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Hoy te observo, te miro e incluso a veces me vuelves loco. Corro e intento acercarme, te evades del tiempo y viajas en el pasado. Te admiro, con qué fasilidad te ríes, lloras, gritas y miras a través de tu espejo.
--Nunca me ves, aunque estoy ahí.
--Siempre evitas mirarme, por miedo a asustarte.
Tu pelo es hermoso, tus ojos ciegos, pero brillando a lo lejos, iluminando por donde andas. Tu cuerpo lleno de cicatrices de tu día a día, de tu caminar, pero a la vez espectacular, por tu belleza interior.
--Mirame, obsévame, porque yo soy tú.
--Quiéreme, mímame, porque siento tu dolor.
Yo soy tu bestimienta. Yo soy quien te cubre, cuando más sufres. Yo soy tu, tu amigo en tu caminar. Decides probar algo y te acompaño con los ojos cerrados.
--Nunca me quejo. Nunca me enfado. Nunca te abandono.
--Porque e decidido unirme a ti. Porque e decidido amarte incondicional.
--Porque e decidido que tú me das vida, aprendizaje y vivencias en lo terrenal.
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