El tiempo pasa y el amor queda...

¡Que hermosa y bella era Marcela! Había sido me amada en mis años mozos. Pero yo era un pobre jardinero que no le podía ofrecer mas  flores de mi jardín dorado. Su belleza inigualable y envidiable hasta por las diosas del Olimpo hizo que su camino fuera otro. Su resplandeciente hermosura la llevó por caminos de lujo y placeres. Se dedicó al modelaje y a la televisión. Ganó muchos premios y recibió contratos multimillonarios. Hace mas de 40 años que no se nada de ella. Mi amo por Marcela  era tan grande que nunca me casé.

Siempre la esperaba...nunca volvió. Pasaron los años y los años. Sólo me queda el recuerdo de su belleza que yace en mi alma como un bálsamo que alivia mis dolores y penas. A  lo lejos, al final de la ciudad, yace desgastado y comido por el tiempo aquella publicidad donde ella aparecía joven , bella y radiante haciendo una propaganda de jabones.

Que tristeza me da cada vez, que veo aquella publicidad envejecida, alterada por el sol, el viento y la lluvia. Sólo me hacen recordar lo efímero de la belleza física, pero a su vez, lo permanente y eterno que es el amor...cuando se ha amado con el corazón...