Soy bi y me encanta 3

Allí estaba yo, mamando mi primera verga. Gustavo, mi amigo y compañero de colegio y quien me inició en este placer, se retorcía y gemía mientras yo movía mi lengua y subía y bajaba la boca en su pija, y me decía a qué ritmo y velocidad le gustaba... y que tuviera cuidado con los dientes. Y quizá lo mamé unos 4 minutos cuando él empezó a decirme que se iba a venir, que me quitara... pero yo más me aferré a su verga y seguí chupando. Él ya no aguantó y empezó a llenarme la boca con semen... caliente y de sabor fuerte (pero como yo amaba chupar mi semen cuando me pajeaba, ya conocía el sabor y la sensación que queda en la boca y lengua) y no me lo tragué, lo acumulé en mi boca... perversamente quería enseñarle todo el semen que le saqué... y después tragármelo. Durante su orgasmo me dijo que ya no moviera mi lengua ni boca, que él haría los movimientos... y así lo hice (después platicamos y los dos nos dijimos que el glande se nos ponía muy sensible y que cualquier movimiento podía ser muy incómodo y hasta doloroso) y el siguió metiendo y sacando su verga de mi boca, suave, despacio. 

Era la primera verga queyo mamaba y me encantó. Y como Gustavo la tenía pequeña me cupo perfectamente y no me molestó (después al mamar vergas más grandes sí sentí las incomodidades y el dolor que queda en la quijada si se mama mucho tiempo... y no me gusta). Desde ese momento adoré mamar pitos chicos y que se vinieran en mi boca. Al sacar su verga de mi boca todavía chorreaba semen y cuando le pasé la lengua, como todavía estaba sensible, él pego un par de brincos pero yo pude coger con mi lengua las gotas de semen que tenía su glande. Me puse frente a su cara y abriendo la boca le enseñé el semen que me echó... y moviendo mi lengua para jugar con el semen, me lo fui tragando poco a poco... y al terminar de tragar directamente fui a su cara y lo besé metiendo mi lengua en su boca... ya nos encantaba besarnos con mucha lengua, pero ahora con su semen fue todavía más erótico. Y mis manos sobaban todo su cuerpo.

Me acosté al lado de Gustavo y sin decirle nada, él se puso a chupar y mamar mi verga. Sólo le entró un poco más de la mitad, pero no nos importó. Y la deliciosa mamada de pija se repitió, pero ahora era mi turno. Y le avisé que ya me venía, pero estaba seguro que él tampoco se retiraría. En realidad le avisé para que supiera que me había dado mucho placer y que pronto también yo le llenaría la boca con mi semen. Y la forma que él se lo tragó fue igual a como lo hice yo y volvimos a besarnos. Y así nos quedamos por bastante tiempo. Así terminó esa primera sesión sexual con Gustavo.

En la noche volvimos a repetir pero sin tanto preliminar. Directamente empezamos a meternos mano, a besarnos y a chuparnos las vergas y los huevos. Y nuevamente fui yo quien tomó la iniciativa y le toqué el culo... y traté de meterle un poco el dedo. Pero no entraba. Él hacía lo mismo con mi culo. Entonces se nos ocurrió llenarnos de saliva el dedo... y así logramos meterlo un poco más de la mitad. Era una sensación muy rara la que sentía yo en mi culo. No era molesta ni dolorosa, pero sí muy rara. Y lo que sí me gustó mucho fue sentir lo caliente y suave que se sentía el recto de Gustavo. Lo malo es que no lográbamos meter más adentro los dedos. Entonces a mí se me ocurrió que él se pusiera en cuatro y dejara su culo arriba... y me llené el dedo con más saliva... y fui metiéndolo suave y despacio... hasta que entró (lo malo que tenía esa posición es que sólo uno podía meter el dedo y sólo uno recibirlo) y Gustavo gemía y me contaba lo que sentía... como una pequeña molestia pero sin dolor. Así que poco a poco empecé a sacar y a meter mi dedo... pero cuando la saliva se secaba volvía a tener mucha fricción y a Gustavo le dolía un poco. Así que le dije que iba a meter saliva directamente en su culo... él creyó que escupiría dentro de su ano, pero en realidad metí mi cara entre sus nalgas (y sentí el olor de su culo sudado y de mi saliva... y me puso más caliente) y sacando mi lengua empecé a ensalivar la entrada del ano y a meter lo más que podía la lengua... Gustavo se revolvía en la cama y por momentos me era difícil mantener mi cara y lengua en su culo. Así de deliciosa era la mamada que le estaba dando en el culo. Se lo chupé por bastante rato y después volví a empapar mis dedos con mi saliva y le metí uno hasta el fondo (tengo dedos largos y delgados mientras que los de Gustavo no son tan largos, y un poco más gruesos)... y me di cuenta que a mi amigo se le estaba parando la verga otra vez... y Gustavo me dijo que tratara de meterle otro dedo... y logré meterle dos y dilatar su ano. Entonces me dijo que probara a meterle la verga. Yo me coloqué atrás de sus nalgas, agarré mi verga y apunté el glande a su culo... y me costaba, pero él pujaba y yo echaba más saliva...y en un segundo mi glande entró... y los dos nos asustamos... ninguno de los dos había metido la verga a nadie, menos por el culo. Era una primera vez para los dos. Dentro de los nervios y el susto no dejé de sentir delicioso. Él gritó un poco y se movió como para sacarse mi verga... y yo le pregunté si se la sacaba... y me dijo que no... que la dejara quieta... que él se acostumbraría, que el dolor y la molestia ya estaba pasando... y esperamos un poco... pero yo seguía muy caliente y cuando él me pidió que por abajo de sus piernas le agarrara la verga y lo pajeara... me gustó todavía más. Yo me puse encima de su espalda y besaba y lamía su piel...y entonces él me dijo que siguiera metiéndola... poco a poco... muy suave... y él me indicaba qué tanto meterla. Después de unos minutos en este proceso, me dijo que la sentía hasta adentro y me preguntó si ya la tenía toda metida... y le dije que no, que iba un poco más de la mitad y que faltaban un par de pulgadas... él me dijo que siguiera... hasta que al final se la metí toda... y él sintió los pelos de mi pubis contra sus nalgas y me decía que era delicioso. Nos quedamos un ratito así, con mi verga topando en sus intestinos... y entonces él me dijo que empezara a meterla y sacarla... poco a poco...