero no sé cómo, me toma de la cintura y me lleva hasta donde estaba sentado y me pone en sus piernas.
- ¿Qué crees que haces mi ángel? - pregunta mientras acaricia los bordados de mi vestido
- Quiero lavar los trastos porque dijiste que tenemos poco tiempo y …- No me deja terminar la frase
- Mi niña hay lavatrastos en estos departamentos y aun que no hubiera, no es prioridad, quiero postre- Me dice perversamente
-Fue un desayuno, no hay postre en el desayuno corazón…-Le digo sonriendo
-Vale entonces una merienda, una colación, un pasaboca, un bocadillo, una probadita de azúcar para aliviar la hipoglucemia, decide cual suena mejor, tengo muchas palabras que usar- Me dice mientras acaricia mis senos
- Esta bien pero entonces te daré tu postre, pero con una sola condición que mientras te lo doy, tu recites todas esas justificaciones baratas para comer postre en el desayuno, ¿trato? - Le digo mientras me pongo de pie frente a él y le ofrezco mi mano en señal de un convenio.
Comentarios
COMENTAR
¿Te ha gustado?. Compártelo en las redes sociales