Había una vez dos hermanos; uno llamado Abel y el otro Caín Engels que eran tan antagónicos que se odiaban profundamente y ambos querían arreglar el mundo a su manera. Abel era partidario de fomentar la libertad de Mercado sin cortapisa alguna, mientras que su hermano mayor aborrecía el liberalismo que no toleraba la intervennción estatal en las empresas. Por esta razón Cain Engels acusaba a su hermano Abel de ser un codicioso, un egoísta y un hipócrita, porque según él daba prioridad al Captal, al burgués antes que al obrero, al pueblo llano. Y no se equivocaba del todo, porque cuando estalló la Revolución Industrial en las ciudades en las que proliferaban toda suerte de fábricas en medio mundo que estaba bajo la influencia de Abel, se explotaba vergonzosamente a los operarios de las mismas.
-¡Nosotros somos unos elegidos de Dios! - gritaba Abel.
- Eres un necio. El Dios de la Biblia al que tu invocas no existe. Aquí el único Dios que hay es el Capital en relación con el pueblo - replicaba Caín el cual tenía en la mesilla de noche de su habitación la fotografía de Karl Marx a quien rendía pleitesía como si fuese otro dios, o un santo..
Sin embargo, a pesar de las agrias discusiones en las que se enzarzaban los dos hermanos, ambos compartían una misma idea común, que era nada más y nada menos la del Imperio cuyo proyecto era tan antiguo como la civilización de la humanidad, dado que siempre había habido pueblos que habían invadido a otros más débiles y les había impuesto su modo de vivir como fue el caso de la vieja Roma. Pues no hay que olvidar que los dos hermanos pertenecían a una familia de industriales adinerados. Es decir que estos dos hermanos mal avenidos formaban parte de las élites de su lugar de origen y les importaba un rábano los derechos del ciudadano común.
En una mayor parte de este planeta ganó la filosofía socialista y populista de Caín Engels, mientras que en la otra mitad triunfó la inicitiva privada; el liberalismo de Abel. Pero caramba, el ideal de la democracia popular en la que prevaleciera por encima de todo la voluntad del pueblo llano del país en el que gobernaba Caín visto de cerca resultaba ser una utopía. ¿Cómo se iba a consentir que los pobres obreros autogestionasen sus bienes cuando ellos no tenían ni idea de gestionar nada dado que muchos eran analfabetos?. Por tanto era necesario establecer un grupo de funcionarios adictos al Régimen, muchos de los cuales no habían trabajado en su vida pero que pertenecían a una élite política y mediante una férrea dictadura en la que con una machacona propaganda manipulaban asimismo las mentes de la población, gobernaron durante muchos años. Si había alguien que se atrevía a protestar pidiendo más libertad personal, o era eliminado por ser un traidor a la Causa o bien era enviado a un Campo de Concentración.llamado Gulag donde allí moría. Si Caín echaba en cara a su hermano Abel que era un despreciable capitalista, él como perteneciente a una élite como era,,en su país había establecido un Capitalismo de Estado que oprimía al obrero. Y el sueño de Caín era poder dominar el resto de la Europa occidental, pero su hermano Abel le plantaba cara con bombas atómicas, por lo que Caín también almacenó un arsenal de dichas bombas que apuntaban directamente a Occidente. Así que los dos hermanos seguían igual de enzazados como al principio.
Mientras tanto, al elitista Abel le contrariaban los paises que querían emanciparse del dominio capitalista de su país porque fomentaba la desigualdad social.Los ricos vivían muy bien y el resto tiraba como podía .Por tanto le parecía a Abel que estos países que protestaban del dominio neo-liberal ponían en riesgo sus intereses empresariales en el lugar donde estaban Abel lo que anhelaba en realidad al igual que su hermano pero por otro camino, era ser el dueño y señor del mundo. Para ello tanto el uno como el otro tenían en su equipo verdaderos psicótatas, asesinos sin escrúpulos que se encargaban de asesinar, a gente que pudieran constituir un peligro o una molestia para sus intereses.Sí, la democracia estaba bien pero quien decidía el ritmo de la HIstoria era Abel con su equipo.
Como al fin el sistema socialista de Cain se hundió bajo su propio peso, y no pudo enfrentarse a la brava con el vil Capitalismo de Abel, éste y sus seguidores decidieron hacer la revolución social en sus cimientos en el ámbito familiar .Había qu cambiar el estilo de vida tradicional de Occidente. Así hicieron que muchos matrimonios se fueran al traste convirtiendo a los malos de la película como hicieron con los ricachos burgeses del pasado, a los hombres. Los varones eran en potencia unos maltrataores y violadores que había que despreciarlos, controlarlos y fiscalizarlos; aunque curiosamente estos izquierdistas seguidores de Caín tan feministas como decian que eran no tan solo no se atrevían a denunciar los agravios demenciales que se hacía a las mujeres en los paises islámicos, sino que además los justificaban diciendo que eran las costumbres ancestrales de dichos lugares.
Un día tanto Caín como Abel se entrevistaron con los dirigentes chinos y éstos se rieron de ellos.
- ¿Vosotros queréis dominar a la población? Olvidaros de la libertad personal, pero abrid la mano al Capital. Haced que vuestro corazón sea marxista o de Mao, ¿qué importa éso? pero el bolsillo que esté a la derecha. Que fluya el dinero , la industria, el comercio, la tecnnología y no tendréis problemas - les aconsejaron los chinos a los dos hermanos como si fueran unos tontos.
Así China poco a poco ha terminado controlando a las dos potencias de Caín y Abel.
Mas a pesar de esta locura tan narcisista de ideologías, la pobación que aspira vivir con normalidad, se organiza para avivar los derechos humanos y la soliaridad a un nivel global.a quienes yo siempre apoyaré. Y aunque exista la lucha del bien contra el mal con todos los simbolismos culturales de todas las épocas, no hay que dormirse en los laureles porque los tiranos elitistas son fuertes y listos y nunca descansan.
FRANCESC MIRALLES PÉREZ
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