Estrenando a Karla y Diego 2

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Salimos los cuatro del café. Inmediatamente y sin decir nada, mi mujer agarró a Diego de la mano y yo a Karla... y él se fue con mi esposa y yo con la de él... con las parejas cambiadas en nuestros carros. Ya dentro de mi carro y con dirección a mi casa, seguí hablando con Karla y haciéndole preguntas sobre ella y sus gustos sexuales y asegurándole que tanto ella como Diego la pasarían fenomenal... y que mi esposa y yo nos dedicaríamos a complacerlos en todo. Y que ellos dos nos encantaban... y mientras yo decía eso y ella me respondía, tanto ella me metía mano a mí como yo a ella. Fue inmediato, subirnos al carro y que ella me agarrara la verga por encima del pantalón y me la estrujaba delicioso. Yo le tocaba los pechos y le jalaba los pezones... ella incluso se levantó la blusa y pude ver por primera vez sus tetas. Grandes, gordas, un poco caídas por la gravedad... pero era por el tamaño y el peso y no porque las tuviera aguadas. Pezones rosados, pero muy grandes y gordos y duros, igual de parados que los de mi mujer... y la diferencia entre sus pechos era mínima... más que nada el color de la piel; blancos los de Karla y morenos los de mi esposa... pezones rosados los de Karla y café oscuro los de mi mujer. Igual de rugosos. También bajé mi mano a su entrepierna... y por encima de la tela de su pantalón pude sentir el calor que emanaba y sentí cómo bajo mis dedos se movía la tela de su calzón... como que resbalaba en algo... seguro era el líquido que le salía del coño... y pude sentir un leve olor a panocha caliente... además ella, sudaba un poco, quizá de nervios, pero más que nada de lo excitada que estaba. Karla no paraba de hablar y de contarme lo mucho que deseaba esto, que desde que vio mis fotos desnudo y lo que le hacía a mi esposa, se imaginó que era a ella a quien se lo hacía. Y que mi verga le había encantado... blanca, rosada, circuncidada y con una gran cabeza... casi igual a la de su marido (7") pero la mía de 6" estaba algo, no mucho, torcida a la izquierda y eso le parecía muy excitante a Karla, especialmente porque la sentiría diferente y sabría que no era la de su esposo. Yo dejé que ella hablara todo lo que quisiera... ya habría tiempo de compartir ella y yo... también me dijo que la idea de coger con mi mujer le atraía mucho, que nunca lo había hecho pero que ahora le parecía lo más lógico y natural... y deseable. Y que pensar en que su esposo le metería la verga a mi mujer le excitaba mucho... y que tenía mucha curiosidad de ver cómo yo me cogía a su esposo y le mamaba la verga... o se la metía entre el culo... y que él me lo hiciera a mí. Que eso era algo muy nuevo y "prohibido" para los dos y que por lo mismo ella lo deseaba mucho... como también deseaba que su marido la viera con otro hombre desnudo, encima de ella y metiéndole la verga por todos lados y tocándola y mamándola...y que su marido se diera cuenta que tenía a una verdadera puta caliente como esposa... una puta que quería la verga de otro hombre, sentir el olor y el sabor de su semen y que la llenara con su leche... que muy pocas veces había tenido sexo anal con Diego, que no necesariamente le daba gusto sino más molestias, pero que deseaba ardientemente entregarme el culo a mí... que no le importaba si le dolía o era incómodo, que el solo saber que era la verga de otro hombre la que tenía hasta el fondo del culo y que confirmaba que era una puta caliente, la volvía loca de placer... y que desde que nos estuvimos escribiendo hasta hoy, se había pajeado mucho pensando en mí... y en mi esposa. Ella con cada cosa que me decía me agarraba más duro y rápido la verga... y en un momento se detuvo, me bajó el zíper y me abrió el pantalón, y como pudo me empezó a sacar la verga... yo me coloqué para que lo hiciera sin lastimarme... y cuando la tuvo afuera y frente a sus ojos, la veía como no creyendo que era real... la olió mucho y me dijo que olía delicioso... a verga y un poco a mi sudor y olor natural de mi piel y pelos púbicos... que le encantaba la forma, el tamaño, el color y el hongo que tengo por glande... y además de sobarme la verga se la empezó a pasar en toda la cara y a darme besos... y sacando la lengua la empezó a lamer por todos lados... y me dijo que el líquido seminal que ya sacaba a chorros, olía y sabía delicioso y se lo embadurnaba en la cara... y abrió la boca y se metió mi verga todo lo que pudo... y cuando sentí sus labios llegar a mis pelos púbicos me admiré de la facilidad con que se la metió toda. La sacó un poco y empezó a chuparme delicioso... En un momento se la sacó de la boca y me preguntó que, si ya me iba a venir, y cuando le dije que yo tardaba mucho en venirme cuando me la maman... y que en realidad yo prefería que el primer chorro de semen que le diera, fuera dentro de su panocha... que ya tendríamos tiempo para darnos unas mamadas fenomenales... ella sonrió y se volvió a meter mi verga en la boca, lamiendo más suave y lento, no tanto para hacerme terminar sino para ella gozarse la mamada que me daba. Y sus manos me agarraban los huevos o jugaban con mis pelos púbicos. Y yo seguía sobando sus pechos y su entrepierna... y como pude también metí mi mano dentro de su pantalón y sentí el calzón empapado y lo bajé para llegar directamente a su coño... y me encantó sentir que no se rasuraba ni se recortaba los pelos del coño.... y los jalé y poco a poco fui bajando un dedo a sus labios vaginales... y los sentí grandes, salidos, empapados... y metí un dedo dentro de su panocha y empecé a meterlo y sacarlo, con dificultad por la posición y porque ella todavía tenía el pantalón y el calzón... y de repente sentí casi que me mordió la verga, sin lastimarme, pero una mordida... era que se estaba viniendo con mis dedos en su panocha... y sentí sus espasmos y cómo su coño se contraía. Ella estaba tan caliente que su primer orgasmo se vino casi sin avisar... y duró muchos segundos y le salían chorros de líquido, pegajoso, muy olorosos.

Cuando ella terminó de venirse yo seguí sobándola suave y lento. Y ella siguió con mi verga dentro de su boca. Respirando muy hondo y con los ojos cerrados. Así llegamos a mi casa, y nos bajamos con la ropa como estaba.


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