Mi tia, continua la aventura

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Después de la fabulosa mamada que me hizo, llevo días sin ver a mi tía, pero todas las noches, no puedo evitar acordarme de ella, de su preciosa boca llena con mi semen, de su lengua recorriendo mi polla, de nuestras bocas unidas, me es imposible olvidarla, así que cuando llamo el otro día, mi corazón dio un salto de alegría.

 

-       Sobrino, cuando días sin hablar contigo, parece que estuvieras enfadado conmigo.

-       No tía, he tenido unos exámenes y he acabado ayer.

-       Estupendo, seguro que quieres descansar, tu tía ha marchado a un congreso, y no volverá hasta la semana que viene, así que me voy a la casa del pueblo, ¿quieres venir a pasar unos días?

-       Si me encantaría, desde luego, así podré descansar, está siendo un curso muy duro.

-       Perfecto, hablo con tu madre y te vienes, verás que bien lo vas a pasar y cómo vas a descansar…

 

Cuando dijo esto último, me pareció adivinar que sonreía, y que precisamente no iba a descansar mucho, desde la mamada, he perdido mis vergüenzas y me mostraré mucho más activo, así que no creo que descanse mucho, lo cual ciertamente, no me importaría, si es por disfrutar con mi querida tía Pili.

 

Tras cinco horas de autobús, llegue al pueblo, cogí mi maleta y me dirigí a la casa de mis tíos, mentiría si no dijera que iba nervioso, temblando como un flan, las fuerzas de mis piernas flaqueaban, estaba deseando ver a mi tía Pili de nuevo, de volver a sentir la pasión de la última vez. Con mano temblorosa toque al timbre de la puerta, tras unos segundo de espera, que se me hicieron una eternidad, se abrió la puerta, allí estaba mi tía, con una minifalda vaquera, una camiseta blanca, amplia, que ocultaba su bonito cuerpo, su sonrisa de siempre, que tanto me cautiva, me hizo una señal para que entrará, cerró la puerta con un suave golpe, y sin mediar una sola palabra se colgó de mi cuello, apretó su cuerpo contra el mío y su boca comenzó a buscar la mía, los labios se juntaron, nuestras lenguas se buscaron hasta encontrarse, mis manos, tímidamente al principio, recorrían su cuerpo, la excitación empezaba a llenarme, no solo por el momento, sino porque durante todo el viaje no había dejado de pensar en ella, de cómo la tendría entre mis brazos y de todo lo que me haría.

 

Metí mi mano bajo su camiseta, acaricie su suave piel, con cierta timidez comencé a recorrer su espalda, no llevaba sostén, mis manos recorrían toda su espalda, al tiempo que mi calentura iba en aumento, al igual que mi polla, ella lo notaba, pues apretó mas fuerte su vientre a mi cuerpo, comenzó a restregar su cuerpo con el mío, para que me empalmará mas, estaba disfrutando de mi polla dura pegada a su cuerpo, me quito la camiseta y comenzó a acariciarme el cuerpo, bajo su cara hacia mis pezones y comenzó a mordisquearlos con sus dientes, estaba subiendo a una nube de placer, A trompicones, fue llevándome hacia su cuarto, no paramos de acariciarnos, ni de besarnos, caímos de golpe sobre la cama, sin que nuestros cuerpos se separaran ni un solo milímetro.

 

Atropelladamente nos empezamos a desnudar, mientras apasionadamente nos besamos, nos tocábamos, al final estábamos los dos desnudos, mí tía me empujo hacia su entrepierna, allí estaba su vello púbico corto, recortadito, abierta de piernas me mostraba su coño, sus labios vaginales, hermosos, pidiendo ser comidos, me agarro de la cabeza con sus manos, llevándola hacia su coño, mi boca se poso en el, mi lengua comenzó a lamer su raja, a saborear sus fluidos vaginales, excitante, maravilloso, oí sus gemidos, suaves, abrí su coño, con mi lengua comencé a buscar su clítoris, recorrí milímetro a milímetro su interior en busca de tan preciado tesoro. Mi lengua lo toco al fin, en ese momento se retorció mi tía como una serpiente, al tiempo que comenzó a gemir como una perra en celo, esos gemidos me animaron a comerme con más ansias su coño, a hacerla disfrutar.

 

Fui subiendo por su cuerpo, sin dejar de lamer su suave piel, al tiempo que restregaba contra él mi polla dura, me pare en sus pechos, duros con los pezones bien duros, se los mordisqueé, tocando su punta con mi lengua, seguí subiendo hasta que nuestras bocas se volvieron a unir, mi polla quedaba entre sus piernas, metió su mano entre nuestros cuerpos hasta agarrármela, separo más las piernas, la punta de mi glande tocaba su coño, sin darme tiempo a reaccionar, pego un movimiento de pelvis y toda mi polla entre en su húmedo coño

 

-       Así sobrino, hasta dentro, (comencé a metérsela y sacar con todas mis fuerzas), siii, sigue así machote, que rica polla, hace tiempo que quería notarla dentro de mí, aaggg, cariño que feliz soy, sigue, hasta dentro, no pares.

 

Desde luego que no pare, cada vez estaba más excitado y empujaba con mas fuerzas, los gemidos de la perra de mi tía me ponían más cachondo y más fuerte empujaba, perecía que quería traspasar su cuerpo con mi polla, cuando comencé a correr, mi cuerpo se vio envuelto de convulsiones, mi tía agarraba mi cuerpo con sus brazos y sus piernas, no dejando que mi polla saliera de su coño, que se iba llenando de mi semen.

 

Fue un maravilloso polvo, el primero de unos cuantos más en los siguientes días, cada día que pasaba mas necesitaba follar con mi tía, deseaba que los días tuvieran mil horas, para poder estar más tiempo con ella.


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