Aquí ya no caben más muertos!

Así yo percibí las palabras de las alcaldesa de la isla de Lampedusa, Giusi Nicolini, después del último naufrago de una embarcación de inmigrantes. Ella no dijo textualmente estas palabras, pero sí creo que nos avisó  que ese límite intransitable entre la vida y la muerte, lo hemos cruzado.

Hasta ayer decíamos: Aquí ya no caben más inmigrantes!

Llegaban, demasiado como para socorrerlos todos, pero llegaban y a los que llegan los "detenemos" en un Centro de Internamiento de Extranjeros (CIE) y una parte de las personas detenidas conseguimos repatriarlas, o sea devolverlas a morirse en la otra orilla del Mediterráneo.

Lo que me temo es que la cuestión ahora se vaya concentrando en "adonde" queremos que se mueran estas persona, si por "aquí" o por "allá".  Y lo que nos hace reflexionar es que los muertos no están ya tan lejos como solemos verlos en las noticias.  Que lo tenemos "aquí".  Esto no tendría que tener ninguna importancia ya que cuando muere una persona por desesperada hambre, es que algo no lo estamos haciendo bien.

Puedo solo imaginar el tipo de abismo que tienen a las espaldas estas personas. Entregar tu vida al destino de un barco patera humanamente superpoblado, es que atrás ya no te queda tierra porque alguien te la está quemando.