Estrenando a Karla y Diego 3
Por AlexMx666
Enviado el 30/09/2025, clasificado en Adultos / eróticos
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Fue muy gracioso. Karla bajó del carro con la blusa subida y los pechos de fuera... y mi mujer igual. Diego con la verga fuera del pantalón y no la tenía parada pero sí morcillona. Y yo con la pija dura y parada. No era la primera vez que hacíamos esto con mi esposa. Yo estaba seguro que ella le había mamado la verga a Diego y este se había venido en su boca... y lo confirmé cuando mi mujer se acercó y me besó. La boca le apestaba a semen y tenía el olor característico de una verga impregnado en sus labios. Y así, sin palabras, ella me aseguraba que había hecho que Diego terminara y que ya conocía el olor y el sabor de su verga y de su semen. Y definitivamente Diego también le había magreado los pechos y la panocha. Y después del beso de mi mujer acerqué mis dedos de la mano derecha a su nariz y ella pudo sentir el fuerte olor al coño mojado de Karla. Y no le extrañó que yo tuviera la verga muy dura, era señal que yo no me había venido todavía y que deseaba soltar mis primeros chorros de semen dentro de la panocha de nuestra nueva amante.
Todos reímos de nuestra parcial desnudez, y así entramos en nuestra casa. Fuimos a la sala y Karla se sentó junto a su marido y mi esposa en otro sillón mientras yo fui a servir unos tragos. Después platicamos de lo sucedido en los carros y a Karla le brillaban los ojos al contar de mi verga y su olor y su sabor, y de cómo le toqué los pechos y le jalé los pezones y le sobé los pelos del coño y le metí un par de dedos... y que todo eso hizo que tuviera un orgasmo delicioso... más por ser yo otro hombre y no su marido el que gozaba con su cuerpo... y que mamar la verga de otro hombre mientras su marido iba en otro carro, seguro haciendo lo mismo, con la esposa del otro, era algo fuera de este mundo. Diego comentó sobre los pechos de mi esposa, de lo peluda que tiene la panocha (aunque su mujer es igual de peluda) y lo mucho que lubrica y el olor tan fuerte de su coño y que también logró tocarle las axilas y le fascinó lo peludas que las tiene... que era algo nuevo pero muy excitante. Y que cuando mi mujer le sacó la verga del pantalón y se la empezó a mamar no se pudo aguantar mucho tiempo... y que sintió raro cuando mi mujer no se apartó de su verga, sino que empezó a mamarlo más rápido y recibió su semen dentro de la boca... y que después no lo escupió, sino que se lo relamió y se lo tragó. Que Karla cuando le mama la verga, al final escupe el semen o coloca su pija de forma que el semen caiga en sus cachetes o labios cerrados, pero que muy pocas veces lo ha sentido en su lengua... y menos tragárselo... entonces Karla dijo que ese día ella sí lo probaría... que quería que yo me viniera en su boca y tragarse mi semen... Entonces mi mujer le dijo que ella le daría una probadita en ese momento... y se levantó hacia Karla y puso su cara y boca justo en la de ella... y la empezó a besar con mucha lengua... y como todavía tenía el sabor y el olor del semen de Diego, Karla lo pudo probar... mezclado con la saliva de mi mujer. Y cuando Karla también empezó a darle lengua a mi esposa, se puso como loca a chupar y lamer su cara, sus dientes, su lengua... y decía que el sabor era delicioso... y que le encantaba sentir el semen de su marido mezclado con la saliva de mi esposa. Y por supuesto que mi mujer le empezó a sobar las tetas a Karla y a jalar sus pezones, porque ninguna de las dos se había puesto de nuevo la blusa (como tampoco Diego y yo nos habíamos guardado las vergas... y la de Diego viendo cómo se besaban nuestras esposas, empezó a tener otra erección. Y mi pija seguía durísima y sacando más precum). Karla también estiró sus manos y le agarró las tetas a mi mujer y se las sobaba como loca y jugaba y pellizcaba sus pezones.
Pero como mi esposa sabía que el juego apenas estaba empezando, repentinamente se separó de Karla y la dejó con la lengua de fuera y goteando saliva... mi mujer regresó a su sillón riéndose y le preguntó a Karla que si le había gustado... y que iríamos despacio para alargar ese momento y gozar todo lo que pudiéramos... que no había prisa. Y sin dejar responder a Karla, mi esposa empezó a describir lo que sintió con la verga de Diego y lo deliciosa que la tenía. Y que aunque ya la conocía en fotos, ahora que se la había tocado, acariciado, olido y mamado... era una de las vergas más ricas que había probado. Y que su semen sabía delicioso.
Entonces les propusimos jugar... con cartas. Quien tenga la carta menor pierde... y se tiene que quitar una prenda de ropa. Y que cuando alguien se quede desnudo, si pierde entonces tiene que cumplir una penitencia, que le pondrá quien saque la carta mayor... les contamos que eso nos encantaba hacerlo con nuestros amigos y más con una pareja primeriza como ellos... que aunque todos nos habíamos visto desnudos, no era nada comparado con el primer momento en que en la vida real se ve el cuerpo desnudo de alguien... y que incluso con quienes ya hemos cogido muchas veces, siempre es excitante ir viendo desnudarse a las personas, poco a poco.
Ellos aceptaron y empezó el juego. En pocas manos, ya casi todos estábamos desnudos y al final terminamos sin nada de ropa. El cuerpo de Karla era igual a sus fotos. Rellenita, pechos grandes y gordos de pezones rosados y enormes, algo de pancita y pudimos confirmar que su cabello rubio era tinturado porque el pelo de su panocha era muy negro... y abundante. Pelos largos y gruesos. Y de su coño salía un olor fuerte a puta caliente. Pudimos ver sus nalgas, gordas, algo flojas pero deliciosas. En ese momento no pudimos ver su ano pero cuando cumplió una penitencia vimos que lo tenía entre rosado y café y muy arrugado y rodeado de pelos negros... no tan peludo como el de mi mujer, pero igual de delicioso y se veía muy apretado. Axilas rasuradas.
Diego era idéntico a sus fotos. Delgado. Piel blanca. De pezones rosados y rodeados de pelos negros, y el resto del cuerpo casi lampiño... mientras que yo soy muy peludo. De verga delgada y recta y prepucio no muy largo, pero se veía muy apetitoso. Con la verga aguada era igual a la mía, pero con el glande tapado por su pellejito. Y tenía bastante pelo en el pubis, negro, lacio. Y soltaba un olor a sudor muy rico. De axilas peludas, pero no tanto como las mías.
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