una oruga en el zoo

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Érase una vez una pequeña oruga que se paseaba por el zoo. No entendía porque era tan pequeña. No podía entender porqué los animales que vivían alrededor eran tan grandes y tan hermosos… así que estaba un poco triste.

El elefante la vio casi llorando y se le acercó. Estiró su trompa y dejó que la oruga trepara por ella hasta tenerla bien cerca de sus ojos. Una vez ahí, hablaron.

El elefante le pregunto qué le pasaba. Y ella le explicó sus sentimientos. El elefante le dijo, te voy a llevar a dar un paseo y hablaremos con mis amigos.

Fueron a ver a la tortuga, quien les contó que a pesar de su larga esperanza de vida, siempre había deseado poder vivir más y más, hasta que comprendió que vivir tanto tiempo también le llevaría muchas pérdidas. Así que decidió aceptar su condición y disfrutar de su vida, mientras la tuviera.

Fueron a ver al león, quien les contó que a pesar de su fuerza, siempre había deseado poder tener más amigos y más gente que confiara en él. Al final comprendió que esa era su condición. Era fuerte y feroz, protegía a su familia y esa era la amistad que él debía conservar, así que iba a disfrutarla mientras la tuviera.

Y así, de animal en animal, todos le fueron contanto historias a la oruga. Ésta decidió, al final, aceptar su condición y aprender que no por ser pequeña, debía estar triste. Podía disfrutar de eso también.

Se fue a dormir contenta, se tapó y se dispuso a descansar y a reposar todo lo que había aprendido. Así que ese día, decidió hacer algo diferente, dejó que su condición se expresara por sí misma, y algo la envolvió. Un cálido mando la atrapó dentro. Ella dejó que eso la arropara y se dedicó a repasar todo lo que la vida le había enseñado. Y al despertar al día siguiente, cuando ya había aceptado su condición de oruga, resultó ser una bonita mariposa.

Sorpresa fue la suya al verse tan preciosa. Y junto con la sorpresa, la inundó el miedo de la fragilidad, de lo que ahora iba a llamar la atención con esas alas, y con ese cuerpo, y con esas patas ahora tan estiradas…

El elefante la miró y le dijo: ¿quieres dar otro paseo hoy?


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