Siete millones menos para Extremadura, un escaño más para Guardiola

Siete millones para nada: la factura de una torpeza electoral

Siete millones de euros. Esa es la cifra que ha costado a los extremeños la ocurrencia de celebrar unas elecciones autonómicas en solitario el 21 de diciembre de 2025. Una cifra que duplica el gasto habitual de unos comicios cuando coinciden con otras convocatorias. ¿El resultado? Un Parlamento prácticamente igual, una participación menguante y una ciudadanía más cansada que ilusionada. Un derroche innecesario en tiempos de escasez.

Con ese dinero se podrían haber contratado más de 200 sanitarios durante un año. Se podría haber construido un centro de salud en una comarca olvidada, o financiado el material escolar de miles de niños. Se podrían haber reforzado los servicios sociales, rehabilitado escuelas rurales, mejorado el transporte público o reforestado zonas arrasadas por incendios. Pero no: se fue en urnas, sobres, papeletas y dietas para mesas electorales. En propaganda. En ruido.

La decisión de María Guardiola de disolver la Asamblea y convocar elecciones en solitario ha sido, como mínimo, torpe. No solo por el coste económico, sino por la falta de justificación política real. No había una crisis institucional, ni una ruptura insalvable. Solo cálculo. Solo una apuesta que ha salido cara. Extremadura no necesitaba más elecciones, necesitaba más soluciones.

Y ahora, con siete millones menos en las arcas públicas, toca preguntarse: ¿quién asume la responsabilidad de este despilfarro? ¿Quién devuelve a los extremeños lo que se les ha quitado en nombre de una estrategia fallida?