Nadine (Su propia sangre, el desenlace- 1ª parte)

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Nadine estaba en casa con sus padres, una perversa y siniestra sonrisa se dibujaba en sus labios; hoy por fin había llegado el momento, hoy sus padres y su tío, pagarían por todos los años de privaciones y rigurosa educación católica; y sería de una forma horrible para ellos; ella era una vampira, un ser satánico, algo que para su familia, fanáticamente católica, era la encarnación de todo el mal. Nadine pensaba por donde debía empezar, su madre ya no era más que una caricatura de sí misma, las 2 veces que la había mordido y bebido su sangre, la habían dejado débil, y mentalmente inestable, cómo loca o “ida”; su padre y su tío habían hablado que estaba perdiendo la cabeza, y si seguía así la ingresarían en un centro especial. Ella estaba en la cocina, con su madre, y entró su padre, rígido cómo siempre, dando órdenes; en este momento Nadine decidió que ya era suficiente, su padre sería la primera víctima del día. Lo miró fijamente, con sus ojos verdes brillantes, lo hipnotizó, su padre no entendía nada; pero sentía que debía obedecer sin decir nada a su hija, y subieron a la habitación de sus padres; allí Nadine, dejó de controlarlo con la mirada, quería que el viera y sintiera todo lo que ella le iba a hacer. Su padre le preguntó ordenando, que quería, en este momento, Nadine medio abrió su boca y le mostró sus largos colmillos, su padre se asustó, le dijo: Nadine, hija mía, que es esto? Que broma, esto es un sacrilegio; hacerte pasar por una criatura diabólica; sácate estos colmillos, son un insulto a dios! Nadine sonriendo perversa se acerco a su padre, le dijo: Esto es lo que soy, no es ninguna broma; siiii, para ti es un sacrilegio, soy una vampira, una criatura diabólica; y estos colmillos son mios, ahora mismo tu lo comprobarás en tu propio cuerpo! Ella junto a su padre, lo miro con sus ojos hipnóticos y no le dejo moverse, lo cogió por los hombros y con su gran fuerza, lo echo encima de la cama; ella rápidamente se puso encima de él, sonriendo perversa, le dijo: Soy una vampira de verdad; una amiga me ha transformado en lo que soy; y me gusta serlo, soy un ser poderoso e inmortal. Mama ya ha probado mis colmillos y mi poder mental; soy yo quien la ha dejado así! Ricardo, aterrorizado, le dijo: Pero hija mía, es tu madre! Y yo soy tu padre, que piensas hacer conmigo? Nadine encima de su padre, le dijo: Siiii, es mi madre pero no la quiero, ni me importa! Siiii, eres mi padre, pero te odio desde hace tantos años! Eres mi víctima, eres mi comida, quiero y necesito tu sangre! Me beberé tu sangre y te mataré, asqueroso zángano, es lo que mereces! Su padre vio el mal y al diablo en su hija, estaba aterrorizado; Nadine, riendo a carcajadas, abrió la boca, y le hundió sus colmillos en el cuello, en su yugular; empezando a succionar y beber con avidez su sangre; Ricardo, aterrorizado, sintió dolor cuando ella le mordió, y sentía que nada podía hacer y cómo lentamente se quedaba sin fuerzas. Nadine estuvo succionando un par de minutos, y se detuvo; su padre estaba ya muy débil, a las puertas de morir, lo miró sonriendo perversa, Ricardo vio a su hija, diabólica, una vampira, vio su cara, sus ojos verdes brillantes rodeados de rojo sangre, su boca, con sus largos colmillos, repleta de sangre; el no pudo decir nada, Nadine, le dijo: ahora vas a morir, voy a beberme el resto de tu sangre, y me llevaré toda tu vida y fuerza… siempre has sido un desgraciado, y ahora muere cómo lo que eres! Nadine, se rio a carcajadas, y volvió a hundir ferozmente sus colmillos en la yugular de su padre, y succiono con toda su avidez, bebiendo lo que le quedaba de sangre; Ricardo sintió que su vida se iba, horrorizado, pero sin poder hacer nada, absolutamente nada, sólo morir. Nadine dejó de succionar, había dejado a su padre sin sangre; con la boca llena de sangre, miró el cuerpo sin vida de su padre, y se rió a carcajadas, por fin se había vengado de quien le había traído a la vida pero odiaba con toda su alma. Se sentía satisfecha y feliz, su venganza había empezado, ahora sólo le quedaba esperar la llegada de su tío Santiago, el sacerdote, la persona a quien más odiaba del mundo, y para quien tenía preparado un final terrible. Nadine fue al baño, se lavó de la sangre de su padre, y fue a su habitación esperando a su tío.

 


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