Stop-Loss : parte tres Ragnar's Club

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Santiago, mayo de 1993.

 

Ragnar el pastor alemán que cuidaba la casa de la familia Gundensen ingresó al dormitorio de Fernanda esta escuchaba " Vesti la Giubba " de el Pagliacco sentada en la bajada de cama lloraba, temprano salio a pasear a Ragnar y de la nada atacó a un vagabundo que se le acercó a Fernanda, aunque solo le mordió la mano, el escándalo fue enorme ya que salieron los vecinos, por suerte ellos aprobaron la acción del perro y no llamaron a carabineros pero al llegar a casa el padre se enojo y quiso azotar al perro con la cadena de paseo a pesar de los argumentos de la acción correcta que Fernanda expuso, pero el oficial Gundensen solo quiso golpear al perro, pero Fernanda se interpuso e incluso empujó a su padre, el dominado en ira golpeó a su hija con la cadena, haciéndole una herida en el labio superior, igual que en la fosa nasal derecha y en el pómulo, ella se encerró en su dormitorio y a pesar que su padre trató de pedir disculpas a su hija y curar las heridas, Fernanda no abrió la puerta y el Mayor del ejército desistió para no empeorar más la situación.

 

el perro se acerco a ella y con el hocico le movió la mano, ella deja de llorar y mira a su can, y el se pone entre las piernas de la chica, le pasa la lengua por la cara y ella le acaricia el lomo después el perro se acuesta al lado de su dueña, Fernanda apaga el minicomponente y tomando su guitarra negra la cual le pintó un calavera, tomando la guitarra le pregunta a Ragnar- ¿ Te gustan los Beatles? El perro movió sus ojos hacia arriba hasta mirarla, ella sonríe y empieza a tocar y cantar " in my life".

 

 

 

Santiago jueves 28 de Diciembre de 1995.

 

En la tarde se realizaba la fiesta de fin de año de Alpha Centauro, en ella pasada la tarde Fernanda miraba por la ventana al poniente de la ciudad, hasta que un hombre de un metro setenta y ocho de estatura, sesenta y cinco años, canoso y de tez blanca se acerca a ella.

 

- la espectacular asistente, la protegida de Emilia Huidobro- Fernanda se voltea y con una sonrisa se acerca al hombre.

 

- y usted-

 

-¿ no se a olvidado de mi? pregunta el adulto mayor.

 

- Maximiliano Etcheverry, gerente general de inversiones Ética- dice ella, el hombre la miró de pies a cabeza, de la bandeja de tragos que tenia cerca  sacando un vaso de whisky invitó a Fernanda a que sacara un trago, ella tomó un vaso de caipirinha.

 

- creo que es verdad el rumor que se hizo un cambio en su viaje a Nueva York- dice el gerente

 

- si en esa ciudad hay buenos cirujanos plásticos y me hicieron un gran trabajo con los implantes mamarios-

 

-quedaron muy perfectos- dijo el gerente mirándolos luego los dos se quedaron mirando y Fernanda sonrió de forma suave y tímida, mientras alejaba los labios un par de centímetros del vaso

- Emilia Huidobro se marchó hace veinte minutos atrás, así que estas libre para hacer lo que quieras- dijo el gerente con mirada sediciosa Fernanda quien miro fijamente a los ojos del hombre de pronto con la cabeza hace un gesto moviendo de forma corta de un lado a otro cómo obligando al hombre revelar cual eran sus intenciones, el gerente miró paralizado sin decir nada y su mirada de severidad y confianza se empezó a ablandar y a mostrar debilidad mientras tanto la mirada de Fernanda de ser de ternura e inocencia empezó a cambiar a frialdad y ausencia dejando sin expresión que se podía leer en sus pupilas, Maximiliano abrazo a la asistente y se la llevo.

 

Concepción abril de 1996

 

en una vieja casona color vino tinto de tres pisos se juntaban un grupo de pequeños y medianos comerciantes qué un mes atrás fundaron una asociación de vendedores minoristas conocido como AVEMI, se juntaban los sábados a las 17 horas y buscaban reunir más integrantes, la lluvia caia leve un Mercedes Benz del año ochenta y sale del vehículo se baja un hombre de un metro setenta y ocho de estatura y setenta años, moreno de cabello y barba canosa, ingreso a la casona y viendo a los diecinueve miembros el hombre se sienta en el escritorio y los otros miembros sentados en media luna, saco una pipa y preparándola se puso a fumar, el era Eduardo Santander dueño de la panadería Santander el creador y director de la asociación, mirando a los demás comenzó a hablar.

 

- bien ya comenzando la reunión de nuestra naciente organización-

 

Santiago jueves 28 de diciembre de 1995.

 

Maximiliano lleva a Fernanda a un pequeño salón cerrando la puerta quedando a solas con la asistente, ella caminaba lentamente por el pequeño salón con los brazos cruzados y moviendo la cadera a cada paso el gerente la miraba fijamente con una sonrisa y sosteniéndo la respiración, Fernanda de voltea mirando hacia el costado un óleo que había visto mas de treinta veces, los brazos cruzados hacia que sus pechos se levantarán, Maximiliano avanzo lentamente hasta quedar al frente de ella con la mano

 

le tomo el mentón y girandole la cabeza tatro de besarle, pero Fernanda alejo la cara de él, pero el gerente insintió y en su tercer intento pudo poner sus labios con las de la joven asistente de veintiún años, pasado los minutos Fernanda estaba acorralada en el pilar lateral de una chimenea, Maximiliano después de besar su cuello le empezó a besar la blusa, la asistente que se había sacado la chaqueta gris grafito, al ver las intenciones del viejo se desabotonó la blusa dejando en cubierto el sosten blanco el viejo de forma torpe le saco el sosten y empezó a besarle el pecho derecho mientras Fernanda le tocaba el cierre del pantalón descubriendo un leve bulto qué no llego a endurecer el gerente de forma torpe trató de abrazar a la rubia pero casi se tropezó y cayó, Fernanda se voltea y Maximiliano pone el cierre del pantalón sobre las nalgas de la asistente y empezó a dar estocadas fuertes que pasado los segundos se hicieron mas distantes una de otra, hasta que empuja a Fernanda al pilar y poniéndose rigido empujando su miembro entre las nalgas de Fernanda hasta que terminó y alejándose se

 

sienta en una silla de roble barnizado, Fernanda se acomoda el sosten, se abrocha la blusa y acomoda la falda, colocándose su chaqueta mira al viejo con una leve sonrisa, Maximiliano que sonriendo se soltó la corbata y desabrocho los dos primeros botones de la camisa.

 

- se que estas empezado tu proyecto propio, me gustaría financiarlo -

 

- gracias el proyecto walkirias es la culminación de mi tesis universitaria-

 

- bueno mi pequeña, solo dime lo que necesitas no importa el monto solo dime que necesitas para tu proyecto-

 

- gracias por la ayudar pero por ahora estoy terminando la planificación pero cuando lo necesite lo llamaré-

 

- bien lo que necesites solo llámame a este número- dijo el gerente anotando un número telefónico al reverso de una tarjeta.

 

 

 

 

 

 


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