No hay dos sin tres (III) parte 2

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Giré la cabeza a la derecha y besé al cubano, mientras el colombiano me sacaba un pecho y lo succionaba con esa boca que me volvía loca.  Yo lo sabíiiiiia, esos labios estaban hechos para guarrear.  Cambié.  Ahora besaba al colombiano mientras J. me sobaba las tetas; luego me metió los dedos en la boca para que se los chupara y me los puso en la concha.  Me dio la sensación de que era un poco brusco, pero la verdad es que no me enteraba mucho.  Sin abrir los ojos, bajé mis manos a los dos paquetes.  Sí señor, ahí abajo había calidad.  A ojo de buen cubero (o a mano de buena pajera) iba a disfrutar de un buen par de plátanos macho, jijiji.  El cubano se desabrochó el pantalón y yo me lancé.  Calzoncillos de marca.  "Bah, me la suda, a mí me interesa la polla".  Al apartarlos encontré el regalo de Navidad por el que había rogado, una verga tan dura que con la punta tocaba casi el ombligo.  Alcé mis ojos, como implorando, saqué mi lengua y lamí, sin detenerme, de abajo hacia arriba, desde los huevos hasta la punta, despaciiiiiito, rodeé la cabeza, cerré la boca y me metí la polla  lentamente, haciendo el vacío, creando el efecto de penetrar un agujerito muy estrecho (son muchos años ensayando técnicas).  Mientras se la chupaba con toda mi dedicación, notaba cómo el colombiano me bajaba los pantalones lo suficiente como para tener todo el culo al aire, deslizaba la tanguita a un lado y me metía con mucho cariño un dedito en el orto.  Aaay, estos colombianos, viciosos del culo donde los haya.  Colombia y Argentina, creo que son las dos únicas nacionalidades que han entrado en mi cuarto oscuro, jajajaj.  Pero es que ellos saben ganárselo, las cosas, como son.  Mi culo es como Excalibur, todos tienen una oportunidad, pero deben aprovecharla porque, si no se muestran hábiles, no habrá una segunda.  Me lo metía despacito, con cariño, a penas la puntita para que mi culo se calentara y le pidiera más, tragándoselo como si tuviera vida propia.  ¡¡LA VIRGEN!!  ¿Cómo podía haber vivido tanto tiempo sin esto?  Joder, yo ya tenía contracciones de gusto por todos lados.  Me sentía como niña con zapatos nuevos, jijiji.
-¿Tienes un condón?- preguntó el cubano.  Cogí la riñonera del suelo, saqué unos cuantos y se los repartí con el mensaje oculto de "no me voy a conformar con menos".  Luego agarré otro sobrecito de lubricante e hice lo propio.  ¡¡MALDITO ALCOHOL!!  Cómo me gusta y qué forma horrible de deshidratar mi cuerpito.  Aprendí a llevar siempre lubricante encima después de una fiesta que me pegué hace años con cuatro cubanos, que entre las botellas de lambrusco que nos bajamos y la follada que me metieron, estuve dos días aplicándome  cubitos de hielo para bajar la hinchazón conchal (aunque no me arrepiento, jijiji). Volví a cambiar.  El cubano me agarró de las caderas y me la puso de una vez, hasta el fondo, sin pena, provocándome un escalofrío desde la zona de contacto hasta el cuello.  "MMMMH, QUÉ RICOOOO, podría vivir con una verga dentro".  El colombiano me ofreció la suya, me la tragué sin dudarlo y fue entonces, y sólo entonces, cuando comprendí que la vida empezaba de nuevo para mí.  Estar en esta posición, con algo por la boca y algo por el coño/culo, me hace sentir en armonía con la naturaleza, jajajajaja, suena a chiste, pero es muy real.  Es como ser un "conductor de gusto", a la vez lo recibes y lo das a dos personas diferentes y en ambas direcciones.  Significa ser el epicentro del placer.  Cuanto más te follan, mejor tú chupas, más se mueve el chupado, más te calientas y se te contrae la vagina, más calientas al que te está follando, más fuerte te da...  Aunque no tiene que ser necesariamente con dos hombres.  Un círculo vicioso con un par de amigas, chupándonos entre todas...  ¡¡ESO SÍ ES UNA FIESTA, Y NO LAS DE PIJAMAS!!  Bombeaba de puta madre, me daba duro, como a mí me gusta.  Ahí había mucha resistencia y mucho ejercicio aeróbico, jijiji, mis observaciones de antropóloga sexual no habían sido erróneas.  Me dió y me dió y me siguió dando.
-Me voy a correr, mami.  Ya te dije que yo la primera me corro rápido y luego puedo seguir sin parar.-  Al escuchar estas palabras, el colombiano supo que era su turno y se fue engomando. -Mmmm... ¿Dónde quieres darme la lechita? -En la boca- respondió, sacándomela del coño.  Me giré, ladeé la cabeza, lo miré desafiante y me la echó todita donde había elegido.  "Joder, pues si esto es correrse rápido, algunos que yo me sé son Flash, jjjjj".  Se la guardó y se fue a mear, abajo, a las hamacas.  "Colominternet" me colocó contra el baño, me bajó un poco más las calzas y me la metió, jadeándome al oído.  Brrrr, cómo me pone eso.  Era otro estilo, suave, alargando cada metida, prolongándola, mmmm...  Me metió el dedo corazón en la boca y luego lo puso donde tanto le gustaba.  Tener el coño lleno con una polla bien grande sólo puede mejorarse con un dedo en el culo...  Uf... Te sientes, no sé, repleta de gusto, cosas locas te pasan por dentro, adquieres conciencia de partes de tu cuerpo que ni imaginabas, rico...  

Regresó el cubano y así nos pasamos un rato más, haciendo lo que podíamos a pesar de la borrachera que llevábamos y siendo observados, fijo, por algunos turistas que pasaban por allí.  Me di cuenta de que el colombiano funcionaba mejor a solas y creo que ni llegó a correrse, aunque agotamos todos los condones entre idas y venidas.  


Continuará...  (Aunque parezca imposible, jijiji.)
(Sigue todas mis historias en www.confesionesdeunapervertida.com)



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