Dos hombres...mi marido y yo

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Yo estaba ubicada en cuatro a la orilla de la cama y Daniel, de pie, me tenía aferrada con sus manos en mi cintura y su verga de más de 25 centímetros totalmente incrustada en mi vagina…estaba extasiada, sofocada, casi desfalleciendo por la calentura; lo que me impidió escuchar la puerta abrirse…entró mi marido y don Roque; recién me di cuenta cuando se pararon uno a cada lado de la cama; ya era tarde, un poco asustada… un poco feliz, miré a mi esposo como disculpándome. El, se acercó tomó mi rostro, acarició mis cabellos, me besó apasionadamente y me dijo “disfrutá, yo lo preparé todo”. Lo que no estaba en los planes, era don Roque…mientras desabrochaba su cinturón, caía su pantalón y dejaba ver una monstruosidad, aún un poco flácida, acercándose a mi boca. Mi esposo me alentó a que la chupara “dejala bien parada”, expresó. Mi marido estuvo todo el tiempo dirigiendo la situación, estimulándome con sus palabras (sucias, pero románticas) como: “Mi amor, hace mucho que te merecías un regalo como éste” “¿te gustan estas pijas?”… “Creés que podrás con ambas?”… Siiiií, me gustan y no solo podré con las dos, sino con la tuya también –le contesté-. Mi marido untó con gel dilatador mi ano, comenzó a introducir sus dedos, hasta quedar dispuesta a recibir su pija. Por primera vez hice una doble penetración con dos vergas de verdad… Daniel la sacaba y Pablo la introducía rítmicamente hasta que en un momento entraron las dos juntas…pegué un brinco, pero de placer y acabé de manera bulliciosa y con descarga de flujo (como si fuera una eyaculación masculina). A esta altura la pija de don Roque ya estaba lista para la acción, si bien era larga y gruesa su cabeza era puntuda lo que permitió remplazara mi marido en mi cavidad anal. He de confesar que al principio, me costó un poco, no porque me doliera, sino, porque no cabían, mientras Pablo me besaba suavemente intermitentemente, porque también se la chupaba. Estuve toda la noche cogiendo, logré meterme dos vergas en mi vagina y una en mi culo… mis machos se durmieron, acabé con los tres. Mi única queja a mi marido es, por qué no lo hicimos antes.

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