Mi amigo se enamoró de mí (segunda parte)

Por
Enviado el , clasificado en Amor / Románticos
2137 visitas

Marcar como relato favorito

Desde que me enteré de que él a todos les habló de mí y creyeron por esa razón andaba bien enamorado, simplemente lo detesté, no se que pasó en mí, que cambió, pero saber que alguie a quien yo nunca di alas me quisiera era todo lo opuesto a lo que yo quería. No estaba para novios, ni dramas, después de Angel lo que menos quería era morir por otros ojos verdes y la verdad estos para mí pasaban desapercibidos, por el simple hecho de que solo quería recordarlo a él.

Entonces me enojé tanto que decidí darle alas  y luego mandarlo a freír espárragos para que dejara a un lado sus locas fantasías. Hice como si nada ocurriera y poco a poco me le fui insinuando pues quería que fuera él quien me confesara su tan secreto amor.

Nuestras conversaciones en las redes sociales siguieron y la verdad cada que escribía mis preguntas eran desafiantes, audaces, llenas de cariño, mientras él contestaba el doble de amoroso, aún sin ser claro, yo solía reirme de aquellos textos, y enseñarselos a mis amigas. Estaba tan enamorado, solía llamarme al celular casi todos los días, nunca contestaba sus llamadas, me enviaba mensajes de texto que tampoco respondía y rechazaba sus múltiples invitaciones a comer. 

Si había la oportunidad de darle celos, para eso era yo una experta, era cómico verlo quedarse parado mientras yo lo dejaba y me iba con algún amigo que pasaba. E inventar mil excusas como que no tenía tiempo para hablar con él o porque razón nunca fui a tal lugar como habíamos quedado.

Cierta noche por fin me lo dijo, me escribió en mi red social que yo le gustaba y que quería que fuera su novia. Dejó el mensaje e inmediatamente se desconectó, me causó gracia parecía un niño de 12 años con esa actitud.

Nunca le respondí y mas bien me dediqué a hablarle a todo el mundo de él, a nuestros amigos en común, los de clases, pero muy mal. Cada cosa que yo mencioné fueron a contarle, dije cosas muy desagradables de él, que me parecía nada atractivo, que no me llamaba la atención, que para mí era tan bobo al comportarse como un niño y que nunca, nunca tendría oportunidad conmigo. 

Aún a pesar de todo me escribió diciendo que me quería, que me extrañaba y que algún día él y yo nos casaríamos, incluso que iba a dejar su ciudad por venirse a vivir conmigo a la mía. No pude más y poco a poco lo fui bajando de esa nube de ilusiones. "Te quieres casar conmigo, quieres ser mi novio, bla bla bla, acaso me has preguntado a mí?, que quiero yo? o no mejor aún te has preguntado si yo te quiero a ti?, la verdad considerame solo un amor platónico, ni en sueños tendría algo contigo, no sé que hice de diferente al resto de compañeras, no sé que importancia te dí para que mal entendieras las cosas, y no trago el cuento de tu sincero amor y esa ingenuidad de niño... que pena pero debo ser sincera contigo, no me interesas.

Ni siquiera me respondió, nunca más lo hizo, y ahí comprendí muchas otras cosas, empezó a ignorarme de la forma en que yo lo hice, no me llamó nuevamente al celular, y tampoco me siguió mandando tiernos mensajes de amor. Reaccioné un poco tarde al darme cuenta que si era un sincero amor y que en realidad él a sus 30 años nunca había entregado el corazón a nadie, y sí su ingenuidad era tan real como sus sentimientos.

Quería hacer mil cosas por mí, y yo desprecié cada una de ellas, le causé mucho daño, destruí su corazón como habían destruído el mío, le estaba haciendo a él lo mismo que me habían hecho a mí. Me contaron por ahí que le dolieron demasiado mis palabras, que nunca pensó que una muchacha aparentemente tan dulce tuviera un corazón tan duro, que si logré lo que quería que era bajarlo de su nube de ilusiones.

Me sentí tan mal conmigo misma, no había visto tanta dulzura y tantos sentimientos puros en otra mirada, nunca nadie se puso nervioso como un niño pequeño para hablarme o me espió sonrojado sin que yo me diera cuenta. Esos pequeños detalles enamorarían a cualquiera, me decepcioné de mi actitud, pero no es que yo sea mala, o sin corazón, las circunstancias me hicieron actuar conforme a lo que estaba sucediendo con mis emociones en aquel momento. Ahora lo veo y pasamos como dos extraños uno al lado del otro, soy muy sincera en decir que no pude llegar a sentir ni un poquito de amor por él, pero que había mejores forma de manejar una situación así.

Y si, nunca comprendí que hice de diferente al resto de amigas con él, o mas bien que vio él en mi, lo traté como suelo tratar a mis conocidos, con dulzura porque sí soy así, con sonrisas, con abrazos y escuchando lo que quisiera decirme, fui totalmente normal pero ahora sé que esas cosas que para nosotros son pequeñeces suelen ser valiosas fuentes de amor para otros. 

Que mala jugada del destino, desquité con alguien que no debí mis desiluciones, mi tristeza, quice saber como sería dejar a alguien con su amor a cuestas, que pequeña soy ante esos grandes sentimientos, procuraré no volver a cometer el mismo error, aunque eso no compense el dolor que le cause a él.... a mi amigo que se enamoró de mi.


¿Te ha gustado?. Compártelo en las redes sociales

Denunciar relato

Comentarios

COMENTAR

(No se hará publico)
Seguridad:
Indica el resultado correcto

Por favor, se respetuoso con tus comentarios, no insultes ni agravies.

Buscador

ElevoPress - Servicio de mantenimiento WordPress Zapatos para bebés, niños y niñas con grandes descuentos

Síguenos en:

Facebook Twitter RSS feed