De la micro al motel (sexo casual con una estudiante)
Por Gonxxx
Enviado el 28/11/2025, clasificado en Adultos / eróticos
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Comenzaban las tardes frías de octubre, yo estaba con los huevos llenos de no haberme venido en el mañanero con mi novia porque se me hacía tarde para el trabajo. Desde que venía en el metro, tenía la verga muy dura a cada rato porque, era de esos días donde, el tumulto de gente nos obligaba viajar apretados y gloriosamente, dos mujeres se apretaron en mi verga y luego de dos roces, ya tenía el pito comenzando a despertar. Durante la jornada del trabajo, miraba porno a ratos y moría de ganas de ir a jalarme la verga y de plano sacar de mí esta sensación.
Salí del trabajo y un mensaje de mi novia: “Amor… lo siento, debo ir con mis papás a una cena, tal vez te veo mañana. Besos”
Me subí al camión con la chaqueta que me iba a hacer llegando a la casa, ya hasta estaba pensando en qué actriz pondría en la pantalla para sacarme la leche como desesperado.
En eso, el camión hizo una parada, se subió mucha gente y no hice mucho caso, sentí un pequeño golpeteo en mi perna. Una chica con uniforme escolar de prepa, estaba muy cerca de mí. Ella parada balanceando su falda y yo sentado con la luz atenuándose por ser ya casi de noche.
Estaba tan caliente que no me importó nada, aprovechando que el camión estaba muy lleno hice un movimiento discreto y bajé mi mano a mi pierna para que, en un movimiento, tocara la piel de su pierna, entonces ella se balanceó dejándome tocar su piel y eso me hizo estremecer, pasó una segunda vez, abrí un poco mis dedos para sentir un poco más, nuevamente mi mano estaba aprovechando el meneo del camión para hacer mi maldad.
Sin aviso sentí su pierna rozarse en mi mano, era un movimiento injustificado, como queriendo sentir mi mano con su pierna, alcé levemente la mirada y la niña estaba mirándome con una cara de puta mientras se mordía los labios.
No pude pedir otra cosa, sin pensarlo, pero continuando disimular lo que pasaba, comencé a subí mi mano por dentro de su falda, aprovechando que era mucha gente y había poca luz mi mano sentía sus muslos y por momentos metí mis dedos entre sus bragas y su delicioso culo tan suave que sentía venirme de tanto morbo.
Mi verga ya estaba soltando pre-seminal y ella también apretaba mi mano con sus piernas, lo que ocurría en ese vaivén de aquel camión nos tenía calientes sin que la gente se diera cuenta. En u movimiento de loco, aprovechando que el camión hizo una parada bajo un puente vehicular, subí completamente mi mano dentro de su falda, jalé su calzón ya mojadito y sentí su coño babosito y caliente.
Ella apretó mi mano con sus muslos y yo ya estaba tan caliente que no pude más que hacer un gesto que ella entendió de inmediato.
Me paré de golpe y ella se fue a la puerta, ambos bajamos del camión y nos miramos a los ojos. No tenía otro impulso, no sabía quién era ni cuántos años tenía, solo podía pensar en verla encuerada gritando como puta mientras se venía a gritos sintiendo mi verga hasta el fondo.
La tomé de la cintura y la pegué a mi cuerpo para que sintiera mi verga dura y sin dudarlo ella pasó su mano en ella, sin dudarlo alcé la mano para parar un taxi y me la llevé al primer motel que había a la mano, no era ni bonito ni nada, ni recuerdo cuanto costaba pero, en un momento me vi con ella en la habitación pegada a su espalda besándole el cuello y sintiendo su culo precioso frotando mi verga.
De un jalón le quité el suéter, no hizo falta otra cosa que no fuera abrir unos botones de su blusa y subir su falda, en un solo respiró la empotré en la pared y de un solo golpe le clavé mi verga hasta el fondo, con un gemido muy agudo ella tenía mi verga hasta adentro y ella solo me tomó del cabello, sin piedad comencé a embestirla, estaba tan caliente que la chocaba como un perro, haciéndola gemir tal cual, la había imaginado. Tuve la sensación de venirme y la puse de rodillas, ella me mamó la verga con locura y un poco de mi semen se fue a su garganta.
Hice lo posible por no venirme, ella se puso en cuatro en la cama y como loco me fui sobre su culo. Lo abrí, le di fuertes nalgadas y sin importarme nada comencé a mamarle el culo haciendo que ella gritara hasta venirse. Lamía su coño empapado y luego su culo hasta que no pude más y se la clavé nuevamente. Ella con su mano sacó mi verga de su panochita y la puso en la entrada de su ano.
Con menos rudeza, pero con las mismas ganas le fui clavando mi verga en su diminuto culo, ella se aferraba a las sábanas de la cama mientras ahogaba sus gritos con una almohada. Yo estaba frenético y comenzaba a embestirla con la misma o más fuerza que al principio, ella se vino de nuevo, sus gemidos me excitaban tanto que tenía que sacar mi pito para no venirme, pero no pude hacerlo mucho tiempo. Luego de tomarla del cabello y darle con todas mis fuerzas, mi verga estaba por explotar dentro de su culo.
“no te vayas a venir adentro”
En menos de un segundo, ella se puso de rodillas y se clavó la verga en la boca, sin mesura me vine completo dentro de su garganta, en mi mente brotaban destellos de placer y de las ganas contenidas de todo el día. Con las ganas en la mirada subió y me besó en la boca, seguimos besándonos un momento y lentamente nos desnudamos.
Entre beso y beso ya estábamos desnudos sobre la cama, nos revolcamos con calma y cogimos despacio, disfrutamos de más posiciones y un par de orgasmos hasta venirme en su boca nuevamente. Durante ese palo su celular sonaba entre mensajes y un par de llamadas.
Salimos del motel, casi dos horas después con la cara llena de satisfacción, nos subimos nuevamente a un taxi, que nos recogió sabiendo las maldades que acabábamos de hacer, llegamos al metro y ella solo se despidió de mí moviendo su mano diciendo adiós.
Quería preguntarle su nombre o su número de celular pero, ella se fue corriendo, a la distancia vi que llegaba y se abrazaba con un chico, veinteañero, tal vez.
Yo solo pasé de largo y continué mi camino a casa. Sentado en mi asiento, cerraba los ojos y podía verla encima de mí, con esa piel tan suave y ese sexo caliente gritando de placer y su aroma en mis dedos, y en todo mi cuerpo. El tren avanzaba y en el andén pude verlos juntos tomados de la mano y el con una cara seria, por haberla esperado, pero yo solo cerré los ojos para descansar un momento.
Fue de esos días en que, el universo regala una cogida deliciosa con una desconocida, y yo fu feliz aprovechándola.
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