El día que caí a sus pies (parte 2)
Por Relatoradefantasias
Enviado el 30/12/2025, clasificado en Adultos / eróticos
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—Siempre me ha ayudado a pensar —respondió él, con una mirada fugaz hacia ella.
Durante el trayecto, casi no hablaron. Pero cada vez que el semáforo los detenía, él la miraba de reojo. Había en su mirada algo entre admiración y deseo, una curiosidad profunda. Ella lo notaba, y su cuerpo respondía con una mezcla de nervios y expectación.
Llegaron a una casa amplia, rodeada por un jardín cuidado . Nina bajó despacio, observando cada detalle.
Óscar abrió la puerta, la dejó pasar primero.
—Ponte cómoda —dijo mientras caminaba hacia la cocina.
Ella asintió y se sentó en el sofá. Sus dedos recorrieron los bordes de los muebles, los marcos de los cuadros, buscando un punto de apoyo en un espacio que le resultaba tan ajeno.
Él volvió con una botella de vino y dos copas. Sirvió una de ellas lentamente, mientras la miraba. El líquido rojo brilló bajo la luz tenue.
—Vino chileno —dijo con una sonrisa—. No hay mejor manera de comenzar una conversación interesante.
Ella rió suavemente y bebió un sorbo. El sabor le pareció intenso, casi dulce. Cuando apartó la copa, sintió cómo él se acercaba. Óscar se inclinó frente a ella, despacio, y con un gesto suave, limpió el rastro que el vino había dejado en sus labios.
El contacto fue breve pero aun así hizo que Nina sintiera cómo su respiración se detenía un instante, cómo su piel respondía al gesto.
Óscar dejó las copas sobre la mesa de centro.
—Puede que esta no sea la forma correcta de conocerte —dijo, con voz baja—, pero desde que te vi no puedo pensar en otra cosa.
Oscar se inclinó despacio, con una lentitud que parecía medir el tiempo entre un latido y otro. Cuando sus labios se encontraron, fue como si el mundo se detuviera un segundo.
No fue un beso impulsivo, sino uno lleno de reconocimiento. Al principio, paso sus labios con cuidado, respirando profundo, reconociendo el aroma que ella tenía, de una forma contenida. Luego, poco a poco, entreabrió sus labios y succionó el inferior atrayéndolo dentro de su boca y presionando en el por un instante. Las respiraciones se mezclaron, y el gesto se volvió más firme, más consciente.
Nina sintió el vértigo de algo que no podía controlar, pero tampoco quería detener. El calor de ese beso le hizo temblar las piernas, vibrar sus manos, las que temblorosas subieron por los brazos de Oscar presionando cada vez con mas fuerza. Pudo sentir el sabor del vino entre sus labios, haciendo que el beso tuviera algo de dulce, la timidez de Nina fue perdiéndose poco a poco y su boca también busco, busco su lengua, penetró sin miedo los labios de Oscar y le envolvió mientras su cuerpo gritaba con su cercanía que le tomara, que la tocara.
Cuando Óscar se separó apenas un instante, aún tan cerca que podía sentir el temblor de su voz, dijo:
—Tenía miedo de imaginar esto... y ahora no puedo imaginar no hacerlo.
La boca de Óscar volvió a encontrarse con los labios de Nina, su cuerpo se puso sobre el de ella, las manos subieron sin freno por sus muslos, abriéndose paso por entre sus piernas que se dejaban ver en ese vestido bajo las rodillas, ese vestido que aunque sencillo le sentaba tan bien, esa forma de tocarla que hacia que su cuerpo se contrajera a cada paso.
—No sabes cuánto lo esperé —murmuró ella.
—No sabes cuánto me contuve —dijo él.
Ella deslizó sus dedos por su cuello, tirando de él, invitándolo a acercarse más, sus manos elevaron la camisa de Oscar buscando esa piel que tanto necesitaba, cada botón, cada jodido botón, la hacían desear mas aun, el calor de su sexo, la forma en que latía, la necesidad de poder sentirle como nunca había sentido en su vida.
Oscar le sonrió notando en ella eso que siempre había esperado de alguien, ser corrompida por el deseo, no pensar solo sentir, ayudó a Nina a sacar el resto de los botones que quedaban en su camisa y se arrodillo en el suelo para elevarle el vestido, observando como la tela de su ropa interior se hacia visible mientras terminaba de sacar la prenda por sobre la cabeza.
_Eres tan hermosa_ dijo él sin apartar la vista de sus ojos, de su cuerpo, recorriéndole por completo para no perder nada. sus manos tocaron el vientre de Nina y se deslizaron por las bragas blancas con cerezas que ella llevaba en ese instante, las deslizo bajo los muslos poco a poco y la miro con esa detención única hasta dejarlas sin ellas, Su boca bajo y sin dejar de sostener su mirada subió por el interior de sus muslos, cada movimiento de sus labios humedecidos en dirección a su sexo le hacían moverse en el sofá, su boca se arrastro un poco mas hasta llegar a su coño completamente depilado, el sabor de su humedad fue lo primero que encontró en su lengua cuando le deslizo por sobre su sexo, ese sabor tan especial que le hizo respirar profundo para quedarse también con su aroma.
_Dios_ dijo Nina sin poder contener su cuerpo, abriendo mas las piernas para que el acceso de Oscar fuera pleno.
La lengua de Oscar salió tan experta, abriendo paso por los labios del sexo de Nina que le hizo disfrutar de notar como el cuerpo de ella se estremecía, como su sexo se mojaba cada vez mas, sus manos rodearon las piernas de Nina y la atrajeron a él con fuerza para devorarle, succionando de ella, moviendo su lengua. haciendo que despegara su espalda de aquel sofá envuelta en placer.
_Ahhhhh_ los gemidos de Nina pasaron de ser bajos y precavidos a perder toda compostura, su cuerpo se elevaba entre mas cerca se encontraba, sus piernas en punta como una bailarina marcaban sus gemelos por el esfuerzo de aguantar el arrastre despiadado de la lengua de Oscar en su intimidad, sus ojos se abrieron grandes al notar cuando él puso dos dedos en ella, deslizándoles dentro en su interior hasta sentir como les presionaba por el placer, cada vez que Oscar giraba los dedos dentro de ella y presionaba sus labios con fuerza en su clítoris haciendo que ella gritara tan alto como nunca lo había hecho.
Cada gemido, cada grito, cada espasmo del cuerpo de Nina lo hacían querer más, aferrarse más a ella hasta no soltarle.
(leer parte 3)
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