Pero no se lo digas a nadie

Por
Enviado el , clasificado en Amor / Románticos
2440 visitas

Marcar como relato favorito

Si el orgullo fuera virtud, déjame contarte que ya no te dibujaría espirales, si no que llenaría mi cuaderno de voces y tus mejillas serían tatuadas de rosa pálido con aroma a besos y gusto a adoración. Y me alegraría después de un tiempo de saber que soy virtuosa.
Déjame contarte también, pero que sea un secreto entre tú y yo, que si la soberbia fuera color, el rosa pálido cambiaría a carmín y los susurros ya no serían suaves para ti, porque no tendría cuidado de que huyas lejos, estando así así tan cerca y siendo tan mío aunque no lo sepas jamás.
Siendo así tan desesperación y tan paranoia, no sé como es que podemos caminar tranquilos sin que el roce del viento nos empuje a llamas con tantas revelaciones que elegí de día para confiarte y podría seguirte confiando si también confiaras en mí.
Te admito con vergüenza que si la sensibilidad me durara menos te hablaría más. Aunque con toda virtuosidad, y todo ese color, esos trazos no tendrían forma si los celos no fuesen deseo por saber más y más y una curiosidad masoquista/hiriente que me choca tanto como lo haces tú solamente respirando.
Me encantaría saber como esas espirales van subiendo por tu boca y luego ya no están ni estás y la curiosidad se acaba y quedo yo.


¿Te ha gustado?. Compártelo en las redes sociales

Denunciar relato

Comentarios

COMENTAR

(No se hará publico)
Seguridad:
Indica el resultado correcto

Por favor, se respetuoso con tus comentarios, no insultes ni agravies.

Buscador

ElevoPress - Servicio de mantenimiento WordPress Zapatos para bebés, niños y niñas con grandes descuentos

Síguenos en:

Facebook Twitter RSS feed