Cronicas de la Tierra Plana: Relato sobre la formación de Omoe Kuz

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     (Nota del Traductor) El siguiente relato seria la continuación de otro previamente escrito ( y que podéis encontrar en esta página) llamado “De lo que había antes del Principio”. Formaría parte de una mitología más extensa cuyo corpus principal se habría extraído del famoso libro Las Crónicas de la Tierra Plana. Mucha gente dice que estas son solo la invención de un autor fracasado de imaginación febril. Otros, sin embargo, apuntan a que en el fondo de estos relatos hay  una verdad subyacente y solo visible para unos pocos iniciados: Una verdad que nos habla de otro Mundo muy distinto al nuestro y de cómo llegar hasta él.

 

   Dicen que tras el paso del Gran Devorador no quedo absolutamente nada. Ni siquiera oscuridad.

  Entonces en un momento indefinido e inconcreto,  el tiempo , que había estado congelado hasta ese momento , empezó andar de nuevo. Al principio lentamente, casi trastabillándose, y solo un poco después lo hizo ya con la normalidad de siempre.

Y justo en ese instante apareció Uno. Y que es Uno? – os preguntareis . Uno es la substancia, llamémosle así, de las cosas que “pueden” ser algo. Es una de las leyes fundamentales:

LEY PRIMERA: Donde menos cosas hay, más pueden llegar a existir. Por lo tanto, en un Mundo donde no había nada, todo podía ser.

Millones de partículas que formaban parte de Uno flotaban plácidamente en la inmensidad cósmica. Cada una de esas particular tenía el potencial de llegar a convertirse en cualquier cosa. Algunas de ellas se transformaron en rayos y rasgaron la oscuridad. Otras se hicieron viento y se perdieron en el infinito. Unas pocas resplandecieron convertidas en fuego y se apagaron al instante. También hubo flores, conejos, árboles rarísimos, cascadas de agua infinita.. Todas ellas al no tener donde aposentarse o sustento con el que sobrevivir desaparecieron en la noche de los tiempos.

Al final es todo una cuestión de probabilidad. Dicen los sabios sobre el Creacionismo que lo más común en el universo es siempre lo más sencillo. Por lo tanto lo primero que surgió en gran cantidad,  en aquella inmensidad espacial, lo primero en lo que se transformaron millones de aquellas pequeñas y potenciales partículas , fue en lo más simple: una piedra.

  Miríadas de rocas empezaron a aparecer por todas partes. Rocas de los más diversos tamaños.

Sin embargo ocurrio algo que no suele pasar en los universos que acaban de nacer. Tal y como dice la segunda ley:

LEY SEGUNDA.- Las cosas grandes atraen a las más pequeñas. Y las cosas pequeñas se sienten irresistiblemente atraídas por las grandes.

Por lo general, esas rocas o piedras más grandes atraen a las más pequeñas, que empiezan a orbitar entorno a ellas hasta que al final chocan y van generando una roca en el centro, cada vez más grande. Y a si señores, se forman los planetas.

 

Pero como decía, algo curioso paso. Una de aquellas pequeñas partículas de Uno se transformó inesperadamente en una roca de unas proporciones tan grandes que aun hoy se desconoce su tamaño real. Como decía, es siempre cuestión de probabilidades, y en aquella ocasión lo improbable pasó.

Aquello provoco que el resto de asteroides acabasen irremisiblemente girando a su alrededor y conformando un planeta gigantesco: un universo con un único planeta.. un inmenso planeta casi sin límites, y además plano.

 

(continuará..)

 

 

 

 

 


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