CONTEMPLACIÓN RENOVADA (2)
Por Eunoia
Enviado el 16/09/2025, clasificado en Adultos / eróticos
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CONTEMPLACIÓN RENOVADA
(2)
Tenía razón. Mi minga se había activado espontáneamente. Recordaba su figa abierta, la raqueta acariciando la entrada de su chocho mojado... y mis ganas de sacármela y meneármela sin reprimirme, incluso me excitaba experimentar cómo habría actuado mi hermana al ver mi sexo erecto ante sus ojos. Yo también era un inmoral.
Un cuerpo es un cuerpo, y el deseo es libre. No me parecía que pasar un buen rato de sexo fuese algo condenable en absoluto.
Vanessa estaba a dos palmos de mí. Olía a gel y exhalaba frescura. Su cuerpo delgado, su piel blanca, sus pezones erectos, los rizos de su pubis...
Llevó sin contemplaciones mi mano a su teta izquierda. Con la otra cogió mi polla endurecida, oprimida por el bóxer y la presionó.
—Uffff..., ¡Ruper! Esto es inhumano —dijo con voz burlona—. Tenemos que hacer algo, ¿verdad? —Dejó mi mano sobre su seno y me bajó el bóxer. La polla estaba tan tiesa, tan dura, tan vertical que casi no se balanceó—. ¡Uauuuu, hermanito...¿todo eso?! Me corresponde ver cómo te pajeas. ¿Te atreves?
Me agarró de la polla con su mano suave pero firme y me condujo a su cuarto. Se sentó sobre la cama y me dijo señalando el butacón de cuero marrón:
—Siéntate, vamos. Estoy muy cachonda.
Vanessa se manoseó el coño, con las piernas abiertas. Dominado por las ansias, mr senté frente a ella y empecé a movérmela. Sentía mis mejillas ardiendo, al igual que mi polla y mis huevos. Mi mirada se fijó en sus dedos sobándose el boquete abierto, los pliegues de la entrada del chumino a cada lado; la redonda fruta rosada de su capullo brillante. Vanessa se toqueteaba como la tarde anterior, muy despacio.
Yo me dejé llevar por el arrebato y agarré mi verga. Me la froté enérgicamente. Ella delante de mí, jadeaba. Sus ojos centelleaban.
—Así. ¿Te gusta hacerlo delante de mí, Ruper? —Cabeceé repetidamente y me acaricié el glande—. Eso es. Me voy a masturbar para que te guste más, hermanito. ¿Lo hacemos juntos? ¿Te gusta mi coñito ardiente? Tu mandoble es de primera, hermanito. Haces que mi conejito chorree néctar—Volví a cabecear y apresé la tranca y la agité entre mis dedos.
Vanessa introdujo sus dedos por la raja. Uno primero. Lo sacó e introdujo dos. Los sacó y se los metió en la boca con los otros dos; sólo el pulgar quedó fuera de sus labios. Mi excitación era tan grande que tuve que parar para no correrme al instante. Sus dedos goteaban saliva. Los introdujo después de acariciar sus labios verticales. El dedo medio de su otra mano giraba veloz sobre el clítoris que se había puesto de un visible color morado. Vanessa gemía y movía sus caderas. Sus ojos estaban clavados en mis movimientos, disfrutaba claramente de mi masturbación.
—Sigue, sigue..., Ruper —Jadeaba—. Los dos juntos... Me voy a ...
Yo moví furiosamente mi tranca. Me venía ya.
—Ya, Vanessa —acerté a decir cuando ya mi leche se esparcía por todas partes. Mi polla se estremecía a golpes tensos. El semen saltaba desde mi capullo y salpicaba mi vientre, el suelo, el asiento del butacón. Sin dejar de mirarme, mi hermana lanzó un quejido de placer y comenzó a masajear su coño entre jadeos profundos. Abría la boca y un hilillo de saliva bajaba hacia su mentón. Mi polla fue dejando caer cada vez menos leche. Vanessa sacó sus dedos de la vagina, los llevó a su nariz y luego se quedó mirando el manto de flujo que los cubría.
Se levantó y vino hasta donde yo estaba. Me enseñó los dedos y me dijo:
—Me has hecho disfrutar mucho, ya ves. ¿Y tú? —Miró mi falo mojado de mi esperma y los charquitos lácteos—: ¡Caray, hermanito! Eres un calentorro, como yo. Deben ser los genes. ¿Vamos a la piscina en pelotas?
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