EL AMOR DE MI VIDA

Como siempre, tan atento. Me volvía a mandar otro mail recordándome que por fin nos íbamos a encontrar por primera vez en persona, yo ya sentía conocerle de toda la vida. Nuestra cita sería en ese mágico hotel, que tantas veces habíamos visitado juntos por internet, a kilómetros de distancia uno del otro. Lo teníamos todo planeado: 15 de Mayo a las 7 de la tarde. No podíamos esperar más, necesitábamos vernos, y dejar aflorar los sentimientos que nos hacían desesperar, pues pensábamos que nunca tendríamos la oportunidad, de sentirnos piel con piel.

Y allí estábamos, entre copas de vino, y palabras tímidas, no nos importaba que el restaurante del hotel estuviese repleto, porque solo existíamos él y yo. Terminamos la cena, y con sonrisas de complicidad, dejamos aquel ambiente tan romántico, para irnos a la 416, nuestro refugio, testigo de nuestros deseos y secretos. Allí las miradas se confundían y podíamos sentir que éramos un solo corazón y un solo cuerpo. Que dulce despertar, con sus manos atadas a las mías, pero que tristeza al saber, que cada uno debíamos volver a nuestra ciudad, el camino era largo y nos esperaba de nuevo la misma rutina de cada semana.  Nos daba rabia, nos desgarraba la impotencia de no poder quedarnos juntos para siempre, pero debíamos volver a nuestras obligaciones. Entre lágrimas y besos nos despedimos, esperando de nuevo, sentirnos  vía internet o con llamadas de teléfono, que convertían al corazón en hielo.

 No podía esperar a escuchar su voz, a contarle como había vivido nuestro encuentro, como había llenado mi alma con sus caricias, con su presencia.

Cuando por fin le dije todo lo que sentía, y esperaba que él hiciese lo mismo,  sólo se le ocurrió decirme que había sido maravilloso y que se iba a dormir, que estaba muy cansado, entre el viaje de vuelta y el día de trabajo. Siendo sincera, esperaba algo más cálido entre nosotros, pero no fue así. Me quedé un poco vacía al escucharle tan distante, temía que aquello se acabase, que yo hubiera inventado todo lo que pasó aquel fin de semana inolvidable. Entre lágrimas, tengo que confesar, me quedé dormida esa noche. Al día siguiente, como de costumbre, revisé mi correo electrónico y  vi que tenía un mail suyo, no sabía si abrirlo o no, me daba muchísimo miedo lo que me podía encontrar, pero  el título me hizo pensar que no podía ser nada malo,  pero fue más allá, me dejó sin palabras:

Asunto:Para la mujer de mi vida…

Mensaje:

El pianista iba haciendo gala,

mientras su dulce voz, le acompañaba.

Entre emociones suspiraba

una cálida historia

jamás contada.

La mágica sensación,

de que el mundo sobraba.

Solo dos cuerpos hechos canción

que aquella noche se escribió.

La luz de dos miradas

daba claridad a las caricias.

Que poco a poco improvisaban

una preciosa melodía.

Puro el sentimiento,

porque no había salida.

Dos corazones y un acorde

acababan de encontrarse.

Perfecta la sintonía,

de dos vidas paralelas.

El destino quiso que se unieran

en esa noche con estrellas,

mientras de fondo sonaba

la música de sus almas.

POSTDATA: ¿ Te quieres casar conmigo?

No puede controlar las lágrimas de la emoción, no podía creer que fuera real, era tan extraño como bonito. ¿Qué contesté y que sucedió después de recibir ese mágico e-mail? Es obvio, cuando el amor llega, no toca a tu puerta, simplemente pasa sin llamar. Es inevitable, es algo único que une a dos almas perdidas, de cualquier manera, en cualquier lugar y situación.

 Hoy es 15 de Mayo de 2008, 7 de la tarde.  Nuestro Hotel del Amor. Es nuestra noche de bodas, y a parte de eso, también celebramos tú llegada, Ángel.  Esperamos que cuando te hagas mayor, leas nuestra historia y siempre recuerdes que cuando dos personas se aman, no hay obstáculos que les separen…